Mostrando entradas con la etiqueta Mi vida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mi vida. Mostrar todas las entradas

lunes, diciembre 31, 2012

Goodbye 2012.

A ver, se que no he escrito mucho nada últimamente, y no tengo nada que alegar en mi defensa, estaré igual de ocupada que todos los demás blogueros que si mantienen su espacio. Simplemente he de admitir que lo he dejado todo pasar y que estoy super desorganizada con lo que respecta a mi tiempo. 

Pero a pesar de mi desaparición, me parecía insensato despedir el año sin dar así fuera un corto un adiós en este espacio. 
Me parecía insensato porque este 2012, en general, ha sido bastante bueno conmigo. Creo que si lo dividiéramos, las 2/3 partes de este, han sido entre buenas y geniales. 
He conocido gente maravillosa, he reforzado amistades que hice en el 2011, he cumplido metas, he leído libros que tenía pendientes por leer (aunque me siguen faltando un montón y no voy a la velocidad que esperaba), he salido y disfrutado por montones, he madurado, me he aceptado más a mi misma, he dejado de tratar de cambiarme, he viajado bastante mas de lo que esperaba, he bajado a personas de tronos en los que no merecían estar, he bajado a otros no porque no lo merecieran, sino simplemente porque se les venció el tiempo de reinar, he superado mi miedo al compromiso (aceptemoslo, que no del todo), durante casi 3/4 del año cumplí mi objetivo de escribir aunque fuera media hora al día... espero retomar eso el próximo año. 
Ciertamente también han habido cosas malas, he alejado personas importantes de mi lado, no me he dedicado tanto como debía a los ciertas materias, me han hecho daño, me han mentido, he entregado mucho a personas equivocadas... pero en general, nada de esto, puede aplacar lo fabuloso que ha sido todo lo demás.
Es cierto que no he escrito mucho en el blog, es cierto que tengo el espacio en el más absoluto de los abandonos. Pero no he dejado de escribir, y mi vida en este momento está en lo que creo es una de sus mejores épocas hasta el sol de hoy. Me siento feliz, me siento plena, siento que puedo tocar el cielo con la yema de los dedos. Y creo que esta es la mejor manera de empezar el nuevo año. 

Espero que este 2013 sea igual o incluso mejor que este año que se despide. Me propongo dedicarme a todo lo que deba enfrentarme. Me dedicaré a los estudios, al blog, al ejercicio, a mi misma, a la lectura, al orden, a escribir, a mi pareja. Y quiero madurar como mujer, como futura profesional, como persona e intelectualmente. 
Esas son mis metas para el próximo año. Todo lo que quiero es perfectamente alcanzable. Solo he de organizarme y de seguir un método. He de recordar esas dos palabras durante todo el año. Dedicación y Madurez, de modo que para finales del 2013, estaré tan satisfecha con mi año como lo estoy con este.  

"Goodbye 2012. And thanks for the memories".

Victoria B.

jueves, agosto 30, 2012

Atrapados por España.


Hace poco más de una semana, mi mejor amigo regresó de un mes de vacaciones. No voy a contar de la obvia necesidad que tenía de verlo, sino de algo que el me transmitió al volver.

Resulta que se fue a España. Pasó un mes allá, viajo por el país y... y se enamoró.

Se enamoró como todos los que pisamos suelo español. Se enamoró del país y de su gente. De las costumbres, de las palabras, del acento, de las calles, de la cordialidad, de todo. Volvió diciéndome “Me quiero ir a vivir a España”.

Y es que es así. Uno anda por caminando por allá y de repente siente “Este es mi lugar. Yo debería estar aquí... por siempre.” Y  sale el que te dice ¿Cómo vas a dejar tu país? O que ¿Por qué te irías a un país que está rejodido por la crisis? Y tu piensas ‘no me importa la crisis, no me importa cómo estén, no me importa no sea mi país, jamás otro que no sea Venezuela lo será… pero lo siento apto para mí. Siento que allí encajaría, que allí no me verán como bicho raro, que podría evolucionar a mis anchas y largas… que sería un lugar donde podría ser infinitamente feliz.’

Cuando mi amigo regresó y me contó quería vivir allá, fue como si encendieran un suiche que estaba escondido y engavetado en el fondo de mí ser. Un suiche había encerrado por allá para olvidarme de su existencia.

Porque aunque poco conté de eso por aquí, mientras estuve en Inglaterra, mi mamá no hacía sino insistirme para que presentara la selectividad española y me quedará a vivir allá, en España. Yo decía que no, que mi alma mater era la UCV y que no estudiaría en otro sitio que no fuera esta universidad. (Eso sin duda sigue en pie, de eso no me arrepiento en lo más mínimo)

Al regresar total de Inglaterra, recordé lo que era Venezuela. Recordé todo lo que yo había decidido olvidar e idealizar mientras estuve fuera. El caos.  Y de repente me entró una depresión absoluta. Me odiaba por haber rechazado quedarme en mi España querida. Me odiaba porque me sentía en un limbo: no era de aquí, no era de allá, no era de ningún lado. Me odiaba porque había rechazado lo que seguro había sido una de las mejores propuestas de mi vida.

Con el tiempo todo fue pasando. Sobre todo pasó más aún en cuanto empecé la universidad y no sólo tenía material de interés para ocupar mi mente; sino que era un material que me encantaba. Estaba fascinada con mi carrera (y todavía lo estoy), entonces decidí olvidar cualquier idea de que haberme quedado en España habría sido mejor. Decidí abordar el tema y esconder el suiche para que no fuera un tema perenne que me atormentara en la cabeza. Lo escondí por mi bien y por el bien de quienes me rodean.

Hoy por hoy, solo estoy recordando aquella época, en la que soñaba con irme para allá y vivir en un lugar que sabía me tomaría de brazos abiertos. Hoy dejé el suiche a la luz, solo por un rato, porque soñar es gratis, y porque esa ilusión me encanta. De todos modos, hay otros planes tengo hace mucho y que no he abordado, planes que me facilitarían el que si algún día quisiera irme, podría hacerlo. Planes que espero poder cumplir… son de esas cosas que cuadra uno a largo plazo y que piensa con una sonrisa en la cara.

De momento solo estoy soñando de nuevo con las calles de Madrid. Pero creo me toca verlo así, sólo como un sueño. 


Victoria B.

domingo, julio 22, 2012

Autobiografía.


"Si algún día escribiese mi autobiografía, te dedicaría un capítulo completo."

Es una frase que leí hace poco en un libro, no recuerdo si decía así exactamente, pero era lo que estaba en el espíritu del comentario. En ese momento varios nombres vinieron a mi mente de un solo golpe, muchísimos nombres a los que les tendría que dedicar un capítulo completo... y que en muchos casos se que tendría que nombrar en varios capítulos por ser tan importantes; pero únicamente uno de ellos permaneció dándome vueltas a la cabeza.

Un solo nombre. Un nombre que está presente en mi vida en este momento. Un nombre que no quiero que se esfume en mucho tiempo. Y es entonces cuando te llega esa sensación de incertidumbre. De saber que algo se te esfuma de las manos en cualquier momento. Es saber que ese nombre es como la arena, que te cuesta mantenerlo entre tus dedos, porque su naturaleza es ser libre, su naturaleza es correr sin ataduras y volar con cualquier soplo del viento.

Así le describo. Libre como la arena. Que para mantenerle atado a un solo lugar, hay que meterle en un frasco con tapa y no dejarle salir jamás. Pero eso… eso es algo que yo no se hacer, es algo que no quiero hacer. Porque para empezar, lo que me encantó desde un principio de su persona, fue ese espíritu emprendedor que emanaba de cada poro de su piel, con cada sonrisa fortuita.

Hay personas que aparecen un día en tu vida, para cambiarla y largarse. Ellos van y vienen cambiándolo todo a su paso, mientras tú, estático, les ves llegar y partir sin más ni menos.

Recuerdo siempre me pareció que era lo más cercano a un Dean Moriarty que jamás podría conocer. Era exactamente eso. Vive su vida a plenitud. Vive su vida con los sentimientos explotando al máximo en cada momento y esfumándose con la misma rapidez que aparecieron. También siempre me he preguntado como será ser una persona así. Digo, que sé a la perfección cómo es ser la estática, pero me pregunto cómo se siente ser el tornado que entra a la vida de las personas y desaparece rápidamente, cambiando todo a su paso. Sintiendo todo super fuerte, con sentimientos apasionados y abrasadores; y luego dejan las emociones desvanecer sin ningún remordimiento, sin que se altere en lo más mínimo su semblante, y se marchan actuando como si nada hubiera sucedido jamás.

Sometimes I wonder… if you were to be my Dean, would I be your Sal? I mean, am I the one you’re always going to come back to? Just when you need to feel safe, knowing that no one else will ever receive you with the same big smile as I will and caring as if nothing has ever happened?

Aunque creo que para ello tendría que verte ir y venir demasiadas veces. Y no sé si aguante, creo sería way too painful.



Victoria B.

miércoles, julio 18, 2012

Nota #1 - Detallando.


Tomó mi mano y la veía con tal detenimiento que yo no salía de mi asombro

Ahí estaba, con mi mano en la suya, justo frente a sus ojos. Acariciando todos los detalles de ella, recordando cada vena, cada huesito pronunciado, cada línea de mi palma, la forma de cada uno mis dedos.

La veía con tal detenimiento que yo le observaba a él con el mismo, incrédula. Mientras el estaba ensimismado en su análisis, yo estaba fascinada y confusa. No entendía el porqué de su comportamiento, y mucho menos ¿Por qué si es la primera vez que la tienes entre tus manos, has de verla ahora… si la podrás detallar en cualquier momento en el futuro? Parecía como si hubiera ansiado poder detallarla y analizarla durante tanto tiempo, que al instante en que pudo, no perdió un solo segundo en la labor.

Entonces me hacía comentarios de lo que iba descubriendo: "Que delgada tienes la muñeca", "Que poco rayada tienes la palma... en cambio la mía... mira". Creo en algún momento hizo alusión a lo delgado de mis dedos también, pero ya yo estaba en otra cosa, supongo. 

Era como si pensara grabarlo todo en su mente y recordarlo por siempre, quizá pensando que jamás tendría la oportunidad de nuevo. Quizá, en ese momento, ya sabía que se iba a marchar por siempre y quería mantener la imagen viva de mi mano, que fue también suya por una vez.

Pero como siempre, se quedará todo en suposiciones.

Yo, por mi parte, no detallé nada. no grabé en mi mente ninguna característica nueva que no hubiese notado en el pasado. No me afané a detallar su mano, ni la forma peculiar en que se sienta, ni lo largas que son sus pestañas, ni la curva de sus labios cuando da una media sonrisa... Solo le veía como siempre, esta vez un tanto atolondrada, tratando de entender esta nueva actitud de análisis jamás me había mostrado.

Y mientras él coleccionaba recuerdos, yo solo perdía el tiempo. Jamás pensé sería mi última oportunidad para estar detallando nada. 


Victoria B. 

lunes, julio 16, 2012

"The end has no end."

Es porque no puedo recordar tus caricias, ni el tacto de tus manos, ni la sensación de mis dedos entrelazados a los tuyos.

Solo puedo recordar mi corazón galopando y mis sentimientos encontrados en ese momento. El como no podía olvidar el daño que me habías hecho recientemente y quería que te me quitases de encima; también recuerdo como sentía las ganas de tenerte más cerca aún y el deseo de que ese momento no terminara jamás.

Recuerdo todo lo que pensaba, todos y cada uno de los pensamientos que me vinieron a la mente. El temor y la alegría. Las ganas de huir de ti y las de aferrar mis dedos para no dejarte ir jamás. Lo que no recuerdo es cual de los dos era más fuerte, ya no recuerdo cual deseaba con mayor intensidad.

Lo único que sé en este momento, es el presente. Conozco la situación ahora. Sé lo que sentí en el carro de regreso a mi casa… y el día siguiente: Ganas de huir; terror de que eso pudiera ser ‘algo’, mi maldito temor al compromiso; planes, planes para zafarme de todo; alegría, porque por fin había conseguido lo que quería; dudas de si de verdad era lo que quería o me había estado engañando; como en mi mente yo saltaba en una pata imaginando que quizá, por fin, me acoplaría a alguien, que quizá dejaría de huir, que quizá era el momento de vencer el miedo y lanzarme al vacío; incertidumbre, de no saber si todo había significado algo para ti.

Y pensar que se me ocurrió la fumada idea de lanzarme al vacío contigo.

Recuerdo la terrible sensación de todos los sentimientos encontrados. Gritándome que por favor tomara una decisión… decidí dejar ese plan para ‘más tarde’, sabía que tendría que pensar en todo eso en algún momento, pero no era ese, entonces en mi mente solo repetía “Raindows and cupcakes” y sonreí al público. No estaba lista para tomar una decisión… sabía cual sería, entonces quería disfrutar de la ilusión lo más posible.

Pero nunca tuve que pensarlo. Nunca tuve que tomar una decisión. Tú la tomaste por mí. Te desapareciste de mi vida de la misma manera que se retira uno después de romper un adorno en casa ajena. Te alejaste, desapareciste sin dejar rastro ni dar razones. Supongo que a lo mejor nunca te importó, o tal vez sentiste la misma presión… también es una posibilidad el que, como ya no habían razones para usarme, tampoco para seguir a mi lado.

Juro llegué a sentir eso, que me usabas... que me usaste.  Y mientras te fui útil, decidiste serlo para mi también. Quizá era tu forma de “pagarme”.

El hecho es que marcaste retirada, sin darme opción a replica, sin tener yo ni voz ni voto. Solo fui una vez más una pieza en tus juegos. Y he caído. He caído en todos y cada uno de esos jueguitos. Creyendo a veces que tenía el control.

Ilusa yo, creyendo tener el control de algo. Ilusa yo, que creía poder decidir qué era lo que hacíamos y qué no.

Wait, eso sí lo hice, ¡Claro que lo hice! Aquí se tomaban los pasos que yo quería se tomasen y en el momento en que yo quería que se tomasen. ¿Fue eso? ¿Fue eso lo que te molestó? ¿Es que acaso eres capaz de ser tan machista? Como yo tomé las riendas entonces te arrechaste, agarraste tu dignidad, tus bolas, tus celos y tu sonrisa y te fuiste con tus rollos a otra parte… ¿? No, no puede ser. Es imposible que sea eso. O quizá no. Pero supongo nunca lo sabré. A menos de que tengas la desfachatez de volver… de llamarme de nuevo, como lo hiciste hace poco.

¿Con qué cara, ah? ¿Con qué cara me llamas? ¡Descarado! ¿Qué me vas a decir? ¿Cómo pretendes disculparte? De seguro ni si quiera pretendes hacerlo, eso no va contigo. seguro pretendes volver, como si nada hubiera pasado. ¿Es que acaso crees que, de nuevo, no te diré nada? Pues no, no es así, esta vez si te voy a decir lo que pienso, esta vez mereces saber que eres una basura, esta vez voy a escupir todo lo que no te he dicho en el último medio año o más, si. Lo bueno y lo malo. Te hablaré de todas las sonrisas que sacaste sin si quiera planearlo, y luego te hablaré de todo el daño que me has hecho, de como me he sentido humillada, de como he terminado cual bebé y odiándome a mi misma por ello... cosa que no pasaba hace unos tres o cuatro años. 

Y acto seguido, después de decírtelo todo como no lo he hecho jamás, te daré la espalda y no volveré mas nunca a la seguridad de tus brazos. 


Y ahora, la canción que dio nombre de este post:





Victoria B.

sábado, junio 30, 2012

Thank You Letter.


This is a something I've written a while ago, and when I did, I decided to keep it until "the moment was right". I've known since the very first moment that I was never going to hand it properly (as almost every single letter I write), but I reckon that in this case, the link will be enough. Going backwards, I don't really know if the time 'has come', but it can certainly not be a bad one. 
So, here we go....


----------


Caracas, 15 de Mayo de 2012.

Esta mañana en uno de mis monólogos surgieron los nombres de “Mis amistades cercanas” empecé a preguntarme por qué no le había dicho esto o aquello a tal o a cual persona. Fue entonces cuando descubrí algo que me asustó. Y que me asustó mucho: Y fue encontrar el nombre de un amigo relativamente nuevo entre los nombres de la gente que debería saberlo todo y de la gente a la que acudo cuando necesito un consejo.

Probablemente te estés preguntando por qué entré en pánico, y la razón es simple. No es algo que hubiera pasado jamás. Nunca confío tan pronto en la gente, nunca les permito conocerme con tanta facilidad, les cuento mi vida, tomo sus opiniones en cuenta, les planteo mis aspiraciones de vida y metas a corto (y largo) plazo, me interesa sepan si estoy bien o no, si me pasó algo o no, como me va en la universidad, etcetcetc. No es algo que permita tan fácilmente.

Bueno, ya va, vamos a estar claros, no te voy a mentir. No es que no suela ser algo que suceda tan rápidamente. Es algo que rara vez pasa (y me refiero a confiar a plenitud). Tendré cuatro o cinco personas así en mi vida, lo sorprendente es que él sea una de ellas.

Desde el mismísimo primer momento en que hablé con él todo fluyó con demasiada naturalidad, -lo he comentado en algún otro post y creo que fue así de sencillo porque supongo es algo normal para él, ir por la vida conociendo gente y conversando sin más ni menos-. MENTIRA, fue la segunda vez. La primera ha sido la cuestión mas nula del mundo “Hola, si, que bien, chao” (Ok, no fue así, está bien. Pero no soy capaz de recordar nada, lo confieso, sólo sé que fue breve.)

Pero para la segunda vez, era como si lo conociera de toda la vida y estuviera conversando de cualquier vaina con un amigo de años ha. Eso fue la primera vez que hablamos, y sigue siendo así. O al menos así lo he sentido yo siempre, confieso jamás haber tocado el tema con él.

Otra cosa rara es que a pesar de ser alguien en quien confío de tal manera, nos hemos visto muy pocas veces. Quizás no las puedo contar con los dedos de una mano, pero con los de ambas, estoy segura de que si. Y aun así, el muy hijo de su grandísima madre, entra en ese grupo de “amigos cercanos”. He ahí otra razón por la que me freakeé de tal manera al darme cuenta estaba allí.

Pues sí, es de esas personas con las que me salto los formalismos y voy directo a decirle lo que me interesa sin mayor necesidad de estar reparando en prólogos protocolares innecesarios. De esas personas a las que le digo que estoy mal por eso o aquello y no sólo me da una solución, sino que me deja claro cuan tonto es que esté así por algo tan insólito. De esas personas con las que quiero hablar cuando algo bueno pasa en mi vida o cuando quiero consultar alguna decisión que esté por tomar.

Es un carajo raro… rarísimo. Con gustos demasiado variados, y aun así, aunque no lo crean, puede llegar a ser repetitivo, porque cuando se enfrasca en algo, allí quedó, hablando de lo mismo constantemente. Con un ego asquerosamente grande, tanto así que es hilarious (juro que es hilarante, yo disfruto demasiado con su ego). Tiene un corazón de ñoño que no se lo quita nadie. Ñoñito, ñoñísimo. Hablamos de un gigantón con ínfulas de osito cariñosito que quiere ir por la vida abrazando a la gente (uno de los temas en los que jamás estaremos de acuerdo -aun cuando en un par de ocasiones incluso me ha provocado abrazarle). Es un malcriado y peleón que siempre quiere tener la razón. Crítico que da gusto; va por la vida juzgándolo todo y si no le agrada, lo comentará sin reparos. Un tipo emprendedor, optimista y oportuno . Un carajo que sabe arriesgarse y que luego se levanta con la cabeza en alto si la caga... Pero sobre todo, es buena gente, de verdad que es muy buena persona, tanto que a veces yo me siento basura por su culpa. (Lo menciono pues es una de las cualidades mas importantes y que más olvidamos buscar en las personas que nos rodean)

Y ahora lo más importante: Es una persona a la que admiro. Lo admiro porque desde que le conozco ha evolucionado y se ha superado demasiado. Ha crecido como persona y va dando saltos gigantones en dirección a sus metas. Es decir, por cliché que suene, es de esas personas que te demuestra que querer es poder. Que uno tiene que luchar por las cosas que quiere en la vida. Que disfruta de los retos. Y aunque jamás lo diga, me enorgullece que esté luchando por todas aquellas cosas que quiere. Me gusta verle orgulloso de lo que hace, me transmite a mi la misma alegría aunque el triunfo no sea mio. 


Querido, nunca te lo he dicho, pero de alguna manera me has inspirado a ser de esas personas que van por lo que quiere. I could just imagine you telling me to go for it, to fight for what I want. And then I started not only dreaming, but trying to find  a way to accomplish what’ve dreamed about –haven’t done any of them quite yet, but I’m in the process to get to a few of them started (soon, I wish). Y yo, personalmente, creo que amistades así hay que mantenerlas cerca, de esas que no solo te alegran el día, te apoyan y te aportan conocimientos de cosas que tu no sabías (algunas que tampoco te interesan, pero bueno, nadie es perfecto y los conocimientos nunca sobran) sino que además te impulsan a ser mejor persona, o al menos a ser más la clase de persona que quieres ser. 
Gracias por todo. And I mean it. 


P.D.: Seguro me han faltado un montón de cosas por nombrar, me disculpo por adelantado.
P.D.2: “God knows why, I’ve always cared for you, like yes.. I’ve known you from before I actually did”. 
 If I/you/we thought that was gay-ish, I should just kill myself right now.


Victoria B.

jueves, junio 21, 2012

Desde mi punto de vista.


Sientes que la culpa te invade el corazón y se te llenan los ojos de lágrimas. ¿Por qué siempre tienes que herir a quien si está ahí para ti? Te sientes culpable porque sabes lo que has hecho, pero eres egoísta. Sabes que jamás podrás devolverle todo lo que te ha dado, sabes que jamás podrás quererle como te quiere. Pero a ti te hace sentir segura, e incluso a veces te completa. Te gusta saber que cuentas con alguien.

Y lo estas haciendo, si. Algo que siempre has criticado de tus amigas. Sabes que está ahí, omnipresente. Jamás dirá nada, no. No se arriesgará y tú no vas a sacar el tema. Pero está; y está mucho más que tú. También lo sabes. Tampoco lo dirás.

A veces, también, quisieras huir, te preguntas cómo hacerlo, qué razón darías, cómo podrías terminar todo sin hacerle daño. Pero todo son incógnitas… todo menos la certeza de que si te vas, no hay manera de que hacerlo con elegancia, sin que nadie salga herido.

Y luego te tomas el tiempo de imaginar tu futuro cercano sin su presencia. Parece algo inconcebible. No es que sea parte crucial de tu vida. Pero ciertamente forma parte del ahora. Y está bien ahí, es una pieza que encaja a la perfección. No ves razones para deshacerte de esa pieza y dejar el espacio vacío. ¿Qué pinta ese hoyo en tu vida? Pues nada. ¿Qué pinta él? Sonrisas, sólo eso, si. Sonrisas. Más que suficiente, me parece.

Aunque reconozcas tu egoísmo, no puedes dejarlo de lado. El encontrar el problema no es lo mismo que erradicarlo. Y es que, viéndolo desde este lado del cuento, nada aquí es un problema. Hasta que te pones en los pies del otro. Y la situación se pinta mucho más gris, mucho menos sonriente, mucho más dramática.

No encuentras como agradecerle ni como disculparte. Pero siempre procuras hacerlo. Dar las gracias; gracias por estar ahí, por dar fuerzas en momentos de flaqueo, por regalar sonrisas sin pedir nada a cambio.. por seguir ahí. Pero también has de pedir disculpas. Y es tener que disculparte por ser egoísta, por no ser ni la mitad de buena persona que te cree, por abusar de su cariño… por no poder darle todo lo que se merece. 



Victoria B.

martes, marzo 20, 2012

Este es tú último post.


Pues para mi tú ya hoy como si no existieras. Como  si no me percatara de tu presencia, como si no sintiera tus ojos clavados en mi espalda… o quizás soy yo que quiero imaginar tu mirada enfocándose en mi dirección.

Yo he tomado el vaso en el que se encuentra mi orgullo licuado y me he marchado. Me marcho porque ya no tengo nada que buscar en estas tierras y me marcho porque aunque hubiese algo que anhelar, prefiero no encontrarlo.

Hoy me he cargado las baterías antes de verte, me he llenado de energías y de buen rollo. Porque no quiero que me afecte tu presencia y porque no quiero mi semblante refleje cambio alguno cuando te vea. No quiero que sepas que me duele.

No me duele que no estés. No me duele que no haya sido. Me duele adentro, me duele por mí. Me duele mi orgullo y me duele saber que bajé la guardia contigo. Que te empecé a dejar pasar. Saber que había entreabierto la puerta y te dejé echar un vistazo. Saber que ese alto muro que tenía construido, para ti deje que fuera una cerca al mas puro estilo americano. Bajita y de madera. Enclenque. Lista para ser brincada... es más, pidiendo a gritos la brincases. 

Para mi tú ya hoy como si nunca hubieras sido. Como si nunca hubieses llegado. Cruzamos la mirada y no permito duré mas de un segundo. No te sostengo la mirada más que a cualquier compañero de clase con quien no hable, y no menos que a algún desconocido me cruce por la calle. El tiempo justo de la indiferencia.

En estos días soñé recibía un mensaje tuyo. Te disculpabas por cierta actitud y me pedías verme. Sorprendentemente, mi subconsciente te respondió se presentaría al lugar pautado. No creo en la vida real hiciera eso. Si acaso te respondería el mensaje. Sólo para que no fueras y te quedaras esperándome indefinidamente. Pero porque ya sé en carne propia lo poco divertido que es eso de esperar por el que nunca llegará.

Hoy, como dije, mi humor no podría haber sido mejor para cuando te viera. Lo consideré un progreso cuando, incluso después de verte, siguió siendo bastante bueno. Sólo hubo unos 30 segundos, solo 30, en los que perdí la compostura y la rabia tomó control de mí. No fue necesaria más que una rápida liberación de mi estrés para volver a mi estado zen. A mi buen rollo adquirido a conciencia.

Yo ya cerré capitulo. Cerré el libro. Literalmente: Lo cerré y lo deposité en tus manos. Haz de esta historia una tuya. Es toda tuya para que la rescribas, sin Victoria como personaje. Porque tal como quise estar presente en las lineas de tu vida en algún momento, hoy me rehúso a participar. Además, quiero dejar claro: Son estas las últimas líneas que te dedico en este espacio. En mi espacio. Es así como culmina este capítulo, y tú dejas de ser un personaje por el resto del libro de mi vida.

Es éste el momento en el que con alguna frase poética, empieza un nuevo capítulo, donde descubriré nuevos personajes y nuevas aventuras; y con las mismas, te deseo la mejor de las suertes en las tuyas. Espero crezcas, madures, te superes, consigas tus metas y tengas éxito en tu vida -profesional, deportiva y sentimentalmente-, pero sobretodo, espero seas feliz con tu vida y con la persona que eres. (Porque por más patán que seas, mientras te guste quien eres, todo va bien.)
Ahora si te digo que, ¡Adiós! Te veré como a cualquier extraño: por los pasillos. Con la indiferencia del que nunca fue ni será.


“What is that feeling when you’re driving away from people and they recede on the plain ‘till you see their speck dispersing? It’s the too-huge world vaulting us, and it’s good-by. But we lean forward to the next crazy venture beneath the skies.”
On the Road  -  Jack Kerouac.



Victoria B.

domingo, marzo 11, 2012

Brainstorming.


A falta de un post con conexión entre sus ideas, esto: 

Cuando me paro en los puesticos de leyes de la U, siento que quiero comprarlas todas. Y luego siento una inexplicable satisfacción al leerlas. Ñoñamente gratificante, si. 

Hay pocos dolores que valgan la pena. Uno de ellos es el dolor de pies a la mañana siguiente, después de pasar todo un día viéndote fabulosa en tus tacones.

Me hace sentir bien que a pesar de todos mis desánimos de las ultimas semanas, soy una persona que procura ser feliz y buscar cosas buenas que me hagan sonreír.

Ya pasé al absoluto estado de peatonismo. Copérnico empezó a recalentarse sin remedio alguno. Y el vivir tan lejos de transporte público y ser peatón, te obliga a tener una dependencia que no me hace nada feliz.

A pesar de que me siento como una viejita, estoy llevando mi agenda tan formalmente que siento me brinda estabilidad. Es realmente práctico. Coloco mis tareas, appointments, los días que no tendré clases por X o Y razón, los partidos del RM en la liga y los de la Champions, exposiciones a las que quiero atender, etc. Es decir, siento llevo una vida bastante más organizada y eso me da tremenda estabilidad psicológica.

Esta semana que pasó he comprado varias nuevas piezas de ropa, y no tienen idea de lo bien que me va. Si, quizás suene materialista, pero a mi esas cosas me hacen feliz. Es decir, contar con nuevas prendas para combinar en mi armario, es algo realmente emocionante.

Mi mamá me “obligó” a comprarme un par de blue jeans. Dice que todo el mundo tiene que tener jeans negros y azules porque si. Yo es que no uso jeans (una vez cada dos semanas, quizás), pero mira, si tu madre te dice que “no sales de aquí sin que te compre unos jeans nuevos”, pues como que uno no se queja. No, no se hace. La dejas que te regale unos pantalones y listo.

Estos últimos días me he sorprendido a mi misma recogiendo y organizando cosas en mi cuarto. Creo que ese es el peak de mi decaída. Así que asumo de ahora en adelante solo me queda mejorar… mejorar y seguir sonriendo.

Me encanta que están empezando las lluviecitas, me gusta muchísimo este clima. ¿Lo malo? Voy a tener que comprarme un paraguas más manejable, el mio es jodidamente enorme y no es práctico para cargar siempre encima si se va a pie.

Mi subconsciente tiene la mala manía de traicionarme en sueños. Suele ponerme a soñar cosas en las que yo preferiría no pensar. -Es entretenido, though-

Tengo ganas de ver una película triste, quiero liberar el exceso de lágrimas que soy incapaz de sacar yo sola…. Aunque ahora que lo pienso, esta semana deje salir unas cuantas, hace mucho no lloraba por alguien; aunque creo fue más bien por la indignación, pero bueno.

Me molesta que la gente critique mi carrera o a los abogados como tal. No puedes generalizar a la gente de tal manera. Y yo no voy por la vida criticando a toda una profesión y sus practicantes, me parece el colmo que la gente haga eso.

Lo bueno es que este fue un error más del cual puedo aprender, no estaba del todo repitiendo patrones como hice en el pasado y es una experiencia más que añado a mis fails y de errores que no debo volver a cometer.

Tengo como regla el seguir mis instintos. Y los mismos me dijeron que le devolviera eso a él, hoy creo que me arrepiento. No por lo que el hecho significó, sino porque ya no tendré el libro en mi biblioteca, y ciertamente me ha gustado.

Estoy harta de ir con bolsos incomodos por la vida, me rindo. Volveré a usar mi mochila de cuero, me da igual la imagen que dé de mí en el metro, prefiero ir cómoda y sin desgraciarme el hombro derecho.

Últimamente me la paso con sueño y sin energías, creo he de empezar a tomar vitaminas.

La próxima semana por fin iré a ver Mi País, Tu País en la USB, y me hace super feliz. Hace tiempo que quiero ir a ver ese Stand Up.

Hay pocas personas con las que me haya sido tan fácil enlazar una amistad como con él. Creo que es por su personalidad y creo que a él se le hace igual de sencillo con todo el mundo. Ahora está con nuevos proyectos y nuevos amigos. Supongo que debí saber que tan fácil como comenzó igual podría terminar. (Quite sure it’s not over, though. It’s just a bit different now). Que por cierto, me debe más de un mes de sonrisas.

Las pocas veces que algunas amistades me han dicho “Leí tu blog”, confieso me da un pequeño infarto. Me da un indescriptible pavor, no sé por qué. Empiezo entonces a recordar “Mierda, eso lo escribí pensando en ti; No me habría gustado que conocidos míos supieran eso de mí; ¿Qué le habrá parecido? Me parece full chimbo preguntar si le gustó”

Esta semana pasada conocí a un muchacho que se parece demasiado, en comentarios y tono al hablar, al muchacho de ojos verdes. Estaba con una amiga que tiene un conocimiento básico de este último, y al comentarlo se echó a reír imaginando lo irónico de esta situación. Al chico que acababa de conocer, no sabía si me caía realmente bien, o directamente le odiaba.

Me declaro públicamente adicta a los resaltadores. Me parecen la cosa más práctica y divertida del mundo estratosférico.

Lo bueno de ir en transporte público, es que tienes un montón de tiempo libre para leer. He de decir que hay sólo dos cosas que realmente me parecen tediosas de toda esta situación: Cuando me toca ir en un vagón atestado de gente y no poder llegar de la parada a mi casa en cinco minutos (y viceversa).

El sábado pasado ha sido de los que más me ha rendido en mucho tiempo. Primero salí con mi mamá a comprar los pantalones antes mencionados. Por la tarde fui con Adriana a Los Galpones a Entre Broma y Broma, seguido de El Mercadito de la Plaza y luego a comer mexicano. Y para las 10, Gabriel se había ganado entradas a La Ola (la cual teníamos planeado hace mucho iríamos juntos) y pues mira, me salió plan nocturno. Increíble lo mucho que se pueden alargar las horas... y aún así, tuve bastante tiempo de vagueo y procrastinación. 

El sábado en el mercadito me enamoré de una cartera espectacular en la vida. Roja de lunares negros. Estaba hecha para mí, si. ¿El problema? Es un amor imposible, es demasiado cara. 
Además, ya en este tema tengo un amor platónico, y es con las últimas colecciones de Furla, que trae unos diseños espectaculares. Pero de nuevo, no sólo no las venden aquí en Venezuela, sino que son bastante costosillas. 

Los Candy Bag son amor en su mas pura expresión. 

Victoria B.


viernes, marzo 02, 2012

Sincerándome.


*Lo próximo son, lo que yo considero, mis mayores defectos a la hora de una relación de pareja. Quiero dejar claro que, en principio, solo aplica a las relaciones de este tipo.* 


1.- Nunca me valoro lo suficiente, no siento que pueda ofrecer algo que a alguien de verdad le pueda interesar. Creo que esa es la raíz de todo el problema, que debajo de toda mi capa de seguridad y que la gente piensa “Esa chama si tiene cojones”, cuando me llegan a conocer, se encuentran con una tipa débil que no cree lo suficiente en sí misma. Tengo conocimiento de todos mis problemas psicológicos, de lo enrollada que soy, de lo alejada que puedo ser, lo confusa y contradictoria. Entonces pienso ¿Quién podría querer estar en una relación con alguien así? ...  Pues yo no querría.

2.- Uno de mis mayores temores, aparte de la oscuridad, es el compromiso. Me aterra el tener que rendirle cuentas a alguien, me aterra el tener una ‘responsabilidad’ para con otra persona; siempre he pensado que si hablo contigo o si te cuento mi vida, es porque me provoca… supongo eso es lo que pasa en una relación, quieres esa persona forme parte de tu vida, si. Pero a mi es que me aterra profundamente. En cada contada oportunidad, en la que me he visto con la posibilidad de tener alguien a mi lado, que me de apoyo incondicional y cumpla con algunas cuantas de las cualidades nombradas en el post anterior, he huido. O peor aún, le he hecho huir. Si, porque soy experta haciendo que la gente se retire, me tenga miedo, o que se alejen de mí porque es simplemente lo mas adecuado, después de mi inequívoca actitud esquiva y seca.

3.- Las cosas fáciles siempre me han aburrido. Estoy, por lo tanto, acostumbrada a cagarme en todo el protocolo de ‘Es el hombre quien corteja’, pues soy yo quien se fija en chamos, digamos, insólitos y más que complicados, para tener de esta manera una meta. Daré entonces el primer paso, y el segundo… y de ser necesario, también el tercero. Sé esta conducta no tiene mucho sentido, en el último caso traté de que no fuera así, finalmente hubo alguien que gustaba de mí y estaba haciendo las cosas de la manera correcta, yo le estaba dejando hacerlo, pero con mi correspondiente sequía. Y no fue hasta que él decidió retirarse, que yo decidí que entonces sí me atraía. Ahí tienen, esa soy yo. Me gustan las metas imposibles. Doy vergüenza.

4.- Aunque ya lo he mencionado un par de veces, puedo ser asquerosamente fría, ácida, esquiva e insensible. Pero como dije también al principio, pues ¡Vivan las apariencias!  Puesto que aunque algunas (muchas) actitudes/conductas/apodos/escenas me parezcan vomitivas, soy alguien que no te dirá un “Te quiero” sino hasta que las palabras se le desborden de los labios y no pueda contenerlas un minuto más. Es decir, puedes tener por seguro que cuando digo algo, es porque verdaderamente lo siento. Aparte de ello, a veces tengo estas ideas cursis y metáforas irrisorias que suscitan carcajadas cuando las pienso/leo nuevamente pasados un par de meses. Cualquier lector asiduo de este blog ha sido testigo de mis verborreas minadas de terrones de azúcar.

5.- Hay una manía mía, de la que no he hablado en este espacio, y creo que el momento ha llegado.
Resulta que están leyendo a una persona que tiene varios pensamientos simultáneos y pues uno de ellos suele ser un monologo interno. Aparte, quiero acotar que voy por la vida sintiéndome indignada por cualquier tontería y acto insólito (tanto de amigos/conocidos como de completos extraños). Estoy yo consciente de la estupidez de mi indignación, y es por ello, que para solucionar el ‘problema’ que yo misma me acabo de inventar, termino solucionando esto en uno de mis monólogos. Que para mí, ya no es un monólogo, sino es una conversación común con aquella persona me ha indignado. Hablamos, en mi mente, como dos personas adultas y correctas, exponemos nuestros puntos de vista, y llegamos a soluciones concretas (aunque no lo crean, muy seguido pierdo). Entonces, tal y como hago eso con nimiedades, lo hago de la misma manera con la mayoría de mis problemas con otros seres humanos. He aquí la razón por la cual Victoria raramente pelea con nadie de verdad. Discutimos muy seguido, pero las personas jamás se enteran.
Lo que resulta un problema aquí, es que de esta manera también pido perdón, dígase, el afligido no se entera casi nunca de mis disculpas. Es un problema heavy también porque de esta manera soluciono igualmente los problemas realmente graves. Y a veces, solo a veces, no soy capaz de ponerme en la posición del otro y me veo obligada a hablar en verdad con la persona para solucionar el problema.
Esto resulta realmente difícil en casos de relaciones, porque si me atrae alguien, es normalmente porque no logro terminar de descifrarlo, y después de MUCHO cavilar y monologar, termino hablando con la persona, escupiendo demasiadas cosas al momento, demasiados monólogos se unen en un mismo discurso. Y entra entonces la confusión cuando las respuestas de la contraparte no son si quiera parecidas a las que recibí en mi mente (a veces son mejores de lo que esperaba, lo cual es bueno; y a veces se quedan cortas y no cubren mis expectativas, lo cual resulta asombrosamente frustrante.)

6.- Aunque diga lo contrario, soy asquerosamente detallista, me gustan los detalles, me gusta sentir que piensas en tonterías que te recuerdan a mí, o que tengas la gentileza de abrir la puerta y acompañarme a tal lugar que resulta ser mi destino, que me des una sorpresita de cuando en vez (por estúpida que sea). Si, me gustan los detalles. Y yo me comportaré de la misma manera, soy detallista en supremacía, y aunque se vean naturales, pensaré todas y cada una de mis sorpresas o comentarios claves, las pensaré tanto que son ínfimas las veces que paso algún pequeño detalle por alto. El problema aquí radica, en que te diré (no sé porqué) que no es necesario hagas ninguna de esas cosas por mi… supongo que en el fondo tiene que ver con lo primero, siento no lo merezco.

7.- Y ahora nombraré el que yo creo es el mayor de mis defectos, y que es una fuerte influencia en todos los otros. Y es el hecho de mi 'independencia', de que me gusta sentirme “La Mujer Maravilla”, quien puede lidiar con todo sola, quien no necesita ayuda ni apoyo de nadie para nada, quien puede superar cualquier situación sin alguien que le de ánimos. A quien no se le ocurre demostrar en público que ha sido herida para que no la tomen por débil. Yo soy esa quien no gusta que alguien colabore con ella, pero siempre quiere colaborar. Tengo ese jodido tic de líder, de jefe de la manada. Que es, al final, lo que yo considero mi mayor problema. No soportaría estar con alguien que se doblegue ante mi autoridad, pero tampoco sería capaz de soportar a alguien que lleve las riendas de nada.


Y bueno, ¡basta!, creo que esto ha sido suficiente por hoy. Estoy ordenando mis ideas, me dicen que el primer paso es reconocerlo, pero todas estas son cualidades yo tengo bien reconocidas hace más tiempo del que me gustaría admitir. Pero si sé que hay cosas debo cambiar. Ahora, mi duda es ¿Cómo carajo se supone que se hace eso?

**Y quiero acotar que cuando digo que me estoy sincerando, es tanto conmigo como con el mundo. Es una declaración pública de el fail que puedo llegar a ser :)
Victoria B.

jueves, febrero 23, 2012

Una amistad perdida.


Hay un tema que me amargó mucho durante bastante tiempo, hasta hace como un mes. Y este tema tiene que ver con mis amistades… una amistad en específico, de hecho.

Está esta amiga, que conozco desde toda mi vida, literalmente. Y cuando digo literalmente es en serio.

Resulta que hubo dos parejas en diciembre de 1991 que entre la alegría de las fiestas, se dieron a la tarea de concebir un par de fetillos. Ahí estaban, los dos nasciturus. Una pareja de casados que ya tenían su apartamento y otro par de hijos. Y una mujer que vivía en su pequeño apartamento de soltera.

Esta última ha quedado en estado y decidió tenía que comprar una casa más grande para darle oportunidades y calidad de vida al ser que llevaba dentro. Y resulta ha comprado un apartamento en el mismo edificio dónde vivía la otra pareja ya antes mencionada.

Es así, como en Septiembre de 1992 nacen dos niñas, con tres días de diferencia la una de la otra. Las dos han nacido en la misma clínica, y sus dos madres ya se habían conocido un poco en el ínterin.

¿Y que mejor, que presentar y hacer a estas dos pichurras amiguillas desde bebés?  ¡Pues nada es mejor que eso!

Es así como nace mi amistad con ella. Crecimos siendo amigas, jugando en la casa de la una o de la otra, comiendo helados donde Romeo y jugando con la gatita de esa frutería. Es así como armamos nuestros imperios de Barbies. Como nos mentíamos y exagerábamos historias. Como fuimos compañeras de juegos de video. Como bajábamos al parque y nos columpiábamos al son de nuestras voces cantarinas, desgarrando los tímpanos de todo aquel que pudiese escuchar nuestras salidas de gallo resonando. En fin, es así como crecí, con mi mejor amiga, que estudiaba en el mismo colegio que yo, con la que me metí en múltiples “actividades especiales”; inserte aquí aquel intento de ser parte del equipo de Voleibol que no resultó en más que dos niñas que se jubilaban siempre de la clase para ir a jugar por todo el desolado colegio. Es así como alguien pasa de ser una amiga, a ser parte de tu familia, a influir tanto en quién eres que ya no puedes imaginar un ‘hoy’ sin ella, porque ha sido siempre parte de tu vida.

Pero bueno, vengamos a un pasado mas cercano, como todos los que estamos aquí ya sabemos, yo me fui vivir nueve meses fuera. Esto no ‘daño’ nuestra relación, sólo dejamos de hablar muy seguido y dejamos de vernos con periodicidad, cosa que ya había pasado después de que estudiábamos en secciones diferentes + yo mudándome + luego el fin del colegio. Pero bueno, eso solo era un pequeño distanciamiento, cuando volvíamos a hablar o nos volvíamos a ver, todo era como siempre. Y es así como confirmas que una relación va más allá de “Amigas” y es cuando puedes pasar dos meses sin hablar con esa persona, y cuando vuelven a retomar contacto, todo es igual.

Mientras yo estaba fuera, ella también vivió unos meses en el exterior. Regresando a Venezuela un mes mas tarde que yo. Después de que ella regreso, pasamos bastante tiempo compartiendo ese agosto. Y como de costumbre, nuestras primeras semanas de septiembre también pasamos muchísimo tiempo juntas –ya que son días de celebrar y de euforia, por nuestros cumpleaños y toda la cuestión-. Comencé yo la universidad en octubre, y nos veíamos menos, pero seguíamos hablando con cierta frecuencia. Ella estaba pendiente de mí y como me iba en mis nuevas experiencias, y yo de ella y sus planes, es decir, dos amigas normales. Fue, si no me equivoco, a finales de ese mes, cuando ella volvió a viajar al exterior. Y fue, paralelamente, cuando también decidió empezar a tratarme indiferentemente. –No me pregunten a mí la razón-. Estuvo un par de meses fuera, en ese periodo hablamos unas tres veces. De las cuales creo puedo decir yo tomé la iniciativa en dos. Y ella, por su lado, respondía apáticamente y sin interés.

Victoria pensó que esperaría a que llegase, en navidad, el 25 de diciembre, en época de dicha y alegría, en época de compartir. Pero fue una presunción errónea. Estamos a 23 de febrero y yo aún no la he visto.

Habremos hablado como mucho unas cuatro o cinco veces. Todas bastante secas. Y la última, donde yo traté de preguntarle que qué le sucedía y porque cargaba esa actitud (esto fue entre el 3 y el 4 de enero, para ser precisos). Ella al parecer no notaba ninguna irregularidad en nuestra situación. Aún entonces, cuando ya de por sí para mi ese día estaba siendo bastante malo, y había optado por ir a un día de cine sola, pensé en invitarla a que me acompañase en mi soledad. Incluso en ese momento, ya sabiendo que quería hablar con ella, me negó la invitación.

Fue esa la última vez supe algo de ella. Desde ese día no sé nada de su vida, no sé nada de su familia, no sé de su paradero, ni de sus planes. No sé nada.

Y no es como en otras ocasiones, cuando simplemente no hemos hablado pero sabes cualquier día nos saludamos o nos vemos y nos ponemos al día en todo. No, se siente roto, se siente desde hace mucho a que algo en mi vida –entre otro montón de cosas- cambió.

Yo tengo la esperanza de que ella algún día vuelva a ser ella. Tengo la esperanza de que algún día esa relación, enfermiza e insana que carga, terminará. Ella dice la hace feliz, puede que sea así. Pero no hace feliz a la muchacha que yo conocí toda mi vida, hace feliz a otra persona totalmente alienada y que llega incluso a causarme pena por su jodida dependencia.

Yo tengo la esperanza de algún día recuperar a mi amiga, y de que así, en el futuro, seamos dos vejucas con ochenta años que puedan decir “Nosotras llevamos estos mismos ochenta años completos siendo amigas”. Si, no creo sea tan difícil… o quizás si. 

Ciertamente ya me rendí, ya jalé suficiente mecate por un buen tiempo. Espero ella vuelva algún día, queriendo hablar, o al menos fingiendo nada paso, iremos al cine, a comer o a alguna de nuestras casas a ver una película y hablar paja y seremos las amigas que siempre habíamos sido. 
Pero para eso yo estoy clara falta bastante tiempo.



Victoria B.


P.D.: Y pues si, a pesar de 'haberme asumido', he terminado de escribir esto con los ojos aguados. Creo nunca lo había contado ni tipeado completo ni con tanta honestidad, sino hasta ahora.
Los dejo entonces, espero volver más seguido. Pues no he publicado no por falta de tiempo ni por falta de historias. Sino por falta de inspiración a la hora de ponerlo por escrito.

miércoles, enero 04, 2012

Cavilaciones nonsense.


Esto es algo que he escrito hace no mucho, el 25 de diciembre pasado (2011, sí) Y pues hoy me he decidido a lanzarlo al agua. 

Si algo me ha enseñado la vida es que no puedes limitarte a ti mismo. Que no puedes cerrarte a nuevas oportunidades y nuevos prospectos. Me ha enseñado que las mejores cosas las encuentras en los lugares menos esperados y que las que más ilusión te hacen y de las que más esperanzas tienes, suelen traicionarte y no resultar ser tan agradables como esperabas que fueran.

Ese comentario va, sobretodo, dirigido a las relaciones humanas, a cuando vamos por la vida y creemos haber encontrado al ‘hombre ideal’, que termina siendo nada más alejado que eso.  Y luego, donde crees no existe ninguna posibilidad de si quiera considerarle un prospecto, terminamos consiguiendo a aquella persona que poco a poco se fue metiendo en nuestra vida, en nuestra mente… en nuestros corazones.

Hace un año exactamente, entre todas las tragedias que invadieron esta época que nadie espera sea sino alegría y ya a mí me traía nostálgica por estar lejos de casa, la vida empezó a demostrarme que las mejores cosas pueden venir en los empaques menos comunes. Esta próxima semana habría sido una de las cosas más bizarras en años. Hay días que tengo completamente en blanco. Hay cosas que recuerdo y que hubiera preferido olvidar, hay momentos y personas que grabe en mi mente y sé que se quedaran tatuadas ahí por siempre.

Pero ya basta de recuerdos de hace un año, tengo que dejar de vivir en el jodido pasado. Tengo que dejar de vivir de mis jodidos recuerdos. Tengo que ver el ahora. Y todo esto comenzó, porque últimamente me he dejado a mí misma creer que en ese empaque raro, empalagoso y consistente, conseguiría algo más. Con todo esto me he conseguido con una persona sola, patética y, bueno.. pues sí, todavía empalagosa. Me encuentro a mí misma, dándole oportunidad a lo que más alejado podría estar de cualquier cosa que a mí me pueda gustar.

También me encuentro involucrándome y dejando entrar en mí vida a personas que jamás pensé me fueran agradar de verdad. Me veo abriéndome con nuevas amistades, me veo siendo yo misma sin dejarme cohibir en lo más mínimo… porque apenas les estoy conociendo, porque empezar de cero te da la oportunidad de ser tú, porque no hay estereotipos previos de tu persona que rijan su imagen de ti.

Y entonces me reencuentro con viejas amistades. Con gente que recuerda a una Victoria que respeta a los demás, que no te dice todo lo que piensa para no herirte, que se traga sus sentimientos y las demostraciones de los mismos (sigo tragándome lo primero, mas no lo segundo), recuerdan a una Victoria que daba abrazos, que se tragaba su ego para no parecer arrogante, etcetcetc. Y confieso es un asco cuando me encuentro con esos amigos, ven a la nueva yo y me preguntan con cara de decepción y tristeza “¿Qué te paso?”

A ver, señores, yo creo que estoy feliz con quien soy hoy, y hasta los momentos, no pretendo hacer nada para cambiarlo. Hoy soy quien por mucho tiempo evite ser para no caer mal; hoy me importa poco como le caiga a las demás personas, soy yo y punto, a quien el agrade, sea bien venido, a quien no… lo siento, dese la media vuelta y enfile retirada.

Justamente por ser ‘yo misma’ es que a veces me pregunto por qué estoy tratando de darle un chance a alguien que es tan jodidamente diferente a mí. ¿Por qué? Vamos, confieso he sido clara, le he hablado feo, hasta he tratado en alguna oportunidad de que se aleje y me deje en paz… pero sigue ahí, al pie del cañón, aguantando los golpes. Y entonces no sé si el carajito es masoquista o es que de verdad quiere intentarlo… El problema, es tengo un problema con cualquier caso: O sé de antemano que tiene problemas mentales, o tiene problemas mentales y de paso me da miedo. ¿Miedo por qué? Porque no creo estar en un momento de mi vida para tener algún infortunio amoroso. No creo estar lista si quiera para dar un paso y dejar mis emociones ir más allá con alguien nuevo… Joder, que ya sabemos todos que yo me empepo, que me engancho con el muchacho y aunque no me enamore, llego a involucrarme lo suficiente como para volverle punto de comparación con los próximos pretendientes… y no quiero seguir llevándome más fiascos con gente nueva. Creo que ya está bueno de darme golpes contra la pared, joder.


PD.: Ahora que lo estoy leyendo de nuevo, creo que hay una media parte del post que poco tiene que ver, y luego comparas el inicio con el final y no tiene mucha coherencia. Si, señores, lo sé. Lo siento, pero no me pidan coherencia cuando ni yo misma entiendo muy bien de qué es lo que voy. 

Victoria B.

martes, enero 03, 2012

Anécdota año nuevesca.


El 31 de diciembre decidí que ese era un día de darme gustos, de ser fiel a mí misma y de simplificarme la existencia.

He tenido su número telefónico guardado durante los últimos 12 meses. Lo he tenido guardado sin saber muy bien porqué, pero ahí estaba. Cuando llegó el nuevo año no pude sino acordarme de él y recordarle hace un año exactamente: Entre mis brazos. Fue entonces cuando decidí hacer uso de ese número telefónico por primera vez, con algo muy simple pero que los dos sabemos: significativo.

Él no tenía mi número, nunca se lo di. Tampoco quería tuviese la posibilidad de escribirme; sobre todo, porque sabía no lo haría y no quería deprimirme ante el hecho de que no me pensaba. Aun así, sin haber tenido mi número y con un simple “Feliz año, querido”, supo que era yo. Me respondió a sabiendas de con quien hablaba, recordándome una imagen que compartimos el pasado año nuevo y llenándome el alma de una mezcla de alegría y nostalgia.

No puedo decir que me hiciste la noche, tampoco puedo decir que la arruinaste. Pero ciertamente, valió oro para mi esa corta conversación, una conversación que me llevó de vuelta 365 días y que me dejo el buen sabor de boca de que con solo decirte Querido, supiste que era yo… O quizás esperabas mi saludo, eso nunca lo sabré. 

Victoria B.

sábado, diciembre 31, 2011

Pequeño 2011 y Feliz año.



Sé que llevo un tiempo considerable sin postear nada. Sé que el año pasado hice un recuento de fin de año con el que quedé satisfecha. Pero eso no se repetirá hoy, y tampoco me pueden culpar por querer llegar el día de hoy a hacer el último post del 2011… por que sí, al final soy casi tan necia como todos ustedes con lo que respecta a este último día.

Confieso este último mes ha sido de recuerdos, me alimento de ellos a la vez que me cuesta creer hayan pasado 365 días desde que sucedió. Quien me sigue en twitter habrá visto mis comentarios, comentarios en los que recuerdo “hace un año”…: Te volví a conocer; salimos a comer italiano; fuimos al cine; te hice reír en un momento de perros; me abrazaste en medio del llanto; fuimos a McDonalds; estuvimos en 100 montaditos; llegué con corte nuevo… y hoy, hoy será/sería EL día. Todos mis recuentos han sido promovidos es por ese momento. Hace un año que te pienso, joder.

Hoy me he despertado, y después de semanas sin colarte en mis sueños, ahí habías estado. Te colaste una vez más, has hecho mi último sueño del 2011 todo tuyo.

Entonces vemos que mi 2011 empezó, como quien dice, con el pie derecho. Fue un año que siguió viento en popa a lo largo de sus 12 meses.

Dejé España y volví a Inglaterra, para terminar una relación que no servía y conocer a mis argentinas adoradas que hicieron de mi segunda estadía en Bedgebury lo más. Luego Edimburgo, hermoso viaje de mochilera por mi cuenta, para regresar y enamorarme de Londres como no lo había logrado hacer antes. Llegué a un homestay con una familia a la que en ese momento no logré apreciar todo lo que se merecían.

Conocí, además, a quien considero uno de los mejores profesores que he tenido, a quien aprecio muchísimo y de quien siempre me acuerdo, peculiar como él solo. Poco después me fui al Eurotrip con mi madre, conocí varios países de Europa y quedé, una vez más, realizada. El último día de ese viaje, fue la última vez que le vi en persona y siento ese abrazo no fue suficiente para cubrir todos estos meses en ascuas.

Volví a Inglaterra, múltiples cosas salieron mal, pero como siempre, las resolví de alguna manera. Lo que me llevó a vivir de nuevo con mi antiguo homestay. Esta segunda época en Londres fue mil veces mejor. La disfruté de maneras inenarrables e inolvidables. Todo para volver, el 30 de Junio, a Venezuela.
He vuelto al tercer mundo y me he encontrado con el país que recordaba pero al que ya no estaba acostumbrada. Me he reencontrado con amistades a quienes extrañaba asquerosamente pero a las que no les lograba dar los abrazos sentía por dentro. Han venido entonces, tres meses sin dar golpe, tres meses en los que, básicamente, estuve de vacaciones.

El 10 de octubre ha empezado mi propio e ilógico cuento de hadas. Ese fue el día en que formalmente empecé la universidad. Ese es el inicio de El mayor motivo para mis alegrías este año. Comencé para darme cuenta que el derecho no es tan perfecto como lo creía pero comprobar aún así me fascina. Comencé la carrera y mi humor mejoró del día a la mañana, me encontré con 6 materias que además de sacarme canas, me realizan como persona, y entré para darme cuenta, de que como yo, hay muchos sienten la misma pasión. Y eso no puede sino darte energías para salir adelante, pues sabes que el futuro no pinta tan oscuro como nos lo dibujan a diario.


Este año he dejado atrás algunas amistades, pero en comparación a las que retomé y a las nuevas que hice, voy ganando por un porcentaje jodidamente alto. En el 2011 he conocido a personas grandiosas, he hecho amistades que sé estarán ahí, sino por toda la vida, por muchísimo tiempo más. He aprendido tanto de esas personas, que no sé cómo agradecerles individualmente y hacerles saber a todos lo importantes que han sido y los grandísimos aportes que han hecho para que yo sea quien soy.
Están, además, todas aquellas otras personas que han perdurado años en mi circulo de “amigos” -conocidos cercanos, quizás-. Que vamos, el que sigan ahí todavía, creo es prueba suficiente de lo importantes que pueden ser para mí.


Siento que, además, el 2011 me ha cambiado muchísimo como persona. Y he de decir que estoy jodidamente feliz con la Victoria que soy hoy (Confieso aún hay algunas cosas quizás debamos solucionar, pero nada urgente). Sé he cambiado como persona, la forma en que percibo todo a mi alrededor, mis reacciones a las situaciones que me ha presentado la vida, e incluso, mi forma e vestir.


Quiero agregar, que dejar atrás este año tan bueno, para pasar a un año bisiesto al cual desconozco por completo, me da un tanto de miedo, y al mismo tiempo, emoción por ver que me depara el 2012. Esperemos sea tan bueno como este que dejamos atrás, esperemos sea incluso mejor.
Por los momentos, yo me retiro, me largo con este sneak peak de lo que quizás será un post elaborado en el futuro y con la promesa de que el próximo año (preferiblemente a principios del mismo) añadiré aquí los links a los posts pertinentes.


Me voy con mi cantar a otros lares. ¡Y les deseo a todos (valga la pavosidad de la frase) Un Feliz 2012 y el mejor de los cierres del 2011!


Victoria B.

viernes, noviembre 18, 2011

Bizarradas III.


Hace muchísimo tiempo que no me ponía a escribir. Y es que estoy hasta las trenzas con los estudios, pero ya esta bueno de no darme tiempo para mí misma y de no darme tiempo para hacer catarsis. Luego me toca estudiar y no soy capaz de concentrarme con nada. Adelanto que este post será bastante personal y de paso, desorganizado, así que si son de aquellas personas que no soportan un zarpazo de ideas sin conexión coherente, les recomiendo que esperen al próximo post, el cual no prometo que venga pronto. 
Y para aquellos que no les gustan los posts largos, este tampoco es el más indicado para su persona. 


No he escrito nada de mi universidad. Recuerdo que el año pasado, en esas tres semanas que estuve, posteé un montón acerca de mis nuevas experiencias. Supongo que hay varios factores influyentes. Por ejemplo, como me iba, no tenía  de verdad que leer nada ni preparar materias, estaba ahí de hobbie; aparte, estaba jojotica con el blog, la emoción de mantenerlo siempre al día era increíble.

Ahora que lo pienso, eso fue hace aproximadamente un año, pero parece haber sido hace muchísimo más tiempo. Y al mismo tiempo cosas que sucedieron contemporáneamente, parecen haber sido hace tan solo un mes.  Siempre me ha parecido curiosa la forma en la que los humanos percibimos el tiempo.

Bueno,  iba  a por lo de la universidad, que sí, me tiene sin vida. Pero por más ñoña que suene, me encanta. Me fascina ir a clases de lo que me gusta y aprender todos los días cosas nuevas. Siempre he tenido esa hambre insaciable por conocimiento; y que al alimentar mi mente, lo haga con cosas que me gustan, no tiene precio.

Durante las primeras semanas, mis actividades extras se limitaban a preparar las clases, investigar extra o leer algunas cosas que sabría que tendría que leer para exámenes futuros. Claro, luego ya todo dejo de ser una guachafita. La próxima semana tengo mis dos primeros parciales, de los cuales confieso que solo presentare uno, porque no logré preparar la materia del segundo. Ya presentaré en la segunda oportunidad que es en diciembre, semana para la que tendré entonces tres exámenes. (¡Buena esa campeona!) La buena noticia, es que dos de ellos son de materias sumamente sencillas y el tercero, que es el que me tocaría el próximo  miércoles, que resulta ser una jodida materia filtro :) #ShameOnMe.

Amo a mi profesor de Romano I y Constitucional, de verdad que lo amo.  Veo clases con Tulio Álvarez y GRACIAS control de estudios por ignorar mis propuestas se sección. El ir saltando de sección en sección y de salón en salón lo vale. Claro, se supone que tendría que tener clases de Constitucional con Enrique Tejeras Paris, pero bueno, que el señor se ha retirado y Tulio está haciéndole la segunda, dándole clases a 140 personas más como un favor. Ese hombre es un santo. De todos modos, el doctor Tejeras ha asistido a un par de sesiones en la cual hacen una especie de clase colegiada. Que por cierto, el día de ayer me tocaba otra de esas clases, pero gracias a los anarquistas, chavistas resentidos que andan con disturbios en la uni, no he tenido clases. Malditos. Los odio, los odio a todos.

Ese es otro tema que ¡agh! Es la impotencia que sientes al ver como suceden estas cosas en tu universidad, y no puedes hacer nada. Aparte, sientes que no se están tomando suficientes medidas. Y que no entiendo que se gana suspendiendo las clases. No hay mejor manera de combatir a estos grupos que siguiendo con clases, no como si no pasara nada, no, sino demostrando que no se les tiene miedo y que no pueden detener al estudiante que realmente quiere estar ahí. El día martes, en clases de Civil estábamos hablando de las personas incorporales, y MaCa decía que se podía, sin embargo, amar a una persona jurídica. El ejemplo que salió a la luz fue: Amor a la UCV. Varias personas rieron. Pero espero que ahora entiendan lo que es. A mí, por lo menos, me duele  y me indigna que no respeten a mi Alma Mater. Y pues ahí tienen: Amor a una persona incorporal.

Me he dado cuenta que estoy asociando todo a lo que estoy estudiando. El día de ayer mí tía decía que a aquellos que estaban con los disturbios, había que meterlos en una bolsa negra, darles una rumba de palos y dejarlos ahí botados. Que así aprenderían. Y yo de una pensé ¡Derecho Arcaico: Penas sumamente severas para tratar de mantener a una sociedad bajo una misma normativa! Ptu Ptu Pssshh. Nerda, Victoria, sos una nerda.

Durante mis aventuras inglesas, pensé que había mejorado en todas aquellas cuestiones de las relaciones sociales. Que bueno, si, en cierta forma, lo he hecho. Pero no tanto como creía. Esto viene a que en este nuevo año no es que he hecho un zarpazo de amistades. Claro, que no me lo han puesto fácil, lo digo refiriéndome a lo que comenté antes con referencia a control de estudios. Y es que en mi carrera, en teoría, el primer año, uno ve todas las materias con una misma sección, es decir, ves todas tus clases con el mismo grupo de gente.

Pero como a mí me ha tocado inscribirme tarde puesto a que congelé el cupo, me he inscrito el mismo día que los repitientes. Es decir, me han echado a los leones. Me han juntado con toda la escoria (lo siento, gente que repite, no se lo tomen a pecho.) Y me han mezclado entre todo un montón de secciones. Tengo cuatro secciones, y una es incluso en la tarde.

Lo bueno es que tengo la oportunidad de sentir la atmosfera en cada salón. Y no se creen lo diferente que es cada clase. Esta este grupo que llamaremos A, con el que veo Introducción y (una clase a la semana es en grupo con otra clase que llamaremos B). Esta el grupo B, con el que veo Romano I, Economía y esta única clase de Constitucional. Un tercer grupo, C, con el que solo veo Civil. Y el grupo D con el que solo veo Sociología.

·      El grupo A, está lleno de asperezas, ver clases con ellos es de lo más incomodo. Puedes ver las secticas en el salón, como se lanzan puntas entre ellos. Sientes la rivalidad y la poca colaboración que hay. Se siente la enorme diferencia entre ver clases de Constitucional solo con ellos, a verlos en conjunto con la sección B.
·      El grupo B es mucho más abierto, todos se tratan bonito, se saludan y demás. Incluso lo mido en la forma en la que reciben a alguien que no ‘pertenece a la sección’ e.g.: Yo. Varias personas de ese salón me ven y me saludan, tratan de tener una conversación conmigo y demás (aunque yo no sea muy abierta a tener una con ellos) Incluso, en este salón hay una muchacha y otro par de muchachos con potencial de amigos. (si, yo voy midiendo a la gente). He de decir, que veo seguidas clases de Romano luego de la de Constitucional con el grupo A, y sientes como se aligera (¿Esa palabra existe?) el ambiente cuando el grupo A se marcha del salón.
·      Grupo C, diosmio, lleno de montones de gente buena, todos colaboran entre sí, se dan apuntes, comparten información todo el tiempo, se preguntan entre sí, etc. Aparte, también tienen esa iniciativa de aceptar a los peregrinos (de nuevo, Yo). Hay varias personas que me ven y siempre dicen “¡Hola Victoria! ¿Qué tal?” Y yo respondo, sintiéndome asquerosamente culpable de no saber sus nombres. Aun así, solo hay un par de grupos que podrían llegar, en algún momento, a tener potencial de amigos. Lo que más me sorprende, es que sólo veo una clase con ellos, y aún así son super buena nota. Claro, en civil siempre tenemos un chance antes de comenzar la clase, ese chancecillo es crucial para ‘socializar’
·      Y por último, el grupo D. Es en el que más cómoda me siento. Supongo que hay  varios factores que influyen. 1.- Es en la tarde, asumo que la gente después de haber comido, esta mucho mas contenta. 2.- hay varias personas que no son pajuatos recién graduados con ganas de comerse al mundo, son un poco mayores y supongo que eso hace que estén bastante más relajados. 3.- El profesor falta a cada ratp. Desde el primer día, que llovió un poco y llego a veinte minutos de que acabara la clase, dijo: “Ya saben que si llueve, yo llegaré un poco tarde”. Y pues, al profesor no estar, de nuevo, es mucho más fácil ‘socializar’. 4.- Es un grupo que está lleno de gente de varias secciones, no todos ven clases al mismo horario, entonces como estamos todos mezclados, no se hacen grupillos. 5.- Entonces, es de esos grupos que no tienen organización alguna, no hay delegados ni nada por el estilo, y a mí no me den un chance de tomar las riendas, porque las tomo. Entonces, eso he hecho, lo cual me hace sentir, de nuevo, bastante a gusto con el salón. 6.- El profesor es super buena nota, una vez que llega, no le quita al armonía al grupo, sino que le suma. Y todos percibimos eso. 7.- Por último, es en este salón donde único puedo decir que ya tengo de verdad amigos. Dos muchachas que son geniales y un muchacho que también es de lo más agradable. Aparte, hay otras cinco o seis personas con potencial de amigos.

Bueno, no se a que venía todo esto, pero ahí tienen un puño de sandeces de lo que se siente ser yo brincando entre sección y sección.

Como habrán notado, además de mi condición de saltamontes entre sección y sección, soy de lo más fastidiosa a la hora de escoger amistades. Y si a eso le sumas el hecho de que amo estar sola, pues me convierte en el bichito raro jajajajaja.  Aunque la mayoría de la gente me conoce como “la del cabello rojo” y si eso no funciona, “si, la de la corbata” (#TrueStory)

Y ya está bueno de la universidad, ¿A poco no? Pues sí. Hace un par de semanas iba a empezar lo que sería una ‘fructífera rutina de ejercicios’ con una amiga. Y les cuento que de fructífera, tuvo poco. Sucede que no solo quiero bajar unos tres kilos que aun cargo de más  (quiero llegar al 2012 en mis 48 ideales), sino que además necesito de un momento en el día que sea de liberación, de echarme a correr y a liberar asperezas. Claro, con mi amiga no corrimos nada, hicimos 3/4 de vuelta trotando y de resto varias vueltas de caminata apresurada. Pero a mí eso no me sirve, a mí me gusta terminar agotada, y hasta que no me duela el último musculo y ruegue por agua, no seré feliz. Aparte de ello, unir dos horarios no siempre es tan sencillo, siempre están quesi las clases vespertinas, quesi examen el día siguiente quesi esto, quesi lo otro. De nuevo todo el rollo de la universidad que les acabo de echar, pero al cuadrado. He pensado ponerme a hacer ejercicio yo sola, pero joder, como me cuesta tomar la iniciativa de salir a caminar sola. Vamos, que el día que lo haga, ya me acostumbre y se convierte en droga y lo empiezo a hacer a diario, pero salir el primer día, es siempre lo más difícil. Y aún nada que lo he logrado.

Confieso que hay otro tema que me ha tenido un tanto distraída. Y es que como ustedes saben que yo me armo mis melodramas amorosos como solo en una novela saben hacerlo. Bueno, no. Miento. Son más dignos de alguna película de cine independiente.

He hecho un regalo de cumpleaños en el cual me jugaba mucho. Bueno, no tanto, pero si mucho para alguien como yo. Alguien que jamás en su vida expresa sus emociones. Porque no me gusta, porque no me siento cómoda, porque pues creo más en que las acciones hablan por sí solas. Entonces dejé que en este regalo se mezclaran y complementaran entre sí las palabras con las acciones.
a) Y pues en un principio, eran los nervios, de cuándo recibiese el regalo; de cuestionarme si lo que hice estuvo bien, de que no llegaba a tiempo, de que no llegaba jamás.
b) Luego vino la etapa de joder, no llega y él no se mueve; carajito cojonudo, te matare, muévete que ya he arruinado la sorpresa; me tienes que estar jodiendo si has puesto a tu madre a encargarse de eso, me tienes que estar jodiendo, ¡ya va! ¿Tu madre? ¿Y ella que sabe? Que vergüenza, diosmiosantísimo.
c) Después, la etapa final. La has recibido, ahora, dime algo; sigo esperando que al menos digas gracias; está bien, actuemos como que no paso nada, te mandaré este video; pensar: gilipollas, respóndeme, ok, te juro que te odio :) -mentira, pero te mataría-; suicidio cuántico, super interesante; muere, muere, muere; está bien, he comprendido, me voy a la jodida mierda, he cagado todo, me largo, me desaparezco y no sabré más de ti -amo el drama, señores (por si no lo tenían claro hasta ahora)-; ¡CHUPAPOLLAS, ahora que yo he decidido desaparecer, entonces tu apareces, con tus disculpas, aceptando tus metidas de pata y ahora sí agradeciendo, regresas, con la cara bien lavada, no lo puedo creer, no sabrás más de mí.

Vamos, todos sabemos que no sería así. Pero que es que he pasado unas tres semanas de estrés insoportable, de cuestionarme todo, de juzgarme, de… si, de que me he deprimido y me molesta haberme deprimido porque eso deja claro que me importa. Me importa el puto carajito de los cojones y no tendría porqué hacerlo. Y el saber que no me debería importar pero que aún así lo hace, creo que es lo que más me molesta.


He conocido a este nuevo personaje, es bello, sí, bello (he conocido muchos bellos, a decir verdad, pero hablemos de este), y entonces hablo con él, y bueno, pues si me sigue pareciendo bello es que el chamo está bien parado en la vida. Sabe de su broma, es inteligente, cínico y bastante agradable. Bien. Mi frustración llego cuando me he enterado de su único jodido defecto hasta los momentos y que aniquila cualquier posibilidad de tener puntos a favor. ¡Soy dos años mayos que el puto chamin! Eso fue enterarme y decir como ‘aahh.. jaja ehm, si’ y casi darme media vuelta. #FAIL Ahí se los dejo. 


El chico de los ojos verdes ha aparecido en mi vida últimamente. La primera vez que lo he visto me ha entrado un ataque. Si, un ataque. Sentí que el mundo se había detenido y lo único que galopaba era mi corazón. Después de eso, he tenido la oportunidad de hablar con él otras pocas veces, y señores, la universidad me lo ha jodido. Ya no es cínico, su humor negro se ha esfumado, se viste con chemises  (siento que eso está de lo más nichemente escrito) y usa palabras de pavitos asquerosos. Mi bicho raro se ha esfumado. Después de eso, me lo he conseguido esta semana nuevamente, me ha visto a lo lejos y empezó a agitar los brazos cual lunático para que le viese, ya, lo había visto, pero no pensaba ponerme a brincar como él. Confieso que eso ha sido bastante cómico. Y me he dado una palmadita en el hombro cuando después de que nos hemos saludado, con un abrazo digno de medio año de no habernos visto (a mí me ha parecido too much) le he dicho “Voy corriendo, te dejo” y me he despedido con un gesto de mano, dándole la espalda y corriendo. Me di una palmada al hombro cuando me di cuenta de que la tierra seguía girando y que mi corazón no iba más acelerado que lo que implicaba mi paso al andar común. Chico de los ojos verdes, sigues siendo un espécimen digno de museo, pero ya no eres el que eras antes. Adiós.


Y pues creo que este ha sido un recuento bastante general de varias cosas que han sucedido en los últimos meses. Más que por mis pocos lectores, ustedes, querido fieles, lo hago por mí. Porque siento que el tiempo va pasando y pasando y yo no estoy dejando record alguno de nada. Y me gustaría volver en el futuro y recordar cómo me he sentido. Tanto las buenas sensaciones como las peores.

Me retiro en esta noche colmada de irresponsabilidad de estudios. Espero no demorar de nuevo tanto como esta vez para publicar un post algo menos personal y más al interés del público general. Pero confieso que escribir un texto de desahogue me hacia tanta falta como la que me hace una taza de té en este momento. Voy a por ella. Adiós. 

Victoria B.