sábado, septiembre 15, 2012


Hay algo que tengo que terminar de aceptar. Y es que he’s gone. No puede ser, que aún hoy, la  simple mención de su nombre me descoloque. “Pepito Gomita me escribió”, me dice. Y yo entro en crisis. Empiezo a tratar de entender porqué. Me pregunto si algún día me va a dejar en paz. Si algún día me dejará seguir adelante.

¿No te habías ido del país? ¡Pues vete! ¡Quédate allá y no vuelvas! Me molesta, porque aunque sé que le doy demasiadas vueltas a todo, siento que quizá tiene algo que ver conmigo. No que yo sea el centro del universo. Pero, ¿Por qué le escribe a ella de la nada? Ni que fueran amigos cercanos… no, cercana es ella de mí. Era obvio que yo iba a saberlo, ¿no? Era obvio que su nombre retumbaría de nuevo en mi mente.
Supongo que, según él, Victoria no tiene derecho a move forward. Seguro que no tengo derecho a olvidar todo lo ocurrido entre nosotros. Lo bueno y lo malo. Todo.

No Victoria, sabes que aunque quisieras, no podrías. Sabes que te enseñó más cosas de las que eres capaz de expresar. Sabes que fue un escalón en tu vida. Que llegó para romper estándares que necesitaban ser destrozados. Sino no estarías donde estás ahora. Y te gusta donde estás ahora, ¿No es así?

Pero sólo eso fue, un escalón. Para mejor o peor, eso no importa, el hecho es que cambió tu vida y siempre lo recordarás. Pero es hora de dejarlo ir. Es hora de que su nombre no te provoque un pequeño infarto. Es hora de recordar tu amor por ti misma y dejar de torturarte.

Hoy hace un mes me enteré oficialmente que era muy probable se fuera del país. Hace exactamente un mes, sentí que se me venía el mundo encima. Hace un mes, lo disculpé por todo lo que pudo haber hecho o dejado de hacer en el pasado. Si, hace un mes creí haberlo entendido todo y creí tener derecho de nuevo a quererlo. Y todo el cariño que venía reprimiendo, estalló de pronto para hacerme entender. Un cariño que dejé fluir en lágrimas por su partida.

Hoy, las cosas por las que lo disculpé ese día, se quedaron cortas con toda la humillación pasé en los días siguientes. Humillación a la que me sometí yo solita. Porque cuando uno quiere, no se mide, resulta que es cierto; cuando quieres, no te importa nada. Yo sólo quería darle un abrazo de despedida y escucharlo reír. Hoy, en cambio, no siento deba disculparlo, no siento haya nada que disculpar. Esa última humillación, ese último coñazo, me enseñó quizá más de lo que me había enseñado en los últimos 8 meses. 

Hoy siento la necesidad de eliminar su nombre de por vida. No sé cómo, pero ese capítulo tiene que quedar cerrado cuanto antes. Estén las cosas claras, o no. 


Victoria B.

sábado, septiembre 08, 2012

Nota #2 - Drenando.


Me duele, me digo a mi misma que no es así para poder sonreír y ser verosímil, pero me duele; y mucho.

Debería hacerle caso a mi intuición… siempre. Debería hacerle caso porque suele tener razón, porque a veces creo que es preferible preguntarme en el futuro “Y si hubiera hecho tal vaina…” que darme algunos coñazos que no sirven sino para que levante unas barreras intraspasables.

Ella tiene razón, a mi la vida siempre me pone a escoger, de a dos o más. No es justo.

Mi cumpleaños pasado, lo pase hablando con el todo el día. Este año ni me felicitó. Eso también me dolió… que jode. Pero jamás se lo voy a decir…

Terminé de hacer verano la semana pasada, y pensaba en meterme en un curso de 8 a 5 ya esta semana y la próxima. Estoy loca. Pareciera que no me gusta descansar. Menos mal mi mamá es más sensata que yo y me aconsejó no hacerlo.

Odio tener que elegir, no voy a hacerlo hasta que no sea imprescindible.

Me molesta cuando la gente es demasiado buena. Porque siento que yo debería serlo, y no lo soy. Me siento culpable.

Sin duda alguna, he de aprender esas técnicas psicológicas de descifrar la personalidad de una persona por su caligrafía. Esa vaina es lo más.

Ayer cumplió años mi… mejor amiga. Y esta en Canadá. No recuerdo cuando fue la última vez no pase ese día (y el siguiente) con ella. La extraño, si.

Me gustaría entender como funciona su mente. Me gustaría entender qué es lo que quiere conmigo, si entendiera, podría ponerle en alguna de las dos categorías y así no está en ese limbo raro que me trae por la calle de la amargura.

Mentira. No me trae por la calle de la amargura, si me gustaría entender… pero creo me estoy tripeando la vaina.

No sé qué estoy haciendo, pero de momento, no lo dejaré de hacer.

No, no le diré nada. Y le disculparé… pero jamás lo voy a olvidar. Suena cliché, pero es así.

Hablando de clichés, hace poco me dijeron la vaina más cliché del universo… e incluso fue cuchi (sobretodo porque aceptó la clichosidad antes de decirlo)

Extraño a Fermín. Rodolfo… Rodolfo no es suficiente. Lo siento, R.

Miento, de nuevo. Se lo dije, le dije que noté en falta su felicitación… porque así fue. Aunque no le dije que me dolió.

Yo sé que puedo ser bastante detached, de hecho, así me vendo para luego no decepcionar a nadie. Pero él… él lo es demasiado. Es como veinte veces más detached que yo… y creo que esto así no funciona. No, no lo creo, lo sé.

Claro, el que estén o sean capaces de estar demasiado involucrados, tampoco me sirve.

Sé que leyó ese post y por eso lo hizo. Lo sé… y me molestó. 

En dos días, dos amigas me han dicho que tengo que tomar una decisión… pronto. Yo creo que exageran.

Cuando alguien es tan honrado, no se merece por nada del universo que le lastimen, simplemente no es justo. No debería suceder.

Confieso que Fermín escogió casi el peor día para morir. Claro, que morir el día de mi cumpleaños habría sido incluso peor que morir el siguiente, si. Supongo que no existe fecha buena para perder tu teléfono.

Tengo que dejar de resumir mis ideas de posts para el blog en 140 caracteres por twitter. Por culpa de ese miniblog, es que tengo este abandonado.

Mi “Don’t break the chain” de escribir media hora diaria, se ha ido a la cañería en las ultimas semanas… más, incluso. Eso desde la semana del 13 de agosto.

Dejé de escribir por miedo a lo que pudiese salir. Dejé de escribir porque tipearlo y asumirlo todo era way too painfull. Dejé de escribir y ahora me arrepiento porque perdí la costumbre, el hilo de la rutina.

La gente no me cree cuando le digo que me sobrevalora. Que es simplemente el hecho de que yo sé como venderme de manera que me vean mejor de lo que en verdad soy.

Hace mucho que quiero escribir algo largo. Algo que valga la pena. Mis intentos nunca pasan de 10 páginas y son, la mayoría, seguidamente borrados. 


Victoria B.

martes, septiembre 04, 2012

Birthday Post

No se supone tenga tiempo, porque ando en el típico corre corre consecuencia de dejar las cosas a última hora. Pero aun así, creo que invertir cinco minutos al blog en un día como hoy, no puede ser tan grave. (Esperaba dejar una entrada programada... pero no lo hice)

Les cuento que llego del olvido en el que tengo el blog solo para decir una cosa: 

Hoy cumplo dos décadas... Y como todos los años, me sigo sintiendo igual que ayer cuando tenía 19 jajaja. 

Aún así, siento que decir que tengo 20 es como que.. wow. Que ya no soy teen, no más. No me siento de 20.. me siento como una carajita, una bebé inmadura. Y el próximo año ya se supone que sea una adulta responsable de todas mis acciones. ¡AYDIOJMIO!
Pero ya, no desesperéis, que eso es el próximo año. Por lo pronto, disfruto lo que me viene. Espero mis 20 sean igual de buenos que los 19... o que los 18. 

Hasta ahora llevaba todo el día sola (llegué a casa y mi mamá llegó a los 20 mins), bueno, sola no; he estado por toda Caracas rodeada de gente, pero nadie que me conozca. Y es así como compruebo mi teoría: me encanta pasar mi cumpleaños all by myself. El año pasado lo celebré el día anterior y pase el 4 en mi cuarto haciendo nada... y fue magnífico. 

Claro, que para hoy en la noche si habrá guateque, pero pasé más de la mitad del día haciendo una de las cosas que más me gusta: monologar y pensar webonadas. 

Y ahora sí, esto es todo por hoy. Espero volver esta semana, pues ya soy oficialmente LIBRE de mi curso intensivo de verano (aprobado con notón -as if you care) 

¡Nos leemos pronto, lovelies! (Esta es Victoria de muy buen humor) 


Victoria B.