Mostrando entradas con la etiqueta Realidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Realidad. Mostrar todas las entradas

lunes, julio 16, 2012

"The end has no end."

Es porque no puedo recordar tus caricias, ni el tacto de tus manos, ni la sensación de mis dedos entrelazados a los tuyos.

Solo puedo recordar mi corazón galopando y mis sentimientos encontrados en ese momento. El como no podía olvidar el daño que me habías hecho recientemente y quería que te me quitases de encima; también recuerdo como sentía las ganas de tenerte más cerca aún y el deseo de que ese momento no terminara jamás.

Recuerdo todo lo que pensaba, todos y cada uno de los pensamientos que me vinieron a la mente. El temor y la alegría. Las ganas de huir de ti y las de aferrar mis dedos para no dejarte ir jamás. Lo que no recuerdo es cual de los dos era más fuerte, ya no recuerdo cual deseaba con mayor intensidad.

Lo único que sé en este momento, es el presente. Conozco la situación ahora. Sé lo que sentí en el carro de regreso a mi casa… y el día siguiente: Ganas de huir; terror de que eso pudiera ser ‘algo’, mi maldito temor al compromiso; planes, planes para zafarme de todo; alegría, porque por fin había conseguido lo que quería; dudas de si de verdad era lo que quería o me había estado engañando; como en mi mente yo saltaba en una pata imaginando que quizá, por fin, me acoplaría a alguien, que quizá dejaría de huir, que quizá era el momento de vencer el miedo y lanzarme al vacío; incertidumbre, de no saber si todo había significado algo para ti.

Y pensar que se me ocurrió la fumada idea de lanzarme al vacío contigo.

Recuerdo la terrible sensación de todos los sentimientos encontrados. Gritándome que por favor tomara una decisión… decidí dejar ese plan para ‘más tarde’, sabía que tendría que pensar en todo eso en algún momento, pero no era ese, entonces en mi mente solo repetía “Raindows and cupcakes” y sonreí al público. No estaba lista para tomar una decisión… sabía cual sería, entonces quería disfrutar de la ilusión lo más posible.

Pero nunca tuve que pensarlo. Nunca tuve que tomar una decisión. Tú la tomaste por mí. Te desapareciste de mi vida de la misma manera que se retira uno después de romper un adorno en casa ajena. Te alejaste, desapareciste sin dejar rastro ni dar razones. Supongo que a lo mejor nunca te importó, o tal vez sentiste la misma presión… también es una posibilidad el que, como ya no habían razones para usarme, tampoco para seguir a mi lado.

Juro llegué a sentir eso, que me usabas... que me usaste.  Y mientras te fui útil, decidiste serlo para mi también. Quizá era tu forma de “pagarme”.

El hecho es que marcaste retirada, sin darme opción a replica, sin tener yo ni voz ni voto. Solo fui una vez más una pieza en tus juegos. Y he caído. He caído en todos y cada uno de esos jueguitos. Creyendo a veces que tenía el control.

Ilusa yo, creyendo tener el control de algo. Ilusa yo, que creía poder decidir qué era lo que hacíamos y qué no.

Wait, eso sí lo hice, ¡Claro que lo hice! Aquí se tomaban los pasos que yo quería se tomasen y en el momento en que yo quería que se tomasen. ¿Fue eso? ¿Fue eso lo que te molestó? ¿Es que acaso eres capaz de ser tan machista? Como yo tomé las riendas entonces te arrechaste, agarraste tu dignidad, tus bolas, tus celos y tu sonrisa y te fuiste con tus rollos a otra parte… ¿? No, no puede ser. Es imposible que sea eso. O quizá no. Pero supongo nunca lo sabré. A menos de que tengas la desfachatez de volver… de llamarme de nuevo, como lo hiciste hace poco.

¿Con qué cara, ah? ¿Con qué cara me llamas? ¡Descarado! ¿Qué me vas a decir? ¿Cómo pretendes disculparte? De seguro ni si quiera pretendes hacerlo, eso no va contigo. seguro pretendes volver, como si nada hubiera pasado. ¿Es que acaso crees que, de nuevo, no te diré nada? Pues no, no es así, esta vez si te voy a decir lo que pienso, esta vez mereces saber que eres una basura, esta vez voy a escupir todo lo que no te he dicho en el último medio año o más, si. Lo bueno y lo malo. Te hablaré de todas las sonrisas que sacaste sin si quiera planearlo, y luego te hablaré de todo el daño que me has hecho, de como me he sentido humillada, de como he terminado cual bebé y odiándome a mi misma por ello... cosa que no pasaba hace unos tres o cuatro años. 

Y acto seguido, después de decírtelo todo como no lo he hecho jamás, te daré la espalda y no volveré mas nunca a la seguridad de tus brazos. 


Y ahora, la canción que dio nombre de este post:





Victoria B.

sábado, junio 23, 2012

Lección #1: Exprésate.


Si no dices las cosas cuando las sientes, entonces luego te vas a arrepentir.

Si no dices las cosas cuando las sientes, pues luego vas a tener que hablar en pasado, y de esa manera todo pierde sentido. “Yo te quise”, “Durante mucho tiempo, te extrañé”, “Juro que creía odiarte”.

Cuando dejas el momento pasar, entonces la argumentación de tus sentimientos pierde validez. Más adelante quizá, aunque recuerdes como te sentías, puede no seas capaz de expresarlo con la misma precisión que podrías haberlo hecho al momento; puede que, incluso, ya no veas la menor razón de tu sentimiento; de la misma forma que quizá ya tampoco valga la pena decirlo.

También está la posibilidad de que no digas las cosas cuando las sientes y luego, al decirlas, ya sea demasiado tarde. Tal vez, de haberlo dicho a tiempo, la otra persona podría haberte respondido un “Yo también te quiero” o “Yo también te extraño” o “Vamos a arreglar esto antes de que sea demasiado tarde”. Pero si no lo decimos, ¿Por qué habría de hacerlo la otra persona? Alguien tiene que tomar la iniciativa, y a veces, nos toca hacerlo a nosotros, es todo una cuestión de que ambas partes colaboren.

De manera que, aquí vamos... Y es que yo casi nunca digo las cosas al momento en que las siento. Entonces luego ya es demasiado tarde; o a veces no, pero suele ser el caso. Consecuentemente, todo se rompe, todo se cae, todo pierde sentido, ya no vale la pena decir las cosas… o quizá si. Y entonces lo hago, expreso lo que sentí, y entonces confirmo que, de haberlo dicho al momento en que lo sentí, todo podría haber sido muy diferente. Pero no lo hice. No tuve el valor de enfrentarme a la realidad. No tuve el valor de pararme erguida y decir: Esto es lo que siento. Ya, lo sabes, ahora tú haces lo que quieras con ese conocimiento. 

Y es así como aprendo una lección. Anoto en mi lista de cosas que no debo olvidar:
“Si sientes algo, dilo. Puede que mañana sea demasiado tarde.”


Victoria B.

jueves, junio 21, 2012

Desde mi punto de vista.


Sientes que la culpa te invade el corazón y se te llenan los ojos de lágrimas. ¿Por qué siempre tienes que herir a quien si está ahí para ti? Te sientes culpable porque sabes lo que has hecho, pero eres egoísta. Sabes que jamás podrás devolverle todo lo que te ha dado, sabes que jamás podrás quererle como te quiere. Pero a ti te hace sentir segura, e incluso a veces te completa. Te gusta saber que cuentas con alguien.

Y lo estas haciendo, si. Algo que siempre has criticado de tus amigas. Sabes que está ahí, omnipresente. Jamás dirá nada, no. No se arriesgará y tú no vas a sacar el tema. Pero está; y está mucho más que tú. También lo sabes. Tampoco lo dirás.

A veces, también, quisieras huir, te preguntas cómo hacerlo, qué razón darías, cómo podrías terminar todo sin hacerle daño. Pero todo son incógnitas… todo menos la certeza de que si te vas, no hay manera de que hacerlo con elegancia, sin que nadie salga herido.

Y luego te tomas el tiempo de imaginar tu futuro cercano sin su presencia. Parece algo inconcebible. No es que sea parte crucial de tu vida. Pero ciertamente forma parte del ahora. Y está bien ahí, es una pieza que encaja a la perfección. No ves razones para deshacerte de esa pieza y dejar el espacio vacío. ¿Qué pinta ese hoyo en tu vida? Pues nada. ¿Qué pinta él? Sonrisas, sólo eso, si. Sonrisas. Más que suficiente, me parece.

Aunque reconozcas tu egoísmo, no puedes dejarlo de lado. El encontrar el problema no es lo mismo que erradicarlo. Y es que, viéndolo desde este lado del cuento, nada aquí es un problema. Hasta que te pones en los pies del otro. Y la situación se pinta mucho más gris, mucho menos sonriente, mucho más dramática.

No encuentras como agradecerle ni como disculparte. Pero siempre procuras hacerlo. Dar las gracias; gracias por estar ahí, por dar fuerzas en momentos de flaqueo, por regalar sonrisas sin pedir nada a cambio.. por seguir ahí. Pero también has de pedir disculpas. Y es tener que disculparte por ser egoísta, por no ser ni la mitad de buena persona que te cree, por abusar de su cariño… por no poder darle todo lo que se merece. 



Victoria B.

viernes, marzo 02, 2012

Sincerándome.


*Lo próximo son, lo que yo considero, mis mayores defectos a la hora de una relación de pareja. Quiero dejar claro que, en principio, solo aplica a las relaciones de este tipo.* 


1.- Nunca me valoro lo suficiente, no siento que pueda ofrecer algo que a alguien de verdad le pueda interesar. Creo que esa es la raíz de todo el problema, que debajo de toda mi capa de seguridad y que la gente piensa “Esa chama si tiene cojones”, cuando me llegan a conocer, se encuentran con una tipa débil que no cree lo suficiente en sí misma. Tengo conocimiento de todos mis problemas psicológicos, de lo enrollada que soy, de lo alejada que puedo ser, lo confusa y contradictoria. Entonces pienso ¿Quién podría querer estar en una relación con alguien así? ...  Pues yo no querría.

2.- Uno de mis mayores temores, aparte de la oscuridad, es el compromiso. Me aterra el tener que rendirle cuentas a alguien, me aterra el tener una ‘responsabilidad’ para con otra persona; siempre he pensado que si hablo contigo o si te cuento mi vida, es porque me provoca… supongo eso es lo que pasa en una relación, quieres esa persona forme parte de tu vida, si. Pero a mi es que me aterra profundamente. En cada contada oportunidad, en la que me he visto con la posibilidad de tener alguien a mi lado, que me de apoyo incondicional y cumpla con algunas cuantas de las cualidades nombradas en el post anterior, he huido. O peor aún, le he hecho huir. Si, porque soy experta haciendo que la gente se retire, me tenga miedo, o que se alejen de mí porque es simplemente lo mas adecuado, después de mi inequívoca actitud esquiva y seca.

3.- Las cosas fáciles siempre me han aburrido. Estoy, por lo tanto, acostumbrada a cagarme en todo el protocolo de ‘Es el hombre quien corteja’, pues soy yo quien se fija en chamos, digamos, insólitos y más que complicados, para tener de esta manera una meta. Daré entonces el primer paso, y el segundo… y de ser necesario, también el tercero. Sé esta conducta no tiene mucho sentido, en el último caso traté de que no fuera así, finalmente hubo alguien que gustaba de mí y estaba haciendo las cosas de la manera correcta, yo le estaba dejando hacerlo, pero con mi correspondiente sequía. Y no fue hasta que él decidió retirarse, que yo decidí que entonces sí me atraía. Ahí tienen, esa soy yo. Me gustan las metas imposibles. Doy vergüenza.

4.- Aunque ya lo he mencionado un par de veces, puedo ser asquerosamente fría, ácida, esquiva e insensible. Pero como dije también al principio, pues ¡Vivan las apariencias!  Puesto que aunque algunas (muchas) actitudes/conductas/apodos/escenas me parezcan vomitivas, soy alguien que no te dirá un “Te quiero” sino hasta que las palabras se le desborden de los labios y no pueda contenerlas un minuto más. Es decir, puedes tener por seguro que cuando digo algo, es porque verdaderamente lo siento. Aparte de ello, a veces tengo estas ideas cursis y metáforas irrisorias que suscitan carcajadas cuando las pienso/leo nuevamente pasados un par de meses. Cualquier lector asiduo de este blog ha sido testigo de mis verborreas minadas de terrones de azúcar.

5.- Hay una manía mía, de la que no he hablado en este espacio, y creo que el momento ha llegado.
Resulta que están leyendo a una persona que tiene varios pensamientos simultáneos y pues uno de ellos suele ser un monologo interno. Aparte, quiero acotar que voy por la vida sintiéndome indignada por cualquier tontería y acto insólito (tanto de amigos/conocidos como de completos extraños). Estoy yo consciente de la estupidez de mi indignación, y es por ello, que para solucionar el ‘problema’ que yo misma me acabo de inventar, termino solucionando esto en uno de mis monólogos. Que para mí, ya no es un monólogo, sino es una conversación común con aquella persona me ha indignado. Hablamos, en mi mente, como dos personas adultas y correctas, exponemos nuestros puntos de vista, y llegamos a soluciones concretas (aunque no lo crean, muy seguido pierdo). Entonces, tal y como hago eso con nimiedades, lo hago de la misma manera con la mayoría de mis problemas con otros seres humanos. He aquí la razón por la cual Victoria raramente pelea con nadie de verdad. Discutimos muy seguido, pero las personas jamás se enteran.
Lo que resulta un problema aquí, es que de esta manera también pido perdón, dígase, el afligido no se entera casi nunca de mis disculpas. Es un problema heavy también porque de esta manera soluciono igualmente los problemas realmente graves. Y a veces, solo a veces, no soy capaz de ponerme en la posición del otro y me veo obligada a hablar en verdad con la persona para solucionar el problema.
Esto resulta realmente difícil en casos de relaciones, porque si me atrae alguien, es normalmente porque no logro terminar de descifrarlo, y después de MUCHO cavilar y monologar, termino hablando con la persona, escupiendo demasiadas cosas al momento, demasiados monólogos se unen en un mismo discurso. Y entra entonces la confusión cuando las respuestas de la contraparte no son si quiera parecidas a las que recibí en mi mente (a veces son mejores de lo que esperaba, lo cual es bueno; y a veces se quedan cortas y no cubren mis expectativas, lo cual resulta asombrosamente frustrante.)

6.- Aunque diga lo contrario, soy asquerosamente detallista, me gustan los detalles, me gusta sentir que piensas en tonterías que te recuerdan a mí, o que tengas la gentileza de abrir la puerta y acompañarme a tal lugar que resulta ser mi destino, que me des una sorpresita de cuando en vez (por estúpida que sea). Si, me gustan los detalles. Y yo me comportaré de la misma manera, soy detallista en supremacía, y aunque se vean naturales, pensaré todas y cada una de mis sorpresas o comentarios claves, las pensaré tanto que son ínfimas las veces que paso algún pequeño detalle por alto. El problema aquí radica, en que te diré (no sé porqué) que no es necesario hagas ninguna de esas cosas por mi… supongo que en el fondo tiene que ver con lo primero, siento no lo merezco.

7.- Y ahora nombraré el que yo creo es el mayor de mis defectos, y que es una fuerte influencia en todos los otros. Y es el hecho de mi 'independencia', de que me gusta sentirme “La Mujer Maravilla”, quien puede lidiar con todo sola, quien no necesita ayuda ni apoyo de nadie para nada, quien puede superar cualquier situación sin alguien que le de ánimos. A quien no se le ocurre demostrar en público que ha sido herida para que no la tomen por débil. Yo soy esa quien no gusta que alguien colabore con ella, pero siempre quiere colaborar. Tengo ese jodido tic de líder, de jefe de la manada. Que es, al final, lo que yo considero mi mayor problema. No soportaría estar con alguien que se doblegue ante mi autoridad, pero tampoco sería capaz de soportar a alguien que lleve las riendas de nada.


Y bueno, ¡basta!, creo que esto ha sido suficiente por hoy. Estoy ordenando mis ideas, me dicen que el primer paso es reconocerlo, pero todas estas son cualidades yo tengo bien reconocidas hace más tiempo del que me gustaría admitir. Pero si sé que hay cosas debo cambiar. Ahora, mi duda es ¿Cómo carajo se supone que se hace eso?

**Y quiero acotar que cuando digo que me estoy sincerando, es tanto conmigo como con el mundo. Es una declaración pública de el fail que puedo llegar a ser :)
Victoria B.

jueves, febrero 23, 2012

Una amistad perdida.


Hay un tema que me amargó mucho durante bastante tiempo, hasta hace como un mes. Y este tema tiene que ver con mis amistades… una amistad en específico, de hecho.

Está esta amiga, que conozco desde toda mi vida, literalmente. Y cuando digo literalmente es en serio.

Resulta que hubo dos parejas en diciembre de 1991 que entre la alegría de las fiestas, se dieron a la tarea de concebir un par de fetillos. Ahí estaban, los dos nasciturus. Una pareja de casados que ya tenían su apartamento y otro par de hijos. Y una mujer que vivía en su pequeño apartamento de soltera.

Esta última ha quedado en estado y decidió tenía que comprar una casa más grande para darle oportunidades y calidad de vida al ser que llevaba dentro. Y resulta ha comprado un apartamento en el mismo edificio dónde vivía la otra pareja ya antes mencionada.

Es así, como en Septiembre de 1992 nacen dos niñas, con tres días de diferencia la una de la otra. Las dos han nacido en la misma clínica, y sus dos madres ya se habían conocido un poco en el ínterin.

¿Y que mejor, que presentar y hacer a estas dos pichurras amiguillas desde bebés?  ¡Pues nada es mejor que eso!

Es así como nace mi amistad con ella. Crecimos siendo amigas, jugando en la casa de la una o de la otra, comiendo helados donde Romeo y jugando con la gatita de esa frutería. Es así como armamos nuestros imperios de Barbies. Como nos mentíamos y exagerábamos historias. Como fuimos compañeras de juegos de video. Como bajábamos al parque y nos columpiábamos al son de nuestras voces cantarinas, desgarrando los tímpanos de todo aquel que pudiese escuchar nuestras salidas de gallo resonando. En fin, es así como crecí, con mi mejor amiga, que estudiaba en el mismo colegio que yo, con la que me metí en múltiples “actividades especiales”; inserte aquí aquel intento de ser parte del equipo de Voleibol que no resultó en más que dos niñas que se jubilaban siempre de la clase para ir a jugar por todo el desolado colegio. Es así como alguien pasa de ser una amiga, a ser parte de tu familia, a influir tanto en quién eres que ya no puedes imaginar un ‘hoy’ sin ella, porque ha sido siempre parte de tu vida.

Pero bueno, vengamos a un pasado mas cercano, como todos los que estamos aquí ya sabemos, yo me fui vivir nueve meses fuera. Esto no ‘daño’ nuestra relación, sólo dejamos de hablar muy seguido y dejamos de vernos con periodicidad, cosa que ya había pasado después de que estudiábamos en secciones diferentes + yo mudándome + luego el fin del colegio. Pero bueno, eso solo era un pequeño distanciamiento, cuando volvíamos a hablar o nos volvíamos a ver, todo era como siempre. Y es así como confirmas que una relación va más allá de “Amigas” y es cuando puedes pasar dos meses sin hablar con esa persona, y cuando vuelven a retomar contacto, todo es igual.

Mientras yo estaba fuera, ella también vivió unos meses en el exterior. Regresando a Venezuela un mes mas tarde que yo. Después de que ella regreso, pasamos bastante tiempo compartiendo ese agosto. Y como de costumbre, nuestras primeras semanas de septiembre también pasamos muchísimo tiempo juntas –ya que son días de celebrar y de euforia, por nuestros cumpleaños y toda la cuestión-. Comencé yo la universidad en octubre, y nos veíamos menos, pero seguíamos hablando con cierta frecuencia. Ella estaba pendiente de mí y como me iba en mis nuevas experiencias, y yo de ella y sus planes, es decir, dos amigas normales. Fue, si no me equivoco, a finales de ese mes, cuando ella volvió a viajar al exterior. Y fue, paralelamente, cuando también decidió empezar a tratarme indiferentemente. –No me pregunten a mí la razón-. Estuvo un par de meses fuera, en ese periodo hablamos unas tres veces. De las cuales creo puedo decir yo tomé la iniciativa en dos. Y ella, por su lado, respondía apáticamente y sin interés.

Victoria pensó que esperaría a que llegase, en navidad, el 25 de diciembre, en época de dicha y alegría, en época de compartir. Pero fue una presunción errónea. Estamos a 23 de febrero y yo aún no la he visto.

Habremos hablado como mucho unas cuatro o cinco veces. Todas bastante secas. Y la última, donde yo traté de preguntarle que qué le sucedía y porque cargaba esa actitud (esto fue entre el 3 y el 4 de enero, para ser precisos). Ella al parecer no notaba ninguna irregularidad en nuestra situación. Aún entonces, cuando ya de por sí para mi ese día estaba siendo bastante malo, y había optado por ir a un día de cine sola, pensé en invitarla a que me acompañase en mi soledad. Incluso en ese momento, ya sabiendo que quería hablar con ella, me negó la invitación.

Fue esa la última vez supe algo de ella. Desde ese día no sé nada de su vida, no sé nada de su familia, no sé de su paradero, ni de sus planes. No sé nada.

Y no es como en otras ocasiones, cuando simplemente no hemos hablado pero sabes cualquier día nos saludamos o nos vemos y nos ponemos al día en todo. No, se siente roto, se siente desde hace mucho a que algo en mi vida –entre otro montón de cosas- cambió.

Yo tengo la esperanza de que ella algún día vuelva a ser ella. Tengo la esperanza de que algún día esa relación, enfermiza e insana que carga, terminará. Ella dice la hace feliz, puede que sea así. Pero no hace feliz a la muchacha que yo conocí toda mi vida, hace feliz a otra persona totalmente alienada y que llega incluso a causarme pena por su jodida dependencia.

Yo tengo la esperanza de algún día recuperar a mi amiga, y de que así, en el futuro, seamos dos vejucas con ochenta años que puedan decir “Nosotras llevamos estos mismos ochenta años completos siendo amigas”. Si, no creo sea tan difícil… o quizás si. 

Ciertamente ya me rendí, ya jalé suficiente mecate por un buen tiempo. Espero ella vuelva algún día, queriendo hablar, o al menos fingiendo nada paso, iremos al cine, a comer o a alguna de nuestras casas a ver una película y hablar paja y seremos las amigas que siempre habíamos sido. 
Pero para eso yo estoy clara falta bastante tiempo.



Victoria B.


P.D.: Y pues si, a pesar de 'haberme asumido', he terminado de escribir esto con los ojos aguados. Creo nunca lo había contado ni tipeado completo ni con tanta honestidad, sino hasta ahora.
Los dejo entonces, espero volver más seguido. Pues no he publicado no por falta de tiempo ni por falta de historias. Sino por falta de inspiración a la hora de ponerlo por escrito.

domingo, octubre 09, 2011

Divagaciones y Conversaciones. (O viceversa)

Hay veces en que solo necesitas que te pregunten para soltar ese palabrerío que te tienes guardado entre pecho y espalda. Y hoy hubo alguien que se tomo la molestia de preguntarme.
Sin que tuviese que preguntar dos veces empecé a contar la base de mis problemas, aunque sin mucho detalle por la falta de confianza, pero ahí estaba yo, diciendo entre líneas mis muchas preocupaciones (Que si a ser honestos vamos, resultan tontas e infantiles). Mientras pensaba en cómo redactar aquellos párrafos en los que explicaba el porqué de esto y de aquello –sin ningunas ganas de hacer parecer estaba bien- me di cuenta de varias cosas, que minutos más tarde fueron tema de debate conmigo misma; otro de esos monólogos que me lanzo tres o cuatro veces por luna.

Cada vez me encierro más en mí misma. He construido una cueva desde la cual me aferro a un mundo que no deja de girar, de dar saltos y de cambiar sin pedirle permiso a aquellos transeúntes que  creen pertenecer a él.
Desde mi cueva hay cosas que se ven más claras, y muchas otras bastante más borrosas. Pero sin lugar a dudas, es una cueva fría y solitaria. He creado un submundo donde no confío en nadie más que en mi misma y esas rocas que me rodean y que me dan un sentimiento de seguridad.
En cuestión de meses he logrado encerrarme, enjaularme de tal manera que pocas cosas tienen sentido al ser narradas (ni vociferadas, ni bien escritas, podrían tener sentido alguno). ¿A quién le va a importar? ¿Qué me van a decir que no me hayan dicho en el pasado? No es por ser sabelotodo. No es porque yo sepa más que nadie y me vayan a repetir lo que ya sé (porque bien sabemos que mis conocimientos sobre 'la vida' son tan escasos como los de una lechuga -¡y vamos con las comparaciones a los vegetales! Son efectivas, lo admito-). Es porque ya me lo han dicho, y si algo sé: es escuchar. Escucho y memorizo. Las palabras se clavan en mi corazón y permanecen ahí tanto tiempo como mis propios pensamientos. Hay palabras que escuecen y hay pensamientos míos que me avergüenzan de si quiera estar ahí.
Porque a mí me resulta vergonzoso estar en esta situación. Una razón más para no hablar de la misma. Porque odio con todas mis fuerzas fallarme a mi misma de la manera que lo he hecho -y sigo haciendo-. Me humillo cual lacayo sin apellido ni vergüenza.
Podría escribir al menos cinco páginas de comentarios de esa índole que he mencionado a otras personas, comentarios y consejos que yo nunca tome en cuenta para mi persona. Pero como de costumbre, soy demasiado testaruda para hacerle caso a nadie, si quiera a mí misma. Es entonces cuando compruebo que sigo siendo una niñita inmadura, que quiere las cosas a su modo, que idealiza mundos imposibles, que espera soluciones que caigan del cielo; pero que sobre todas las cosas, sabe que nada es tan dulce en la realidad como en los sueños. Esta es una ínfima porción de la realidad que si tengo clara.

“No estás sola” deja entender, “siempre habrán amigos para ti”. La cuestión es, querido, que yo no quiero que estén ahí. Yo no quiero estar sola, no, pero tampoco quiero compañía. No espero que nadie lo entienda, pues a mí me cuesta explicarlo de alguna manera que si quiera a mi misma me parezca coherente.
Quiero que estén ahí, pero no quiero hablar de ello. Quiero sentirme acompañada, pero que no me agobien. Quiero compartir mis ideas, pero jamás divulgarlas. Quiero encaminar mis proyectos, pero no tengo bases. Quiero construir esas bases, pero necesito socios. Quiero conseguir esos socios, pero mi voz no es capaz de gritar por su colaboración. Quiero que mi nombre perdure, pero jamás ser mencionada. Quiero estar allá, pero no puedo dejar esto. Quiero gritarlo todo a los cuatro vientos, pero me da pánico que alguien llegue a conocerme de nuevo.
Quiero muchas cosas, demasiadas, y yo soy mi propia enemiga. Voy contra mi viento y mi marea. Hoy, gracias a esta conversación, me he dado cuenta de ello. ¿Haré ahora algo al respecto? ¿O seguiré labrando discursos heroicos en las paredes de mi cueva?
“¿Dejaré a alguien entrar algún día?” Me pregunté luego a mi misma. Después comprendí que estaba tomando, de nuevo, la dirección equivocada. El camino es hacia afuera. Hacia la civilización. Una sociedad llena de gente, algunos me conocen y otra vasta mayoría no, algunos me aprecian, otros me detestan y a muchos otros solo les resulto ‘agradable’, “si, la muchacha del pelo corto que sonríe y habla poco” “La amiga de fulanito/a” dicen otros.
Está de nuevo todo ese inmenso mundo de oportunidades abierto ante mis ojos. Estoy en el eje. Solo tengo que saltar. Estoy ahí, no he empezado nada, aún con 19 años tengo “toda mi vida por delante”, pues no he hecho nada con mi jodida vida. Tengo un millón de decisiones por tomar, de las cuales casi todas serán erróneas y otras pocas me llevarán por aquel camino lleno de enredaderas, pasadizos y tropiezos que sé que voy a amar al tener que atravesar. Porque si bien recordamos, no me gustan las cosas fáciles. Lo fácil me aburre, lo sencillo me desgana, y lo posible me duerme.

Aquí estoy yo, Victoria, una muchachita sumamente infantil de 19 años que vive en su mundo donde todo lo imposible, es su meta a seguir.


I’ve been reading Alice In Wonderland again, and this line Alice said to herself its SOO much like me:
"Good advice. If I listened earlier, I wouldn't be here. But that's just the trouble with me. I give myself very good advice, but I very seldom follow it"
No, certainly I would not be here at all if I'd listened to myself.




Victoria B.

jueves, septiembre 29, 2011

Un Sueño a Distancia.

Siempre es más fácil dar consejos desde afuera del problema. Siempre es más fácil ser objetivo cuando tus sentimientos no están de por medio.

Tengo muchos casos cercanos de amigas que están/quisieran estar/podrían estar en una relación con alguien que vive a miles de kilómetros de ellas. A todas las he dicho que es una estupidez. Nunca volverá a ser lo mismo, necesitas de las experiencias del día a día, el contacto físico con la otra persona, así sea para darles una palmada en la espalda cuando dicen alguna tontería. Una de las cosas más importantes para cualquiera de nosotros, es la comida. Cuando cuadramos ver a alguien, suele haber comida de por medio. Y no poder compartir eso con tu pareja, da muchas limitaciones.

Pues sí, les he dicho que lo dejen hasta ahí, que no tiene sentido si ya no viven cerca. Les he dicho que alguno de los dos terminará saliendo con alguien más. Que saldrán lastimadas. Les he dicho que no se involucren, que no puedes conocer a alguien de quien solo sabes por la 2.0, todos tenemos un lado oculto. A todas les he dicho que esa relación, basada en conversaciones escritas y video-llamadas por skype, no puede funcionar, que lo dejen hasta ahí.

Pero hoy me veo a mi misma, involucrada -lo suficiente como para escribir esto- con alguien con quien no puedo compartir una pizza, a quien no le puedo pegar cada vez que se mete conmigo, con quien los “Muere” nunca tienen el mismo sentimiento que en persona. Y no les cuento de la diferencia de horarios, eso es lo más difícil, eso y las limitaciones del día a día. Y por su puesto también el hecho de que solo podemos hablar cuando los dos estamos en la computadora.

Y sé a ciencia cierta que tendría que parar esto, al menos mis emociones. Porque él está allá y yo aquí, porque no me dejo a mi misma ver otras posibilidades con otros hombres. Porque aún a larga distancia él logró ocupar un puesto que pensé sería difícil de reemplazar. Porque añoro sus besos de tal manera que sería mejor olvidarlos y así no tendría que necesitarlos más nunca.

¿Se han fijado lo necesario que puede ser el poder ver a los ojos a alguien? Directamente, frente a ustedes. Con todos los sentimientos desbordándose en la mirada, y que esa mirada diga todo lo que las palabras no son capaces de expresar. ¿Y se han fijado como aunque podamos ver los ojos de dicha persona en una pantalla de 17pulgadas, nunca, JAMÁS, se sentirá igual?

Mis sueños cada vez son más creativos. Mi mente está convencida de que estamos tan cerca que podríamos vernos todos los días. A veces cree que alguno de los dos está próximo a hacer un viaje, y los reencuentros son dignos de una película.

Pero cuando despierto, la nostalgia es más grande aún. Y la certeza de que es hora de salir corriendo de esta situación se desborda por mis venas… Pero hay una pequeña yo allá adentro que no quiere correr, y que se aferra a este sentimiento. Y resulta que la pequeña Victoria, es más fuerte que todo el exterior de mí misma.

Así que aquí sigo, esperando con ansias volver a tener su nombre en la pantalla de mi computadora.


Victoria B.

jueves, agosto 04, 2011

Un sueño


A pesar de que a veces sea seca y fría, que la gente considere que soy un tempano de hielo y que me importa un coño todo. Los que me conocen de verdad saben que puedo llegar a ser realmente gay, y los que leen este blog, más.
Resulta que anoche soñé algo, que me recordó a una idea chucuta que siempre he tenido, es todo producto de haber visto muchas películas ridículas y series en donde todo termina saliendo bien –o no-.
Ayer soñé con esa escena en la que uno llega al aeropuerto, y la persona añorada está ahí para recibirte, con una inmensa sonrisa y un abrazo de oso listo para ti. Yo había tenido esa escena presente antes de venirme, me imaginaba llegando y él estaría ahí. Claro, todos sabemos bien que ese era un sueño descabellado por varias razones que creo no valen la pena mencionar aquí.
Pero anoche, en cambio, soñé que estaba viajando a España, ya estaba estudiando y estaba yendo para presentar exámenes en España. Iba a llegar a la casa de la amiga de mi mamá y había quedado en ir hasta allá en metro cuando llegara por mi cuenta.
Hay un espacio en mi sueño, desde que me monto al avión, hasta que ya estoy llegando con mis maletas, y soy yo llegando, y viendo a aquel muchacho, que bien sabe me vuelve loca, esperándome afuera. Yo me quedé parada un rato, viéndolo, sin entender mucho, para luego acercarme para abrazarnos y decirnos lo mucho que nos hemos extrañado.
En cuánto nos montamos al metro se acabó mi sueño, los niños del campamento de al lado habían empezado a gritar con la única intención de levantarme.
Yo nunca sé que pensar de los sueños. Y con este les digo, que no entiendo, no puede tener mucho sentido ¿Por qué soñé con él? ¿Cómo puedo ser tan gay? ¿Por qué insisto en vivir esa puta escena? Pues no lo sé, resulta que soy rara señores, soy rara y complicada. Y me rindo de tratar de entenderme a mí misma, prefiero solo aprender a vivir conmigo  y mis bipolaridades, y a mis sueños, jamás les haré caso, pasan a estar entre esas cosas que ignoraré pues no hacen sino darme malas ideas y confundirme cuando quieren. Muérete Sub-consciente, te agradezco no me jodas. 

Esto es en el aeropuerto de Frankfurt, que es mi favorito hasta ahora.

Victoria B.

sábado, julio 30, 2011

Adiós Julio.

Pues resulta que es julio ¡casi agosto ya, coño! Pero aún julio, sí. Y pues resulta que tengo julio atragantado, me cansó, no me cae. Julio es de esos meses pesados, que joden como ninguno. También resulta que todo empezó en junio. Yo estaba allá, y era fácil vivir en un sueño, bastaba con quedarme mirando fuera de la ventana para así huir a mis propios pensamientos, pero ya me toco enfrentarlos, tuve eternas horas en el avión para enfrentarme a los mismos.

Son mis demonios que me persiguen. Mis dudas, mis temores, mi incertidumbre, mis ganas de volar, mis ganas de empezar de cero, o quizás las de adelantar mi vida, es posible que sean las ganas de aprovechar el ahora, la desesperación de sentir que perdí y sigo perdiendo mi tiempo, que los años pasan y mi Curriculum Vitae da más vergüenza que mis tortillas de papas. Y es que el país no ayuda, ¡carajo! Como me lo complica todo, querer hacer un curso aquí es irse de paseo por toda la ciudad hasta no conseguir nada, exceptuando aquel que costaba una millonada. Esta es, además, una ciudad donde para tratar de ser un ciudadano consciente y reciclar, hay que joderse como nadie. Solo hay un punto de recolección decente y cuidado en toda la capital y fue inaugurado hace no mucho más de una semana.

Estoy cansada de julio, estoy cansada de esperar. De esperar en colas, esperar por papeles, de esperar por citas a lugares a los que no quiero ir, y otro a los que sí, cansada de esperar a que pasen las horas y harta de esperar por él. Dicen que la paciencia recompensa ¿no? (don’t really know who says that, but it sounds good to me, I’ll keep that phrase) Me fascinaria saber cuánto tarda en recompensar, la muy puta. Porque me tiene como cansadita, ya.

Ha sido un Julio de encontrarme con algunas personas y de extrañar a algunas otras, un julio de retomar la rutina y de bajar de peso, de ver a la familia, amigos, no tan amigos y demás. Un julio observando de nuevo la vida caraqueña, de escuchar tanto piques por las noches en la autopista como balas siendo descargadas seguramente acabando con la vida de algún inocente (o quizás son tanto). Un julio de retomar mi relación con Copérnico, de tener responsabilidades familiares, de volver a avisar mis movimientos, de voltear a ver sobre mi hombro (lo más común es por el retrovisor) a asegurarme de que nadie me sigue, un julio con un presidente enfermo según los medios y más sano que el coño según yo. Un julio de mentiras, verdades, esperas, asquerosos abrazos, esperados abrazos, palabras falsas, sonrisas reconfortantes, bienvenidas -tanto mías como ajenas-, de resultados ansiados… Un julio de acostarse cuando los pájaros cantan y despertar para el almuerzo, de dormir en casa de mi mejor amiga y echarnos todos los cuentos de nuestras experiencias… un julio de regreso a la rutina.

Pues resulta que julio ha sido un poco lo mismo a mis pasadas vacaciones, variantes siempre hay, claro, pero el común denominador es el mismo. Pero yo, yo no puedo volver a pasar tanto tiempo sin tener algo que hacer, yo ya no estoy acostumbrada a la anarquía venezolana, yo me malcrié en la tierra natal de muchos de mis ídolos. Hoy estoy en el mismo lugar donde estaba parada el año pasado, sin haber aportado mucho mas a mi CV, pero hoy soy alguien totalmente diferente, o así me siento, aún cuando muchas cosas permanezcan igual, y aun cuando haya gente que me vea idéntica, yo, como persona, siento que soy alguien diferente, no sé si cambié para mejor, pero si sé que estoy feliz con la Victoria que surgió. Con la diferente muchacha que encuentro hoy 29 de julio, a la que había hace un año, recibiendo su titulo, tomándose fotos en pantuflas con los tacones en la mano, lanzando el birrete a los aires, dejando ir con el todos esos cinco años de estudios en un colegio al que aún hoy, adoro (ya veremos cómo cambia eso en los próximos cinco años de carrera). Si, siento que he cambiado.


Este último comentario de que he cambiado y bla bla bla me recordó de alguna manera bizarra a esta canción:




Victoria B,

sábado, marzo 26, 2011

Start over again. -borrador salvado-

04.03.2011

Y es comenzar todo de cero, borrón y cuenta nueva. ¿Y cuántas personas no matarían por poder comenzar de cero dónde nadie te conoce y puedes ser simplemente… tú? Pero yo, yo extraño tantas cosas, extraño los american accents y extraño el buen sabor de lo conocido, extraño la compañía, sí, eso de poder estar solo cuando quieras y cuando no simplemente bajar las escaleras y encontrarte a ese pocotón de gente que ha sido tu familia por ‘tanto tiempo’... extraño muchos ojos, muchas miradas, muchas risas...
Lo que me sorprende es que antes de emprender esta experiencia –hace cinco meses-, yo siempre había sido una persona desprendida, no me apegaba demasiado a las personas, es algo que siempre me ha tomado mucho tiempo, pero con esa gente era verlos constantemente, era vivir con ellos, y es que la soledad que tanto disfrutaba antes, ahora ya no es tan placentera, ahora esta soledad me obliga a tomar aprecio con esa gran facilidad, me obliga a hacer amistades... algunas provisionales, otras duraderas.

Borrón y cuenta nueva... por segunda vez en menos medio año… es algo difícil de aceptar, es algo difícil de sobrellevar, no es sencillo en lo absoluto tener que conocer a todo el mundo de nuevo, no es fácil extrañar ahora no solo un lugar, sino dos... no es fácil sentir como la soledad te invade de nuevo y se cuela en mas momentos de los que quisieras durante tu día a día.
Es sencillo ver todo desde afuera y juzgar o dar consejos, siempre es más fácil cuando eres un tercero. Pero a la hora de vivir la experiencia te toca darte varios golpes, hacerte varias heridas y empezar a cicatrizar, además te toca cambiar tú estilo de vida, si, como si fuera tan sencillo cambiar algo como eso a cada rato. ¡Pues no lo es! No es fácil no tener nada constante, ni si quiera la falta de rutina, porque esto es, en cambio, pasar de una rutina a otra a cada rato, como si estuvieras cambiando de funda de almohada…

Espero adaptarme pronto. Espero volver a ser la Victoria que disfruta de estar sola con su compañía y la de un libro. Espero dejar de extrañar todo y espero no volver a agarrar aprecio a las cosas en este sitio, porque sino luego al retirarme será duro nuevamente.


Ya quisiera yo viajar tan ligera.


Victoria B.

lunes, marzo 21, 2011

Trauma de una dificil decision.


Acurrucada en mi cama deleitándome con uno de esos libros que te atrapan desde la primera hasta la última página de sus escritos, aguantando los parpados que se cierran con el cansancio para leer tan sólo un párrafo más, una página más, una sesión más.. un capítulo más.

Fue en un momento de intimidad libro-lectora cuando repentinamente vibra mi celular debajo de la almohada.. veo la hora, 4.20am, ha de ser alguien en Venezuela, de seguro "más vale que no sea una puta cadena" pienso.
Cuando abro el msn, era mi madre, algo me hizo pensar que no sería algo sencillo de responder, por lo cual abrí desde el historial.
Y en el párrafo se leía algo así:
"Hola mi amor, aquí pensando, ¿Te parece más ir a Alemania o venirte ese mes a Caracas? Así te traes tú misma tus cosas, estas un rato con tus amigos y tu familia, no sé a mí no me importa no irme ahora, piénsalo. Sí, ya sé que tienes el pasaje a España comprado, pero no importa"

Mi reacción fue mas o menos la siguiente
"........................... me tienes que estar jodiendo"

A ver, la posición en la que quedé fue algo como: O irme un mes por varios países de Europa (los cuales no conozco) con mi mamá, Ó... ir a Venezuela, ver a toda la gente que quiero y extraño, comer lo que tanto me hace falta, tomar una ducha decente... etc.
Comprenderán que, sí, suena ridículo si quiera planteármelo, pero me tentó demasiado la idea. Extraño muchísimo mí país, mí casa, mí familia, mis amigos, TODO... extraño todo..
Pero por otro lado es estúpido dejar de lado la oportunidad que se me estaba presentando solo por un poco de sensibilidad y lloriqueo de mi parte. Suena estúpido dejar de lado una oportunidad que mucha gente soñaría con tener a mi edad... sí, RIDÍCULO, losé.

Desde ese momento no fui capaz de leer una sola línea más, mi cerebro no procesaba ni una palabra en inglés -francamente no creo que pudiera procesar muchas en español tampoco-. Y como éramos pocos, parió la abuela. Ya no tenía sueno, pasé unos cuarenta y cinco minutos, acostada en la oscuridad, meditando mis opciones, planteando ideas, sacando pros and conts de todo este nuevo plan que mi mamá me planteó repentinamente a menos de una semana de irme a España.
Diosmíosanitísmo, o sea, NO... finalmente, el día siguiente, después de mucho más pensamiento y consultarlo con una amiga, llegué al punto en el que sí, seguía con el plan original, me voy a Europa.

Pero ahora sólo me queda ese mal sabor de boca de lo que pudo ser.. de ese abanico de opciones que se abrió ante mi por unas 12-18 horas. (Confieso que entiendo lo frívola que he de sonar.. ustedes deben pensar "que sencilla es su vida y ella quejándose, vete a la mierda". La verdad yo también me mandaría a la mierda, pero desde que esto es un espacio dónde soy yo la que escribe lo que piensa, y desde que soy yo la que decide que público aquí y que no, pues sí, pongo mis frivolidades, me quejó de la simplicidad de mi vida, y digo lo difícil que me pareció tomar una decisión en este caso.
Ahora solo pienso en que podría haber ido a Venezuela, abrazar a mis amigos... ciertamente, no tienen idea de cómo extraño a mi familia y a mis amigos... no saben cuánta falta me hace una conversación que no esté basada en hipocresías o en temas vacios que CLARAMENTE a ninguno de los miembros de la conversa le interesan... Y es que casi todo mi último mes ha sido así, porque en este bendito nuevo colegio no he conseguido buenos amigos.. ya extraño también a mis árabes, a mi gente de Bedgebury, a mis argentinas fumadas...

Definitivamente, he decidido que no me puedo involucrar más con nadie, que no me debe empezar a importar nadie, porque siempre el final es el mismo... uno de los dos se va y estamos en una amistad a larga distancia, que por más que igual perduran, no es lo mismo.
Al mismo tiempo, ese no querer aferrarme a nadie, me aleja tanto de todo que me aparto lo suficiente como para si, finalmente, volver a disfrutar de mi soledad. Pero a veces es demasiado tiempo sin hablar con alguien con quien de verdad quieras hablar y que no estés hablando simplemente por pasar el tiempo or just being polite.


Ya finalmente arreglé el POCOTÓN de horrores de toda índole que minaban ete post. Disculpen los inconvenientes causados y las astillas a los ojos que pude haber lanzado, lo siento... Ahora creo que ya está bien... Gracias.

 Victoria B.

jueves, marzo 17, 2011

Algunos pensamientos sobre Japón. -Saliendome un poco de lo común por aquí-

Ok, no he estado muy segura de qué decir ni cómo decirlo, pero tengo que hablar de alguna manera de la situación en Japón… Además, se que este post es un extremo totalmente diferente a lo que normalmente escribo, no tiene nada que ver con mi blog, pero al fin y al cabo, estos son mis pensamientos, esta soy yo… y bueno, aquí vamos:

Durante este tiempo aquí he conocido aproximadamente a unos 10 japoneses, uno de ellos es, de hecho, un muy buen amigo mío a quién llegué a agarrarle mucho aprecio. Esto, me hace sentirme (de alguna loca manera) más conectada a todo eso.

Todos mis amigos japoneses, sin embargo, aseguran que sus familias y seres queridos están bien, lo cual me da cierto alivio… hasta que leo el periódico y me estreso de nuevo. Luego, Masa, me dice lo mal que se siente, lo inútil que se siente al estar atrapado aquí en vez de estar allá “ayudando”. Lo cual no tiene mucho sentido, porque un muchacho de 17 años no puede hacer mucho para ayudar, no está en sus manos hacer mucho… Sin embargo, creo que yo sentiría la misma ansiedad, porque es de hecho esas ganas que me dan de poder hacer ‘algo’ cada vez que ha pasado algo con la ucv en Venezuela durante estos 5 meses, que igual no podría hacer nada, pero es ese “quisiera estar allá”, entonces pienso en todos los demás japoneses que deben sentir lo mismo, all over the world.

Luego pasa, que no solo tuvieron el bendito earthquake con su respectivo tsunami, sino que una cosa llevo a la otra y las plantas nucleares no aguataron y han ido explotando y/o llegando a situaciones críticas que pueden llevar a más explosiones. ¿Qué pasa? Bueno, el gobierno japonés dice que la radiación es de 250 milisieverts (por hora), cuando el ‘límite’ legal es US es de 50 y en Japón de 100. Entonces obviamente esto resultaba un gran peligro para los 180 trabajadores de la planta nuclear y de paso, para todos los habitantes que esten cerca de área (basicamente, a la larga, para todo Japón).

La gente en los refugios no tiene comida, he leído que hay algunos refugios en donde les ha tocado comer medio cambur un día, nada al siguiente, y una ‘salsa’ durante dos días seguidos… luego se acaban las mantas, ok, bien. Hasta que empieza a nevar y llegan a temperaturas de hasta -5 grados. Aparte, ellos allá no están ni la mitad de informados que nosotros, no les dan noticias en lo absoluto, se enteran de algunas cosas, POR TV. Todo esto, muchos estando sin calefacción ni manera de calentar comida por falta de combustibles. Combustible, que por cierto, con toda la situación en Libia con Gadafi y demás, está en uno de los momentos más caros de la historia (cabe acotar que las noticia de Libia han bajado en la escala de relevancia –supuestamente- pero todo sigue ocurriendo y todo sigue siendo desastroso con amenazas de guerra, solo que no recibe tanta atención periodística) entonces pues facilitar este combustible en momentos así, parece ser una ardua tarea.

Ok, pero están recibiendo ayuda de otros países, todo va a salir ‘bien’, en lo que ‘bien’ cabe… seguro habrían algunos rescates milagrosos que, después de veinte días encuentran a una señora de sesenta años con su perro y el nieto de 4 meses, todos vivos, acurrucados juntos bajo el techo demolido de una casa.

Pero entonces, la ayuda externa se empieza a retirar, porque resulta que el bendito gobierno japonés, dice que eran 250 milisieverts, pero superan los 400, lo cual puede ser realmente peligroso con tan solo horas. Y pues la única solución que encuentran es: “retírense tropas…”.
En parte no podría estar más de acuerdo, por otro lado, leo declaraciones ayudantes de varios países, colaboradores de la cruz roja, gente que fue para allá a ayudar, que dicen que no se quieren ir, que fueron a ayudar y si tienen que poner sus vidas en riesgo, lo hacen, pero resulta que al menos las ‘tropas’ británicas, no reciben permiso para quedarse, no les dan los papeles, no les firman un piche papelucho que diga "haz lo que te dé la gana con tu semerenda vida” no, ellos son obligados a retirarse. En este punto me parece que no está del todo bien, que aunque tengan ciertas razones para decirles ‘vete’, si alguien se quiere quedar, debería poder hacerlo… no imagino lo que es estar en la situación de ninguno de ellos (ni de las fuerzas de inteligencia que tomaron las decisiones, ni de aquellos que fueron a ayudar y ahora han de retirarse).

Entonces las esperanzas para los japoneses van disminuyendo cada vez más. La naturaleza los ataca, la mala suerte y mala planificación pasa factura, los políticos desgracian la vida de millones de personas… en definitiva, la comunidad internacional se estremece, y no nos queda más que ver lo que sucede y morir en la impotencia, no nos queda más que donar cada vez que podamos cuando vemos a alguien con un pote bien identificado en la calle… supongo que en Venezuela hay muchos lugares donde puedes llevar comida enlatada y demás… Honestamente, no hay mucho que hacer, y leo las noticias todos los días con un nudo en la garganta…

Comencé todo esto diciendo que tengo varios amigos japoneses hoy por hoy, supongo que si no los tuviera las noticias tendrían el mismo efecto en mi… simplemente que ahora no imagino lo que es estar en su posición, ahora puedo hablar con alguien que está íntimamente relacionado al tema y percibir lo difícil que es, simplemente uno se conecta un poco más a la situación. Y tal como lo de Libia, leo las noticias sin perder un solo reportaje, pues lo siento más personal, más ligado a mi… pues simplemente te atas de alguna manera un poco más al tema. Y resulta que termino viviendo estresada bajo todos estos acontecimientos que tienen al mundo patas pa’ ‘rriba.

From left to right: Jane, Victoria, Lorinda, Crystal and Masa.


Victoria B.

martes, marzo 15, 2011

We all want to be young (video)

This is the new youth, this is us, this is the world we live in and this are the expectations in us... We are the today but we are the future as well... Now, just live, create, fight and reach your aims... do whatever you want but be yourself.


We All Want to Be Young from box1824 on Vimeo.

jueves, febrero 10, 2011

Short Essay: My belief.

Hace no mucho me pidieron que escribiera un ensayo hablando de mi religión, es un poco limitado pues no quería excederme en el numero de palabras, es super básico pero digamos que me parece algo interesante de publicar pues es un tema que nunca he tocado por estos lares.


Nowadays there is a lot of religions, in our current society there are many religions to choose, but I haven't found one that completely fits with my own beliefs, and that’s why I consider myself an agnostic.

If we search for the word agnostic in the dictionary we would get that “it’s a person who is not sure whether or not God exists and that thinks that we cannot know it either”. And that exactly what I think.

I believe that maybe there is a greater power (which people usually call God) and that greater power is the responsible of the Big Bang (yes, I agree with that theory). Lets say that it can be the one who created everything, but what makes me doubt is Who created that ‘God’? Why and how is he/she/it there? No one knows, so there might not be any God.

For me, the main reason for human being to have a God is that they need something to rely on, someone to ask for mercy when things are going wrong, someone to blame when anything happens. For me is the clearest sign that the human being is coward and selfish by nature.

When I was a child I used to be a catholic because that’s my mom’s belief, she is not the nest catholic I’ve ever met because she doesn’t go to church neither prays or anything, but she tried to teach me to be a good catholic. It worked for a long time, but while I was growing up a lot of questions came out and I started judging my religion because it wasn’t able to answer me properly all the questions about our own existence and stuff like that.

That’s why sooner than later I realized that it didn’t work for me and I tried to find my own path, and I ended up not having the answer to anything but also, I don’t care anymore. I have no intentions at all to find out all those answers and I just live my life without worrying about it.


Yep, and that's all for the moment...
Victoria B.

miércoles, enero 12, 2011

Iniciativa para cambio de planes.

Ahora que me puse a pensar, estaba haciendo un análisis técnico de mi blog, y me doy cuenta de que cada vez dedico mas entradas a él, me doy cuenta de que cada día soy mas cursi. Veo mis posts y pues cada vez les cuento menos de lo que ando haciendo por estos lares en un sentido global y hablo simplemente un poco más de lo qué pienso y lo qué siento.
Estaba pensando que quizás debería hacer un balance. Equilibrar ambas cosas, porque después de todo, me gustaría tener recuerdos de los momentos que he pasado aquí con amistades y demás... no solo de aquello que estaba cruzando por mi cabeza, no sólo de él o de su doble o de aquél otro que aplastó mi orgullo tal y cómo yo pisoteo las ojas secas que me encuentro en el camino.
Sí, creo que empezaré a hablar un poco más de lo que hago... después de todo... ¡estamos en el reino!


Victoria B.

jueves, diciembre 30, 2010

Mi Pequeño 2010.

Mi reciente ausencia se debe además de a la falta de tiempo, también a la desgana y necesidad de alejarme del mundo por completo. Ni si quiera el escribir me ha llamado la atención para distraerme.

Durante este año, en cuestión de logros personales y de realización de mis proyectos, este ha sido -creo- el mejor de mi vida. Es algo que desde mediados de año estoy diciendo “Este es mi año” y yo esperaba cerrar el año con broche de oro para continuar así. Sin embargo, el 2010 decidió arruinarme el fin de año. Decidió que yo no podía pasar la última mitad del último mes del año con esa sonrisa o con esa tranquilidad que me había colmado, no… el 2010 decidió que si bien me arruinaba mi fin de año o bien me daba un preview de lo que será el próximoy quizás hasta los dos –espero que sea sólo lo primero-.

Este año 2010 comenzó con lo que era una Victoria llena de ideas, de proyectos, de entusiasmo, de “ganas de echar pa’ lante” y lo hice, consegui –básicamente- todo lo que quería. Este será un pequeñísimo recuento muy muy general.

Comencé el año estudiando para pruebas de la universidad, inscribiéndome para las diferentes carreras en que quería presentar examen y demás. Durante ese primer trimestre fue básicamente poner la base para todos mis proyectos… durante ese primer trimestre también conocí a alguien que cambió radicalmente mi vida y que me da más ganas aún de triunfar y de hacer las cosas bien. Ese muchacho de los ojos verdes que me llevó por un tiempo por la calle de la amargura pero que siempre me saca una sonrisa inevitable, dueño de muchos sueños y alegrías. ADEMÁS, Copérnico llegó a mi vida ese 27 de marzo. Con esos faros que alumbran mis noches y ese olor que alegra a mi pituitaria, compañero de alegrías, tristezas, rabietas y hasta de diligencias.

En mi segundo trimestre ya el estudio para las pruebas de la universidad era incluso un tanto agobiante, luego en cuestión de cinco o seis semanas, presente todas mis pruebas (creo que el periodo de pruebas, de hecho, comenzó -en parte- en el primer trimestre) y empecé a recibir resultados. Consiguiendo así que de presentar 4 exámenes, había quedado en las 4 carreras que había solicitado (3 en la UCV y 1 en la Simón) por lo tanto, decir que brincaba en una pata, es poco. Para finales de este trimestre, en junio, ya podía decir que estaba graduada. Ya era Bachiller de la República de Venezuela, genial, ¿Qué mayor alegría que finiquitar cinco años de estrés y arduo trabajo?. Durante esta época, además, fue la presentación de los bailes para los que llevábamos ya meses ensayando y que me tenían por la calle de la amargura pues sentía que no me sabía nada, así que ese estrés y esa tarea fija por las tardes, ya era tema zanjado. Con él, todo iba en cuesta progresiva, sentía que mi vida difícilmente podía ir mejor en esos momentos.

El tercer trimestre fue, al igual que sus hermanos, fabuloso. Finalmente los actos de graduación, emociones a flor de piel, alegrías, un discurso de grado que consiguió una audiencia de pie y con ojos aguados, profesores que brindaban palabras de aprecio -y por supuesto también las recibían-, etcétera . Comienzo de las vacaciones, más alegrías, salidas, vagancias, páginas y páginas leídas y muchas más por leer, encuentros con él y POR SUPUESTO, ese viaje de graduación con mi grupo de amigos en el cual creo que nadie puede decir que no la paso de maravilla. Creo que fue en este trimestre en el que la piscina ya estaba lista, más alegrías y además, más planes. Poco después, mi cumpleaños, alegrías nuevamente, algunas desilusiones y algunos insultos, buenos amigos conmigo, otros no tan amigos, buenos amigos que hacían sentir su ausencia, pero mayormente, pasarla bien, nada más que eso. Más tarde durante este trimestre también hubo cosas que terminaron, él me decepcionó y prometí más nunca darle una oportunidad -mentira-. También comenzó el estrés por mi ida a UK, por CADIVI, por el pasaporte español, etc. Finalmente, dos semanas después de mi cumpleaños, llegaron mi licencia y los pasajes de avión para irme, ambos el mismo día. Más y más alegrías.

Por último, mi cuarto y último trimestre. Comienzo yendo a la universidad, esas fueron tres se las mejores semanas de mi vida. Amé mi carrera y reforcé mi pasión por la ‘Universidad Central de Venezuela’. Conocí a muchas personas, solo hay unas pocas a las que de verdad les tomé aprecio, cosa que nunca había hecho antes, y a una de ellas puedo decirles ya que le tengo muchísima confianza y cariño. Antes de irme también lo vi un par de veces a él, una vez quedé por los pisos por su falta de... todo. La otra vez, también quedé más o menos, digamos... desanimada. Pero fue con ganas de más y más. Y porque sabía que esa sería la última vez que lo vería en mucho tiempo, sabía que ese último abrazo con sabor a miel, debía durarme por casi todo un año. Ese mismo día que lo vi a él, mis bellos amigos me hicieron una despedida ´sorpresa’ (era sorpresa, pero más de uno lo arruino :) jajaja) en la que al principio, lo que menos quería era verlos… había llegado a mi casa derrotada y cabizbaja, para encontrarme a toda mi gente allí, lo que quería no era más que meterme en mi cama a dormir. Con CADIVI esos últimos días también eran solo estrés, un estrés incontrolable, y mi madre no colaborada a evitar las canas que me estaban saliendo y que encuentro hoy de cuando en vez en mi cuero cabelludo. Última semana de ese octubre… partí a mi nueva vida. Comencé Noviembre en lo que sería mi nuevo hogar por nueve meses, allá he conocido muchísima gente, muchas gente muy buena y agradable, otras no lo son tanto. He sonreído, he llorado, he gritado y me he calmado. He estudiado, he tomado, he bailado, he corrido, he dormido, he leído, he querido, he abrazado, he besado, he viajado, he hecho todo cuanto he podido. Comenzó todo con aquél que tiene ese aroma hipnotizante y finalmente, finales de la primera semana de diciembre (11dic.), partí a España. Aquí donde las cosas comenzaron con un claro pie derecho. Segunda semana aquí, comenzó con un claro salto de pie, dejándome inestable pues no sé hacer equilibrio con el pie izquierdo. Para finalmente, a mediados de esa segunda semana, fui tumbada abruptamente por un 2010 cansado de mis triunfos, derrotándome asquerosamente así como había tratado durante mucho tiempo. Arrebatando algo de este mundo que no solo me afecta a mí, sino que somos muchos los que salimos heridos de esta situación, siendo yo, uno de los terceros eslabones en la escala de afectados. Sumándole una pena más a ese día que ya yo bien llevo tatuado en mi cerebro. Después de eso, ya este diciembre tomó un rumbo lúgubre, he hecho de bastón, he escuchado historias, he consolado lagrimas y he conseguido sacar algunas sonrisas, siempre tragándome todo aquello que yo pueda sentir. Ya mañana, termina este año que me ha traído tanto… Espero que termine lo mejor que pueda terminar. Al menos, con unas copas en alto, brindando por la vida y por ella. Y pues claro, por él, a por quién ya llevo yo tres años dedicandole todo lo que consigo.

Dejaré pendiente para mañana -que espero tener tiempo-, hacer un recuento fotográfico de este año.

Por ahora, los dejo con mi collage del anuario:


































Victoria B.


jueves, diciembre 23, 2010

Cavilaciones.

La mitad de las cosas que escribo se quedan inconclusas en no más de tres parrafos. De la otra mitad, todo aquello que temrino no lo publico por dos razones, o no es lo suficientemente bueno ó no lo quiero publicar, ¿Y qué es lo que pasa? Es que ya esto está dejando de ser un espacio que veo solo mio y de cuando en vez me encuentro con que he sido espiada y controlada -sí, exagero- pero es que hay algunas cosas que me gustaría que fueran un poco más privadas..
A ver, les explico... desde que estoy en el viejo mundo mis amigos, e incluso mi familia, quieren enterarse de mi vida porque pues, ya no estoy ahí para contarla todo el rato y pues porque cada vez me comunico menos -especialmente porque Rodolfo me lo impide... o más bien 'dificulta'- el caso es que no me importa, mi blog está allí para ser leído. Pero es que hay veces que sí, que me corta. Es que antes de venirme pues creo que solo un cuarto de mis lectores eran personas que conocía verdaderamente... los demás son lectores transénues, e incluso algunos asiduos.. Lectores con los que algunos siento que hasta los conozco en serio, que si los viera por la calle les saludaría como se saluda a un viejo amigo. Pero que a pesar de que me conocen tan bien (pues quien lee mi blog me conoce bastante) no me da corte alguno publicar nada y puedo decir absolutamente todo lo que me salga de los ovarios.

Creo que voy a tener que recuperar la confianza con mi amigo -mi blog- tendremos que empezar de cero y vovler a empezar a postear todo lo que quiera decir. Y que me lea quien me lea.. si les gusta, bien. Sino, pues también.
No sé, creo que voy a tener que volver a publicar todo. Haciendo caso omniso de quien me pueda leer y de quien no me lea. Así se enteran ¿no? sí, sí... olvidenlo... cavilaciones inútiles.. atando cabos dentro -y fuera- de mi mente..
Adieu!.





Victoria B.

lunes, octubre 11, 2010

Y me quedé con ese mal sabor de boca...

Cuando mis días se cruzan contigo pierden todo su sentido. Lo que ayer estaba claro: hoy dejó de estarlo y lo que ayer añoraba: ya hoy no estoy tan segura.


Cuando me cuentan de ti en medio de un día, puede resultar una total alegría, que me provoca dar saltos al ritmo de la vida, o simplemente me desmoronas el momento.

Te crucé en nuestra casa de estudios y aquella promesa de que serías un total desconocido, se fue como la hoja en un caudal. La saludé a ella, y por detrás, venía un muchacho, con una sonrisa de esas que solo tú sabes dibujar y con una naturalidad digna de un actor.

Fue un abrazo de esos que le das a alguien que quieres cuando llevas tiempo sin verlo. Sentir el calor de tu cuerpo alborotó todas las células de mi cuerpo. Ver tu sonrisa me devolvió inmediatamente a momentos en los que esa sonrisa era lo único que era capaz de ver. Te veía hablar pero no escuchaba lo que decías, la silueta de tus labios me hipnotizó como sólo los profesionales del reloj han de saber hacerlo.

Fue un encuentro rápido, que obviamente, estaba planeado por ella, quién se acercó a mí y me dijo haberme visto de lejos. Ha de haberte arreado a saludarme, no lo sé, y no me importa.

El corto encuentro se finalizó con una promesa de vernos todos minutos más tarde.

Al irte las miradas y comentarios de mis compañeros encendieron mis cachetes que habían logrado permanecer relativamente normales en lo que duró tú presencia. En mi interior se guardaba una especie de emoción y de desesperación. La cola se me hizo eterna, los comentarios y conversaciones de mis amigos pasaban desapercibidos ante mí. Me quedé en un limbo personal, me quedé atando cabos y tratando de pensar, lo cual me resultaba meramente imposible, es como dice el sabio Fermín Romero de Torres, “Corazón caliente, mente fría”.

Traté de integrarme realmente a la conversa, cosa que logré, no sin mucho esfuerzo, pero lo logré.

Finalmente entramos, ya iba con mi bandeja de comida en mano, me dirigía al piso de arriba donde habías dicho se iban a sentar. Empecé a revolotear con la mirada entre las mesas abarrotadas de gente que comía, hablaba y reía. Te encontré, de pie, en una cola para el bebedero. Mis amigas ya habían encontrado mesa y me uní, me senté y por un rato, te saqué de mi mente, decidí que merecía comer en santa paz.

Cuando ya la comida no saciaba el hambre sino que empecé a comerla por simple obligación, miré hacia mi izquierda y ahí encontré esa camisa azul que había visto antes, encontré ese corte de niñito gallo -que espero haya sido mala mano del barbero y no tu nuevo ´look’- pero que se me antojó realmente gracioso y tierno.

Allí estabas, de espaldas, a tres mesas de distancia.

Todas terminamos de comer. Cada una tenía un plan distinto para el resto del día. Yo, yo no tenía plan… pero de un momento para otro, había decidido que quería pasar un tiempo contigo.

Dejé mi bandeja y me despedí de todas. Salieron no sin antes dedicarme una mirada de extrañeza, cuando yo, por el contrario, subía nuevamente las escaleras.

Allí estabas, te vi de lejos y me detuve a contemplar tu semblante. Me provocó llegar y acariciar tu pelo o cosquillearte la espalda, cosa que no haría pues sé que detestas. Así que llegué, con completa naturalidad y me paré al lado de la mesa, estaba allí mi amiga, otro muchacho -a quién he visto tres veces en mi vida y cada vez que veo hablamos-, , justo al lado de él, y otras cinco personas que pasaron desapercibidas ante mi mirada.

Saludé a mi amiga nuevamente, dediqué un saludo al muchacho previamente conocido y luego crucé mi mirada con la tuya, expectante. Me viste, torciste la boca y devolviste tu mirada a la comida.

Mi corazón se detuvo, mis manos empezaron a sudar y algún órgano que no reconocí ha de haber explotado en ese momento ante tu reacción seca, propia de alguien que ve a un desconocido.

Terminaron de comer, yo me quedé haciendo ‘compañía’. Dejaron sus bandejas y los que tenían clases corrieron antes de llegar tarde. Te quedaste tú, aún sin devolver la bandeja. Yo no sabía qué hacer, quería seguir caminando para no verme desesperada, pero no quería perder mi oportunidad de estar contigo un rato más. Te esperé en lo que finaliza la línea para devolver la bandeja, me viste, sonreíste y empezamos a andar como si fuera lo que ambos esperabamos hacer. Hablamos de trivialidades, cosas banales que ahora no recuerdo y que probablemente me hubieran preguntado tres minutos después de acontecido y tampoco hubiera sabido.

Una naranja que llevaba en la mano era la elegida para recibir todo el estrés y los nervios que cargaba encima… pobre naranja.

No llevábamos ni dos minutos caminando y hablando cuando aquél otro muchacho a quién escasamente conocía se nos unió. Cosas que pasan, pues. Gente que se une a los grupos y que no cabe más que sonreír.

Empezamos a caminar los tres, aún hablando deyonoséqué. Ya en el pasillo me preguntaste que qué iba a hacer, quise responder ‘quedarme contigo’ pero solo atajé a decir: “no sé, ya no tengo clases, pero no me quiero ir ya a mi casa, así que me quedaré por acá otro rato.” Creo que aunque no lo dije, quedo claro que pretendía quedarme con él o algo por el estilo.

De un momento a otro, lo vi saludando a dos amigos de él, dos muchachos en los cuales no repare en lo absoluto, dos muchachos a los que no les tengo cara, son una mancha negra en mi memoria.

De un momento a otro dijiste “Yo sigo con ellos” y te despediste con un maldito batuqueo de manos. Allí me quedé yo, con un desconocido, desconcertada. Finalmente me eché en tierra de nadie, con este desconocido al lado, que solo era un personaje de fondo en mi escena, en mis pensamientos.

Luego él se fue a buscar a noséquién en nosédónde.

Finalmente me quede sola. Con el día destrozado.

Hoy agarraste mi día y lo hiciste pedazos, lo picaste muy fino para que supiera mejor, después lo lanzaste a la licuadora y terminaste por echarlo en un vaso, con alguna ramita verde que lo adornara para devolverme mi día, hecho trizas. Por ti y por mí.

Y es que yo me busco las cosas que me pasan… totalmente.

O sea, yo sabía que en cuanto me quedara sola iba a caer nuevamente a una asquerosa realidad, yo sabía que no sería un momento grato. Sabía que una sensación recia, como la de un ladrillo, iba a quedar atravesada en mi estomago. Sabía que inmediatamente extrañaría tu olor, tu risa, tus ojos verdes, tu tez clara y tu buen humor… yo lo sabía. Pero no esperaba que ese tiempo contigo fuera tan corto, no esperaba que me dejaras en medio del pasillo, sintiéndome cual niña huérfana. Con ganas de abofetearme por ser la maldita niña infantil, sentimentalosa, masoquista y estúpida que soy.


Honestamente, alguien tan inmaduro, pollo y tan bolsa como yo, no debería estar en la universidad.


“Yo sigo con ellos” dijo…

 
 
Victoria B.

jueves, octubre 07, 2010

Dueños del Libertinaje.



¿Sabían ustedes que en Inglaterra es legal que un niño consuma alcohol en su casa con sus padres a partir de los CINCO AÑOS?


Pues sí, esa es la edad legal. Con tus padres por ahí a partir de los 16. Y a los 18 ya eres libre. Después la gente se pregunta por qué son tan acaba trapos los ingleses esos, tienen razones, jajajaja. Por eso me caen bien pana, por eso los amo. Y por su acento.

Thank God me voy al país del libertinaje.

Esto se los cuento porque me puse a investigar a ver si podría tomar como una persona normal allá o tendría que esconderme. Pero sí, seré una persona normal que podrá ir a los pubs con todas las de la ley.


Victoria B.

lunes, octubre 04, 2010

¡U - U - UCV!



Mañana es mi primer día de universidad. Será el primer día de tres semanas de universidad que viviré este año.

Confieso que tengo la misma emoción y los mismos nervios que me provocaban mi primer MUN hace unos dos años.
Siento las mismas ansias que tenía el día de mi graduación.
Tengo la misma esperanza que tenía cuando entre en séptimo grado creyendo que ya era grande porque mi camisa por fin tenía color.
Aquellos nervios se triplican por mil como mi primer día en Brújula Internacional en mis cursos de diplomacia porque no conozco a nadie y apesto a la hora de conocer gente nueva. -Prometo que esta vez no voy a llevar un libro para abstraerme del mundo cuando no consiga con quién hablar-.

Les confieso que llevo –mínimo- tres años esperando con ansias este primer día de clases en Derecho en la UCV. Esa es la razón por la que aunque me vaya a estudiar fuera en tres semanas, quiero empezar ahorita la universidad, quiero ver cómo se maneja la cuestión. Quiero vivir mis primeros días de clase, quiero ser la nueva, quiero escuchar mi soundtrack mental al momento de entrar al salón. Quiero conocer gente y sentir que no es tan difícil como yo lo siento. Quiero agarrarme mis colas para ir a la universidad, quiero sentir los nervios de que no llegaré a tiempo y al mismo tiempo cagarme en la hora de llegada. Quiero ver los títulos que me mandarán a leer y si es posible empezar a leerlos para adentrarme en un tema que no tocaré sino hasta el próximo año. Sinceramente, quiero vivir lo que mis amigos están viviendo. Cada vez que me cuentan de sus anécdotas de sus primeros días de clases, me alegro tanto y al mismo tiempo siento tantas ganas de vivirlo yo también, que ahora, teniendo la oportunidad, no la puedo dejar pasar.

Mañana, quiero que sea un hermoso día. No quiero ser la penosa que siempre soy y no quiero sentir todo el día la cara roja como un tomate –que además me da calor- porque voy metiendo la pata por todos lados y diciendo incoherencias.
Mañana espero ser la yo que conocen mis amigos. La Victoria que no tiene pena y que se comporta como una persona normal -o no tanto-.
Y aunque no lo logre, ya quiero que sea mañana, quiero entrar a mi facultad y por milésima vez, sentirme como en casa. Pero por primera vez, será un sentimiento respaldado por una situación real.

Wish me luck. Or not.

Victoria B.