martes, marzo 20, 2012

Este es tú último post.


Pues para mi tú ya hoy como si no existieras. Como  si no me percatara de tu presencia, como si no sintiera tus ojos clavados en mi espalda… o quizás soy yo que quiero imaginar tu mirada enfocándose en mi dirección.

Yo he tomado el vaso en el que se encuentra mi orgullo licuado y me he marchado. Me marcho porque ya no tengo nada que buscar en estas tierras y me marcho porque aunque hubiese algo que anhelar, prefiero no encontrarlo.

Hoy me he cargado las baterías antes de verte, me he llenado de energías y de buen rollo. Porque no quiero que me afecte tu presencia y porque no quiero mi semblante refleje cambio alguno cuando te vea. No quiero que sepas que me duele.

No me duele que no estés. No me duele que no haya sido. Me duele adentro, me duele por mí. Me duele mi orgullo y me duele saber que bajé la guardia contigo. Que te empecé a dejar pasar. Saber que había entreabierto la puerta y te dejé echar un vistazo. Saber que ese alto muro que tenía construido, para ti deje que fuera una cerca al mas puro estilo americano. Bajita y de madera. Enclenque. Lista para ser brincada... es más, pidiendo a gritos la brincases. 

Para mi tú ya hoy como si nunca hubieras sido. Como si nunca hubieses llegado. Cruzamos la mirada y no permito duré mas de un segundo. No te sostengo la mirada más que a cualquier compañero de clase con quien no hable, y no menos que a algún desconocido me cruce por la calle. El tiempo justo de la indiferencia.

En estos días soñé recibía un mensaje tuyo. Te disculpabas por cierta actitud y me pedías verme. Sorprendentemente, mi subconsciente te respondió se presentaría al lugar pautado. No creo en la vida real hiciera eso. Si acaso te respondería el mensaje. Sólo para que no fueras y te quedaras esperándome indefinidamente. Pero porque ya sé en carne propia lo poco divertido que es eso de esperar por el que nunca llegará.

Hoy, como dije, mi humor no podría haber sido mejor para cuando te viera. Lo consideré un progreso cuando, incluso después de verte, siguió siendo bastante bueno. Sólo hubo unos 30 segundos, solo 30, en los que perdí la compostura y la rabia tomó control de mí. No fue necesaria más que una rápida liberación de mi estrés para volver a mi estado zen. A mi buen rollo adquirido a conciencia.

Yo ya cerré capitulo. Cerré el libro. Literalmente: Lo cerré y lo deposité en tus manos. Haz de esta historia una tuya. Es toda tuya para que la rescribas, sin Victoria como personaje. Porque tal como quise estar presente en las lineas de tu vida en algún momento, hoy me rehúso a participar. Además, quiero dejar claro: Son estas las últimas líneas que te dedico en este espacio. En mi espacio. Es así como culmina este capítulo, y tú dejas de ser un personaje por el resto del libro de mi vida.

Es éste el momento en el que con alguna frase poética, empieza un nuevo capítulo, donde descubriré nuevos personajes y nuevas aventuras; y con las mismas, te deseo la mejor de las suertes en las tuyas. Espero crezcas, madures, te superes, consigas tus metas y tengas éxito en tu vida -profesional, deportiva y sentimentalmente-, pero sobretodo, espero seas feliz con tu vida y con la persona que eres. (Porque por más patán que seas, mientras te guste quien eres, todo va bien.)
Ahora si te digo que, ¡Adiós! Te veré como a cualquier extraño: por los pasillos. Con la indiferencia del que nunca fue ni será.


“What is that feeling when you’re driving away from people and they recede on the plain ‘till you see their speck dispersing? It’s the too-huge world vaulting us, and it’s good-by. But we lean forward to the next crazy venture beneath the skies.”
On the Road  -  Jack Kerouac.



Victoria B.

domingo, marzo 11, 2012

Brainstorming.


A falta de un post con conexión entre sus ideas, esto: 

Cuando me paro en los puesticos de leyes de la U, siento que quiero comprarlas todas. Y luego siento una inexplicable satisfacción al leerlas. Ñoñamente gratificante, si. 

Hay pocos dolores que valgan la pena. Uno de ellos es el dolor de pies a la mañana siguiente, después de pasar todo un día viéndote fabulosa en tus tacones.

Me hace sentir bien que a pesar de todos mis desánimos de las ultimas semanas, soy una persona que procura ser feliz y buscar cosas buenas que me hagan sonreír.

Ya pasé al absoluto estado de peatonismo. Copérnico empezó a recalentarse sin remedio alguno. Y el vivir tan lejos de transporte público y ser peatón, te obliga a tener una dependencia que no me hace nada feliz.

A pesar de que me siento como una viejita, estoy llevando mi agenda tan formalmente que siento me brinda estabilidad. Es realmente práctico. Coloco mis tareas, appointments, los días que no tendré clases por X o Y razón, los partidos del RM en la liga y los de la Champions, exposiciones a las que quiero atender, etc. Es decir, siento llevo una vida bastante más organizada y eso me da tremenda estabilidad psicológica.

Esta semana que pasó he comprado varias nuevas piezas de ropa, y no tienen idea de lo bien que me va. Si, quizás suene materialista, pero a mi esas cosas me hacen feliz. Es decir, contar con nuevas prendas para combinar en mi armario, es algo realmente emocionante.

Mi mamá me “obligó” a comprarme un par de blue jeans. Dice que todo el mundo tiene que tener jeans negros y azules porque si. Yo es que no uso jeans (una vez cada dos semanas, quizás), pero mira, si tu madre te dice que “no sales de aquí sin que te compre unos jeans nuevos”, pues como que uno no se queja. No, no se hace. La dejas que te regale unos pantalones y listo.

Estos últimos días me he sorprendido a mi misma recogiendo y organizando cosas en mi cuarto. Creo que ese es el peak de mi decaída. Así que asumo de ahora en adelante solo me queda mejorar… mejorar y seguir sonriendo.

Me encanta que están empezando las lluviecitas, me gusta muchísimo este clima. ¿Lo malo? Voy a tener que comprarme un paraguas más manejable, el mio es jodidamente enorme y no es práctico para cargar siempre encima si se va a pie.

Mi subconsciente tiene la mala manía de traicionarme en sueños. Suele ponerme a soñar cosas en las que yo preferiría no pensar. -Es entretenido, though-

Tengo ganas de ver una película triste, quiero liberar el exceso de lágrimas que soy incapaz de sacar yo sola…. Aunque ahora que lo pienso, esta semana deje salir unas cuantas, hace mucho no lloraba por alguien; aunque creo fue más bien por la indignación, pero bueno.

Me molesta que la gente critique mi carrera o a los abogados como tal. No puedes generalizar a la gente de tal manera. Y yo no voy por la vida criticando a toda una profesión y sus practicantes, me parece el colmo que la gente haga eso.

Lo bueno es que este fue un error más del cual puedo aprender, no estaba del todo repitiendo patrones como hice en el pasado y es una experiencia más que añado a mis fails y de errores que no debo volver a cometer.

Tengo como regla el seguir mis instintos. Y los mismos me dijeron que le devolviera eso a él, hoy creo que me arrepiento. No por lo que el hecho significó, sino porque ya no tendré el libro en mi biblioteca, y ciertamente me ha gustado.

Estoy harta de ir con bolsos incomodos por la vida, me rindo. Volveré a usar mi mochila de cuero, me da igual la imagen que dé de mí en el metro, prefiero ir cómoda y sin desgraciarme el hombro derecho.

Últimamente me la paso con sueño y sin energías, creo he de empezar a tomar vitaminas.

La próxima semana por fin iré a ver Mi País, Tu País en la USB, y me hace super feliz. Hace tiempo que quiero ir a ver ese Stand Up.

Hay pocas personas con las que me haya sido tan fácil enlazar una amistad como con él. Creo que es por su personalidad y creo que a él se le hace igual de sencillo con todo el mundo. Ahora está con nuevos proyectos y nuevos amigos. Supongo que debí saber que tan fácil como comenzó igual podría terminar. (Quite sure it’s not over, though. It’s just a bit different now). Que por cierto, me debe más de un mes de sonrisas.

Las pocas veces que algunas amistades me han dicho “Leí tu blog”, confieso me da un pequeño infarto. Me da un indescriptible pavor, no sé por qué. Empiezo entonces a recordar “Mierda, eso lo escribí pensando en ti; No me habría gustado que conocidos míos supieran eso de mí; ¿Qué le habrá parecido? Me parece full chimbo preguntar si le gustó”

Esta semana pasada conocí a un muchacho que se parece demasiado, en comentarios y tono al hablar, al muchacho de ojos verdes. Estaba con una amiga que tiene un conocimiento básico de este último, y al comentarlo se echó a reír imaginando lo irónico de esta situación. Al chico que acababa de conocer, no sabía si me caía realmente bien, o directamente le odiaba.

Me declaro públicamente adicta a los resaltadores. Me parecen la cosa más práctica y divertida del mundo estratosférico.

Lo bueno de ir en transporte público, es que tienes un montón de tiempo libre para leer. He de decir que hay sólo dos cosas que realmente me parecen tediosas de toda esta situación: Cuando me toca ir en un vagón atestado de gente y no poder llegar de la parada a mi casa en cinco minutos (y viceversa).

El sábado pasado ha sido de los que más me ha rendido en mucho tiempo. Primero salí con mi mamá a comprar los pantalones antes mencionados. Por la tarde fui con Adriana a Los Galpones a Entre Broma y Broma, seguido de El Mercadito de la Plaza y luego a comer mexicano. Y para las 10, Gabriel se había ganado entradas a La Ola (la cual teníamos planeado hace mucho iríamos juntos) y pues mira, me salió plan nocturno. Increíble lo mucho que se pueden alargar las horas... y aún así, tuve bastante tiempo de vagueo y procrastinación. 

El sábado en el mercadito me enamoré de una cartera espectacular en la vida. Roja de lunares negros. Estaba hecha para mí, si. ¿El problema? Es un amor imposible, es demasiado cara. 
Además, ya en este tema tengo un amor platónico, y es con las últimas colecciones de Furla, que trae unos diseños espectaculares. Pero de nuevo, no sólo no las venden aquí en Venezuela, sino que son bastante costosillas. 

Los Candy Bag son amor en su mas pura expresión. 

Victoria B.


jueves, marzo 08, 2012


Todo el mundo tiene una historia que contar. Todos y cada uno de nosotros somos protagonistas de nuestra propia realidad. La gente asume que como “su vida es aburrida”, no hay nada que contar de ella. Y es cierto que hay quienes llevan un día a día bastante más agitado que otras, y viven en una historia con muchos héroes y villanos. Pero eso no cambia el hecho de que todos los que no viven esta clase de vida, sino una que se pueda calificar de ‘normal’ -entre los parámetros que designa la sociedad-, tengan algo que contar.

Recordemos que cada mente es un mundo. Y aun alguien que vive un día a día rutinario, que va entorno a su área laboral y sin muchas relaciones interpersonales, aun ellos tienen algo que decir. Aun ellos tienen algo que opinar y que gritar al mundo. Cuan felices son en su mundo solitario, o por el contrario cuan infelices les hace y lo mucho que quisieran cambiarlo.

Es más, el qué lleva a las personas a acabar así, absorbidos por una rutina que no les satisface, ha de ser una historia fascinante de escuchar o de leer, el qué pasaba por sus mentes al tiempo que su vida evolucionaba en lo que es al presente, que opciones tomó y cuales otras rechazó, que personas dejó ir para luego arrepentirse y a cuales mantuvo a su lado, el como les marco su infancia, etc. Todo, absolutamente todo, puede ser el inicio de una fabulosa narración.

Lo que hace falta es que las personas quieran contarlo. Y he ahí el problema, la gente muy seguido no quiere que su historia sea conocida, se avergüenzan de ella. La gente muy seguido considera que de su vida no hay nada que contar y calla un montón de experiencias, que morirán con ellos sin nunca haber sido dadas a conocer al mundo. La gente muy seguido se deja dominar tanto por la rutina, que no creen que sentarse a escribir algo que les sucedió, y que es posible haya calado en su persona dándole un nuevo matiz, sea algo que valga la pena hacer.

Porque es mejor dejar que los demás escriban sus historias, que los demás lo hagan, pero tú no. Tú, quizás, y sólo quizás, leerás algunas de estas narraciones. Te adentrarás en la mente de otra persona y pensarás lo magnifico que es poder ver el mundo desde los ojos de alguien más, pero eres lo suficientemente egoísta como para no dejar los demás vean por tus propios ojos. 


Victoria B.

viernes, marzo 02, 2012

Sincerándome.


*Lo próximo son, lo que yo considero, mis mayores defectos a la hora de una relación de pareja. Quiero dejar claro que, en principio, solo aplica a las relaciones de este tipo.* 


1.- Nunca me valoro lo suficiente, no siento que pueda ofrecer algo que a alguien de verdad le pueda interesar. Creo que esa es la raíz de todo el problema, que debajo de toda mi capa de seguridad y que la gente piensa “Esa chama si tiene cojones”, cuando me llegan a conocer, se encuentran con una tipa débil que no cree lo suficiente en sí misma. Tengo conocimiento de todos mis problemas psicológicos, de lo enrollada que soy, de lo alejada que puedo ser, lo confusa y contradictoria. Entonces pienso ¿Quién podría querer estar en una relación con alguien así? ...  Pues yo no querría.

2.- Uno de mis mayores temores, aparte de la oscuridad, es el compromiso. Me aterra el tener que rendirle cuentas a alguien, me aterra el tener una ‘responsabilidad’ para con otra persona; siempre he pensado que si hablo contigo o si te cuento mi vida, es porque me provoca… supongo eso es lo que pasa en una relación, quieres esa persona forme parte de tu vida, si. Pero a mi es que me aterra profundamente. En cada contada oportunidad, en la que me he visto con la posibilidad de tener alguien a mi lado, que me de apoyo incondicional y cumpla con algunas cuantas de las cualidades nombradas en el post anterior, he huido. O peor aún, le he hecho huir. Si, porque soy experta haciendo que la gente se retire, me tenga miedo, o que se alejen de mí porque es simplemente lo mas adecuado, después de mi inequívoca actitud esquiva y seca.

3.- Las cosas fáciles siempre me han aburrido. Estoy, por lo tanto, acostumbrada a cagarme en todo el protocolo de ‘Es el hombre quien corteja’, pues soy yo quien se fija en chamos, digamos, insólitos y más que complicados, para tener de esta manera una meta. Daré entonces el primer paso, y el segundo… y de ser necesario, también el tercero. Sé esta conducta no tiene mucho sentido, en el último caso traté de que no fuera así, finalmente hubo alguien que gustaba de mí y estaba haciendo las cosas de la manera correcta, yo le estaba dejando hacerlo, pero con mi correspondiente sequía. Y no fue hasta que él decidió retirarse, que yo decidí que entonces sí me atraía. Ahí tienen, esa soy yo. Me gustan las metas imposibles. Doy vergüenza.

4.- Aunque ya lo he mencionado un par de veces, puedo ser asquerosamente fría, ácida, esquiva e insensible. Pero como dije también al principio, pues ¡Vivan las apariencias!  Puesto que aunque algunas (muchas) actitudes/conductas/apodos/escenas me parezcan vomitivas, soy alguien que no te dirá un “Te quiero” sino hasta que las palabras se le desborden de los labios y no pueda contenerlas un minuto más. Es decir, puedes tener por seguro que cuando digo algo, es porque verdaderamente lo siento. Aparte de ello, a veces tengo estas ideas cursis y metáforas irrisorias que suscitan carcajadas cuando las pienso/leo nuevamente pasados un par de meses. Cualquier lector asiduo de este blog ha sido testigo de mis verborreas minadas de terrones de azúcar.

5.- Hay una manía mía, de la que no he hablado en este espacio, y creo que el momento ha llegado.
Resulta que están leyendo a una persona que tiene varios pensamientos simultáneos y pues uno de ellos suele ser un monologo interno. Aparte, quiero acotar que voy por la vida sintiéndome indignada por cualquier tontería y acto insólito (tanto de amigos/conocidos como de completos extraños). Estoy yo consciente de la estupidez de mi indignación, y es por ello, que para solucionar el ‘problema’ que yo misma me acabo de inventar, termino solucionando esto en uno de mis monólogos. Que para mí, ya no es un monólogo, sino es una conversación común con aquella persona me ha indignado. Hablamos, en mi mente, como dos personas adultas y correctas, exponemos nuestros puntos de vista, y llegamos a soluciones concretas (aunque no lo crean, muy seguido pierdo). Entonces, tal y como hago eso con nimiedades, lo hago de la misma manera con la mayoría de mis problemas con otros seres humanos. He aquí la razón por la cual Victoria raramente pelea con nadie de verdad. Discutimos muy seguido, pero las personas jamás se enteran.
Lo que resulta un problema aquí, es que de esta manera también pido perdón, dígase, el afligido no se entera casi nunca de mis disculpas. Es un problema heavy también porque de esta manera soluciono igualmente los problemas realmente graves. Y a veces, solo a veces, no soy capaz de ponerme en la posición del otro y me veo obligada a hablar en verdad con la persona para solucionar el problema.
Esto resulta realmente difícil en casos de relaciones, porque si me atrae alguien, es normalmente porque no logro terminar de descifrarlo, y después de MUCHO cavilar y monologar, termino hablando con la persona, escupiendo demasiadas cosas al momento, demasiados monólogos se unen en un mismo discurso. Y entra entonces la confusión cuando las respuestas de la contraparte no son si quiera parecidas a las que recibí en mi mente (a veces son mejores de lo que esperaba, lo cual es bueno; y a veces se quedan cortas y no cubren mis expectativas, lo cual resulta asombrosamente frustrante.)

6.- Aunque diga lo contrario, soy asquerosamente detallista, me gustan los detalles, me gusta sentir que piensas en tonterías que te recuerdan a mí, o que tengas la gentileza de abrir la puerta y acompañarme a tal lugar que resulta ser mi destino, que me des una sorpresita de cuando en vez (por estúpida que sea). Si, me gustan los detalles. Y yo me comportaré de la misma manera, soy detallista en supremacía, y aunque se vean naturales, pensaré todas y cada una de mis sorpresas o comentarios claves, las pensaré tanto que son ínfimas las veces que paso algún pequeño detalle por alto. El problema aquí radica, en que te diré (no sé porqué) que no es necesario hagas ninguna de esas cosas por mi… supongo que en el fondo tiene que ver con lo primero, siento no lo merezco.

7.- Y ahora nombraré el que yo creo es el mayor de mis defectos, y que es una fuerte influencia en todos los otros. Y es el hecho de mi 'independencia', de que me gusta sentirme “La Mujer Maravilla”, quien puede lidiar con todo sola, quien no necesita ayuda ni apoyo de nadie para nada, quien puede superar cualquier situación sin alguien que le de ánimos. A quien no se le ocurre demostrar en público que ha sido herida para que no la tomen por débil. Yo soy esa quien no gusta que alguien colabore con ella, pero siempre quiere colaborar. Tengo ese jodido tic de líder, de jefe de la manada. Que es, al final, lo que yo considero mi mayor problema. No soportaría estar con alguien que se doblegue ante mi autoridad, pero tampoco sería capaz de soportar a alguien que lleve las riendas de nada.


Y bueno, ¡basta!, creo que esto ha sido suficiente por hoy. Estoy ordenando mis ideas, me dicen que el primer paso es reconocerlo, pero todas estas son cualidades yo tengo bien reconocidas hace más tiempo del que me gustaría admitir. Pero si sé que hay cosas debo cambiar. Ahora, mi duda es ¿Cómo carajo se supone que se hace eso?

**Y quiero acotar que cuando digo que me estoy sincerando, es tanto conmigo como con el mundo. Es una declaración pública de el fail que puedo llegar a ser :)
Victoria B.