lunes, diciembre 31, 2012

Goodbye 2012.

A ver, se que no he escrito mucho nada últimamente, y no tengo nada que alegar en mi defensa, estaré igual de ocupada que todos los demás blogueros que si mantienen su espacio. Simplemente he de admitir que lo he dejado todo pasar y que estoy super desorganizada con lo que respecta a mi tiempo. 

Pero a pesar de mi desaparición, me parecía insensato despedir el año sin dar así fuera un corto un adiós en este espacio. 
Me parecía insensato porque este 2012, en general, ha sido bastante bueno conmigo. Creo que si lo dividiéramos, las 2/3 partes de este, han sido entre buenas y geniales. 
He conocido gente maravillosa, he reforzado amistades que hice en el 2011, he cumplido metas, he leído libros que tenía pendientes por leer (aunque me siguen faltando un montón y no voy a la velocidad que esperaba), he salido y disfrutado por montones, he madurado, me he aceptado más a mi misma, he dejado de tratar de cambiarme, he viajado bastante mas de lo que esperaba, he bajado a personas de tronos en los que no merecían estar, he bajado a otros no porque no lo merecieran, sino simplemente porque se les venció el tiempo de reinar, he superado mi miedo al compromiso (aceptemoslo, que no del todo), durante casi 3/4 del año cumplí mi objetivo de escribir aunque fuera media hora al día... espero retomar eso el próximo año. 
Ciertamente también han habido cosas malas, he alejado personas importantes de mi lado, no me he dedicado tanto como debía a los ciertas materias, me han hecho daño, me han mentido, he entregado mucho a personas equivocadas... pero en general, nada de esto, puede aplacar lo fabuloso que ha sido todo lo demás.
Es cierto que no he escrito mucho en el blog, es cierto que tengo el espacio en el más absoluto de los abandonos. Pero no he dejado de escribir, y mi vida en este momento está en lo que creo es una de sus mejores épocas hasta el sol de hoy. Me siento feliz, me siento plena, siento que puedo tocar el cielo con la yema de los dedos. Y creo que esta es la mejor manera de empezar el nuevo año. 

Espero que este 2013 sea igual o incluso mejor que este año que se despide. Me propongo dedicarme a todo lo que deba enfrentarme. Me dedicaré a los estudios, al blog, al ejercicio, a mi misma, a la lectura, al orden, a escribir, a mi pareja. Y quiero madurar como mujer, como futura profesional, como persona e intelectualmente. 
Esas son mis metas para el próximo año. Todo lo que quiero es perfectamente alcanzable. Solo he de organizarme y de seguir un método. He de recordar esas dos palabras durante todo el año. Dedicación y Madurez, de modo que para finales del 2013, estaré tan satisfecha con mi año como lo estoy con este.  

"Goodbye 2012. And thanks for the memories".

Victoria B.

lunes, octubre 22, 2012

Lo quiero todo.



Lo quiero todo de ti. Quiero tu tiempo, tu cariño, tus caricias, tus abrazos, tu cuerpo, tu amor, tus perfumes, tus sonrisas, tus cosquillas, tus besos, tus chistes, tus histerias, tus carcajadas.

Quiero saberlo todo de ti. Que me cuentes tus memorias, tus cuentos, tus recuerdos, tus anécdotas, tus alegrías, tus decepciones, tus malos humores, tus metidas de pata, tus fantasías, tus sorpresas, tus anhelos, tus pasiones.

Quiero comprender como funciona tu mente. Cómo es que analizas todo, cómo llegas a ciertas conclusiones, cómo percibes al mundo, qué piensas cuando me ves fijamente a los ojos, qué piensas cuando te acaricio la cara. Quiero saber cuales decisiones tomaste para llegar a donde estas ahora, cuantos caminos viste cerrar, cuantas puertas no abriste. Cuantas veces les piensas al día, para saber cuantos abrazos darte y así regalarte si quiera un poco de paz. 

Quiero de ti lo bueno y lo malo. Lo divertido y lo desesperante. Quiero lo que eres y no lo que le muestras ser al mundo. Quiero tus chistes y tus momentos de seriedad. Quiero el ser integral que conforma a la persona perfectamente imperfecta que eres. A la persona que tengo, a la persona que abrazo, que aprecio, que respeto y que, de momento, no quiero se vaya de mi lado. 

Quiero entonces que sepas que de ti, lo quiero todo. Quiero todo lo que puedas darme. Quiero ser esa persona que funciona como disco duro externo. Quiero ser tu otro yo. Quiero estar para ti ahí, siempre que me necesites –y cuando no también. 

De ti lo quiero todo, porque tu a mi, me tienes atada. 


Victoria B.

lunes, octubre 08, 2012

Reacción elecciones 7Oct.


Aunque en este espacio nunca hablo de política (aún cuando me importa mucho y trato de mantenerme al día), creo que suele ser más un lugar de ver otras cosas, de escapar de la realidad en la que vivo -mi país- y refugiarme en los problemas del simple hecho de existir, problemas que podría tener en cualquier parte del mundo. 

Pues bien, el día de hoy haré una excepción, lo siento pero es así, a los que no les interese o estén hastiados, aunque no me pongo intensa, si hablo de la situación. Así que pueden esperar al próximo post de no querer saber nada.



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Ayer, 7 de octubre, no sabia que decir. Hoy tampoco lo sé mucho.

Al momento en que Tibi nos dio los resultados, yo quedé en estado de shock, no quería aceptarlo. Pasé al menos lo próximos 5 minutos viendo la pantalla del televisor en mudo con desconcierto. Fue entonces cuando entendí, “Perdimos, Victoria. Estamos jodidos”. Y entré entonces en un estado de crisis, llanto descontrolado, sollozos. Eso se prolongó por una media hora, cuando decidí debía bajar a verle la cara a mi madre. Más bien ella me la vio a mí. Parecía un pez globo avergonzado (por lo hinchada, por lo mojada tenia la cara y por el rojo intenso que combinaba con el color de mi pelo.)

Como mi mamá tenía compañía -una amiga de la familia que por su casa se podía poner peligroso y vino a quedarse en la mía- entendí que debía calmarme. Lo logré. No habían pasado tres minutos de eso cuando Capriles empezó a hablar, y ese hombre me hizo llorar de nuevo.



Si. Así fue como reaccioné a la noticia que todos los venezolanos recibimos ayer. No sentía odio, como muchos de mis amigos. No sentía rencor… solo desesperanza. Lo único que Henrique me dijo que no sintiera.

He de decirles una cosa, el discurso de Henrique Capriles ayer… wow. 

Yo antes de eso creía en él, de verdad que sí. Pensaba que este era el momento, admiro lo fuerte que ha trabajado durante toda su campaña, ese tipo es un héroe. Pero con ese discurso ayer… jamás había escuchado un discurso así. Jamás había sentido me hablaran directamente a mi, como poniéndome la mano al hombro y diciéndome “Todo va a estar bien. Tú no perdiste, YO perdí, y yo no me estoy dando por vencido, yo voy a seguir luchando. Lucha conmigo”. El carajo, sin duda alguna, nos dijo que no se quedaría en paz hasta que nos quitara a este sujeto de encima.


Hay algo que debo decirles, yo hace mucho que estoy diciendo “Si Chávez gana, el venezolano se merece todo lo que le pueda pasar.” Quizá no todos los venezolanos, quizá no tú, que estás leyendo, quizá no tus amigos, quizá no yo, quizá no mi familia. Pero más de la mitad de los venezolanos se merece su vaina. Y, por lo menos yo, el día de hoy, prefiero decir que soy de las venezolanas que se merece la vaina que los demás le echaron al hombro, a decir que soy de las que se va y no asume ningún peso encima.

Yo me había ido a Inglaterra, y aunque mi mama me pidió que me quedare en aquél lado del mundo, me negué. Yo me vuelvo. Y aquí estoy. Yo de aquí no me voy a ir hasta que sienta que hay gente preparada volviendo. Hasta que sienta que extranjeros vienen para quedarse, hasta que sienta que me voy, y no estoy huyendo en manada con toda la fuerza intelectual del país, sino que me estoy yendo como todos a tener una nueva experiencia y probablemente volver. Cuando yo me vaya, será porque sienta que estoy dejando a mi país en buenas manos, en manos de gente inteligente que lo trataran con cuidado y que lo amarán tanto como yo lo hago.

Y yo creo firmemente que eso será posible, en algunos años eso se va a poder. Porque tenemos un líder, tenemos quién nos lleve por esa senda. Yo pongo las manos de mi país en la fuerza del Flaco y en el trabajo de todos nosotros, que votamos por el, para que este régimen en el que vivimos acabe.

Nadie ha dicho que será fácil, no lo ha sido hasta ahora. Y nadie ha dichos será especialmente divertido, porque tampoco lo ha sido hasta ahora. PERO ES POSIBLE, y todo lo bueno requiere de un gran esfuerzo, y si queremos pasar de la desgracia a lo bueno, mas aún, ahí requieres de un esfuerzo sobrehumano para conseguirlo.



Quiero decirles que yo ayer tenía la esperanza a millón. Creía firmemente que ganaríamos. Yo pasé todo el día trabajando en la plataforma de denuncias y la verdad no tenía mucho tiempo de enterarme de nada, de como estaba la cuestión, de como se cocinaba la vaina. Solo sabía acerca de todo lo que no estaba funcionando y de lo que se estaba haciendo para resolverlo.

Salí durante el día cuando me llevaron a votar, entre voté y salí. Pareció un proceso expedito, pareció a los ojos del que ve desde fuera, algo sin mucha relevancia. Yo por mi parte tenía el corazón latiéndome a millón. Entré a mi mesa a votar constitución en mano. Puse mi huella ansiosa, esperando a que me dijeran “Pase”. Cuando eso pasó, el corazón se descontroló y me aferré a mi constitución como si fuera lo único me quedare en este mundo. Presione la cara del flaco por ahí abajo. Lo vi sonriéndome en la pantalla y presioné VOTAR. Salió mi voto, ansiosa por depositarlo solo vi que culminaba en “onski” y feliz lo doblé y lo metí en la urna, pasé a la mesa siguiente, puse mi huella, firmé con el mayor amor y cuidado que he firmado en meses y proseguí a la parte más representativa del voto en Venezuela. La tinta. Quería mojar el chiquito hasta la mitad, pero no pude; primero, porque el tipo estaba pichirre y segundo, porque estaba pichirre porque se estaba acabando. Así que aunque le llevé la contra, no pude sino pintarme la puntita, dibujarme un mini dedal al dedo. No me importó y exploté, era todo sonrisas y lagrimas. Salí de mi mesa y de mi centro de votación. Pasé los próximos cinco minutos viéndome el dedo y sonriendo. La esperanza que sentía en ese momento, señores… no se las puedo narrar. Yo sentía que me iba a explotar el pecho, que no cabía en mi tanta ilusión y tanta alegría.

Eso se prolongó durante todo el día en aquellos momentos en los que tenía tiempo de pensar en lo que realmente estaba pasando (que eran pocos). A finales de la tarde no hacia sino escuchar a los que trabajaban conmigo, felices, (algunos de esperanza y otros por rumores) y de repente empecé a estar más y más segura “Ganamos” me decía.

Eso duró hasta el momento que llegué a casa, todas estaban desanimadas, seguras de que no había sido así, luego leyeron a Nelson Bocaranda y solo hablaban como si ya Tibisay hubiera salido a dar los resultados. Yo, nerviosa y arrecha, me subí y me alejé de las chacharas… y de ahí en adelante, ya conocen la historia. Dieron los resultados y senti se me venía encima el mundo, pues.

A lo que quiero llegar es: esa pasión que yo sentí ayer, estoy segura MUCHOS venezolanos la sintieron. Y creo que la pasión puede mover cualquier cosa. Somos mas de seis millones, más de seis millones que como yo sintieron una gran emoción y que como yo sintieron que el mundo se les venía encima al perder. Si todos nosotros hacemos algo, si no nos vamos, si luchamos…. Señores, podemos sacarnos a este simio de encima. No sé cuándo, pero podremos.



Señores, quiero que sepan algo, el día de ayer, forjamos historia. Y si tú fuiste a votar, si has estado participando previamente en lo que se está cocinando, ustedes fueron parte de ella. 



Buscando esperanza, 
Victoria B.

sábado, septiembre 15, 2012


Hay algo que tengo que terminar de aceptar. Y es que he’s gone. No puede ser, que aún hoy, la  simple mención de su nombre me descoloque. “Pepito Gomita me escribió”, me dice. Y yo entro en crisis. Empiezo a tratar de entender porqué. Me pregunto si algún día me va a dejar en paz. Si algún día me dejará seguir adelante.

¿No te habías ido del país? ¡Pues vete! ¡Quédate allá y no vuelvas! Me molesta, porque aunque sé que le doy demasiadas vueltas a todo, siento que quizá tiene algo que ver conmigo. No que yo sea el centro del universo. Pero, ¿Por qué le escribe a ella de la nada? Ni que fueran amigos cercanos… no, cercana es ella de mí. Era obvio que yo iba a saberlo, ¿no? Era obvio que su nombre retumbaría de nuevo en mi mente.
Supongo que, según él, Victoria no tiene derecho a move forward. Seguro que no tengo derecho a olvidar todo lo ocurrido entre nosotros. Lo bueno y lo malo. Todo.

No Victoria, sabes que aunque quisieras, no podrías. Sabes que te enseñó más cosas de las que eres capaz de expresar. Sabes que fue un escalón en tu vida. Que llegó para romper estándares que necesitaban ser destrozados. Sino no estarías donde estás ahora. Y te gusta donde estás ahora, ¿No es así?

Pero sólo eso fue, un escalón. Para mejor o peor, eso no importa, el hecho es que cambió tu vida y siempre lo recordarás. Pero es hora de dejarlo ir. Es hora de que su nombre no te provoque un pequeño infarto. Es hora de recordar tu amor por ti misma y dejar de torturarte.

Hoy hace un mes me enteré oficialmente que era muy probable se fuera del país. Hace exactamente un mes, sentí que se me venía el mundo encima. Hace un mes, lo disculpé por todo lo que pudo haber hecho o dejado de hacer en el pasado. Si, hace un mes creí haberlo entendido todo y creí tener derecho de nuevo a quererlo. Y todo el cariño que venía reprimiendo, estalló de pronto para hacerme entender. Un cariño que dejé fluir en lágrimas por su partida.

Hoy, las cosas por las que lo disculpé ese día, se quedaron cortas con toda la humillación pasé en los días siguientes. Humillación a la que me sometí yo solita. Porque cuando uno quiere, no se mide, resulta que es cierto; cuando quieres, no te importa nada. Yo sólo quería darle un abrazo de despedida y escucharlo reír. Hoy, en cambio, no siento deba disculparlo, no siento haya nada que disculpar. Esa última humillación, ese último coñazo, me enseñó quizá más de lo que me había enseñado en los últimos 8 meses. 

Hoy siento la necesidad de eliminar su nombre de por vida. No sé cómo, pero ese capítulo tiene que quedar cerrado cuanto antes. Estén las cosas claras, o no. 


Victoria B.

sábado, septiembre 08, 2012

Nota #2 - Drenando.


Me duele, me digo a mi misma que no es así para poder sonreír y ser verosímil, pero me duele; y mucho.

Debería hacerle caso a mi intuición… siempre. Debería hacerle caso porque suele tener razón, porque a veces creo que es preferible preguntarme en el futuro “Y si hubiera hecho tal vaina…” que darme algunos coñazos que no sirven sino para que levante unas barreras intraspasables.

Ella tiene razón, a mi la vida siempre me pone a escoger, de a dos o más. No es justo.

Mi cumpleaños pasado, lo pase hablando con el todo el día. Este año ni me felicitó. Eso también me dolió… que jode. Pero jamás se lo voy a decir…

Terminé de hacer verano la semana pasada, y pensaba en meterme en un curso de 8 a 5 ya esta semana y la próxima. Estoy loca. Pareciera que no me gusta descansar. Menos mal mi mamá es más sensata que yo y me aconsejó no hacerlo.

Odio tener que elegir, no voy a hacerlo hasta que no sea imprescindible.

Me molesta cuando la gente es demasiado buena. Porque siento que yo debería serlo, y no lo soy. Me siento culpable.

Sin duda alguna, he de aprender esas técnicas psicológicas de descifrar la personalidad de una persona por su caligrafía. Esa vaina es lo más.

Ayer cumplió años mi… mejor amiga. Y esta en Canadá. No recuerdo cuando fue la última vez no pase ese día (y el siguiente) con ella. La extraño, si.

Me gustaría entender como funciona su mente. Me gustaría entender qué es lo que quiere conmigo, si entendiera, podría ponerle en alguna de las dos categorías y así no está en ese limbo raro que me trae por la calle de la amargura.

Mentira. No me trae por la calle de la amargura, si me gustaría entender… pero creo me estoy tripeando la vaina.

No sé qué estoy haciendo, pero de momento, no lo dejaré de hacer.

No, no le diré nada. Y le disculparé… pero jamás lo voy a olvidar. Suena cliché, pero es así.

Hablando de clichés, hace poco me dijeron la vaina más cliché del universo… e incluso fue cuchi (sobretodo porque aceptó la clichosidad antes de decirlo)

Extraño a Fermín. Rodolfo… Rodolfo no es suficiente. Lo siento, R.

Miento, de nuevo. Se lo dije, le dije que noté en falta su felicitación… porque así fue. Aunque no le dije que me dolió.

Yo sé que puedo ser bastante detached, de hecho, así me vendo para luego no decepcionar a nadie. Pero él… él lo es demasiado. Es como veinte veces más detached que yo… y creo que esto así no funciona. No, no lo creo, lo sé.

Claro, el que estén o sean capaces de estar demasiado involucrados, tampoco me sirve.

Sé que leyó ese post y por eso lo hizo. Lo sé… y me molestó. 

En dos días, dos amigas me han dicho que tengo que tomar una decisión… pronto. Yo creo que exageran.

Cuando alguien es tan honrado, no se merece por nada del universo que le lastimen, simplemente no es justo. No debería suceder.

Confieso que Fermín escogió casi el peor día para morir. Claro, que morir el día de mi cumpleaños habría sido incluso peor que morir el siguiente, si. Supongo que no existe fecha buena para perder tu teléfono.

Tengo que dejar de resumir mis ideas de posts para el blog en 140 caracteres por twitter. Por culpa de ese miniblog, es que tengo este abandonado.

Mi “Don’t break the chain” de escribir media hora diaria, se ha ido a la cañería en las ultimas semanas… más, incluso. Eso desde la semana del 13 de agosto.

Dejé de escribir por miedo a lo que pudiese salir. Dejé de escribir porque tipearlo y asumirlo todo era way too painfull. Dejé de escribir y ahora me arrepiento porque perdí la costumbre, el hilo de la rutina.

La gente no me cree cuando le digo que me sobrevalora. Que es simplemente el hecho de que yo sé como venderme de manera que me vean mejor de lo que en verdad soy.

Hace mucho que quiero escribir algo largo. Algo que valga la pena. Mis intentos nunca pasan de 10 páginas y son, la mayoría, seguidamente borrados. 


Victoria B.

martes, septiembre 04, 2012

Birthday Post

No se supone tenga tiempo, porque ando en el típico corre corre consecuencia de dejar las cosas a última hora. Pero aun así, creo que invertir cinco minutos al blog en un día como hoy, no puede ser tan grave. (Esperaba dejar una entrada programada... pero no lo hice)

Les cuento que llego del olvido en el que tengo el blog solo para decir una cosa: 

Hoy cumplo dos décadas... Y como todos los años, me sigo sintiendo igual que ayer cuando tenía 19 jajaja. 

Aún así, siento que decir que tengo 20 es como que.. wow. Que ya no soy teen, no más. No me siento de 20.. me siento como una carajita, una bebé inmadura. Y el próximo año ya se supone que sea una adulta responsable de todas mis acciones. ¡AYDIOJMIO!
Pero ya, no desesperéis, que eso es el próximo año. Por lo pronto, disfruto lo que me viene. Espero mis 20 sean igual de buenos que los 19... o que los 18. 

Hasta ahora llevaba todo el día sola (llegué a casa y mi mamá llegó a los 20 mins), bueno, sola no; he estado por toda Caracas rodeada de gente, pero nadie que me conozca. Y es así como compruebo mi teoría: me encanta pasar mi cumpleaños all by myself. El año pasado lo celebré el día anterior y pase el 4 en mi cuarto haciendo nada... y fue magnífico. 

Claro, que para hoy en la noche si habrá guateque, pero pasé más de la mitad del día haciendo una de las cosas que más me gusta: monologar y pensar webonadas. 

Y ahora sí, esto es todo por hoy. Espero volver esta semana, pues ya soy oficialmente LIBRE de mi curso intensivo de verano (aprobado con notón -as if you care) 

¡Nos leemos pronto, lovelies! (Esta es Victoria de muy buen humor) 


Victoria B.

jueves, agosto 30, 2012

Atrapados por España.


Hace poco más de una semana, mi mejor amigo regresó de un mes de vacaciones. No voy a contar de la obvia necesidad que tenía de verlo, sino de algo que el me transmitió al volver.

Resulta que se fue a España. Pasó un mes allá, viajo por el país y... y se enamoró.

Se enamoró como todos los que pisamos suelo español. Se enamoró del país y de su gente. De las costumbres, de las palabras, del acento, de las calles, de la cordialidad, de todo. Volvió diciéndome “Me quiero ir a vivir a España”.

Y es que es así. Uno anda por caminando por allá y de repente siente “Este es mi lugar. Yo debería estar aquí... por siempre.” Y  sale el que te dice ¿Cómo vas a dejar tu país? O que ¿Por qué te irías a un país que está rejodido por la crisis? Y tu piensas ‘no me importa la crisis, no me importa cómo estén, no me importa no sea mi país, jamás otro que no sea Venezuela lo será… pero lo siento apto para mí. Siento que allí encajaría, que allí no me verán como bicho raro, que podría evolucionar a mis anchas y largas… que sería un lugar donde podría ser infinitamente feliz.’

Cuando mi amigo regresó y me contó quería vivir allá, fue como si encendieran un suiche que estaba escondido y engavetado en el fondo de mí ser. Un suiche había encerrado por allá para olvidarme de su existencia.

Porque aunque poco conté de eso por aquí, mientras estuve en Inglaterra, mi mamá no hacía sino insistirme para que presentara la selectividad española y me quedará a vivir allá, en España. Yo decía que no, que mi alma mater era la UCV y que no estudiaría en otro sitio que no fuera esta universidad. (Eso sin duda sigue en pie, de eso no me arrepiento en lo más mínimo)

Al regresar total de Inglaterra, recordé lo que era Venezuela. Recordé todo lo que yo había decidido olvidar e idealizar mientras estuve fuera. El caos.  Y de repente me entró una depresión absoluta. Me odiaba por haber rechazado quedarme en mi España querida. Me odiaba porque me sentía en un limbo: no era de aquí, no era de allá, no era de ningún lado. Me odiaba porque había rechazado lo que seguro había sido una de las mejores propuestas de mi vida.

Con el tiempo todo fue pasando. Sobre todo pasó más aún en cuanto empecé la universidad y no sólo tenía material de interés para ocupar mi mente; sino que era un material que me encantaba. Estaba fascinada con mi carrera (y todavía lo estoy), entonces decidí olvidar cualquier idea de que haberme quedado en España habría sido mejor. Decidí abordar el tema y esconder el suiche para que no fuera un tema perenne que me atormentara en la cabeza. Lo escondí por mi bien y por el bien de quienes me rodean.

Hoy por hoy, solo estoy recordando aquella época, en la que soñaba con irme para allá y vivir en un lugar que sabía me tomaría de brazos abiertos. Hoy dejé el suiche a la luz, solo por un rato, porque soñar es gratis, y porque esa ilusión me encanta. De todos modos, hay otros planes tengo hace mucho y que no he abordado, planes que me facilitarían el que si algún día quisiera irme, podría hacerlo. Planes que espero poder cumplir… son de esas cosas que cuadra uno a largo plazo y que piensa con una sonrisa en la cara.

De momento solo estoy soñando de nuevo con las calles de Madrid. Pero creo me toca verlo así, sólo como un sueño. 


Victoria B.

domingo, julio 22, 2012

Autobiografía.


"Si algún día escribiese mi autobiografía, te dedicaría un capítulo completo."

Es una frase que leí hace poco en un libro, no recuerdo si decía así exactamente, pero era lo que estaba en el espíritu del comentario. En ese momento varios nombres vinieron a mi mente de un solo golpe, muchísimos nombres a los que les tendría que dedicar un capítulo completo... y que en muchos casos se que tendría que nombrar en varios capítulos por ser tan importantes; pero únicamente uno de ellos permaneció dándome vueltas a la cabeza.

Un solo nombre. Un nombre que está presente en mi vida en este momento. Un nombre que no quiero que se esfume en mucho tiempo. Y es entonces cuando te llega esa sensación de incertidumbre. De saber que algo se te esfuma de las manos en cualquier momento. Es saber que ese nombre es como la arena, que te cuesta mantenerlo entre tus dedos, porque su naturaleza es ser libre, su naturaleza es correr sin ataduras y volar con cualquier soplo del viento.

Así le describo. Libre como la arena. Que para mantenerle atado a un solo lugar, hay que meterle en un frasco con tapa y no dejarle salir jamás. Pero eso… eso es algo que yo no se hacer, es algo que no quiero hacer. Porque para empezar, lo que me encantó desde un principio de su persona, fue ese espíritu emprendedor que emanaba de cada poro de su piel, con cada sonrisa fortuita.

Hay personas que aparecen un día en tu vida, para cambiarla y largarse. Ellos van y vienen cambiándolo todo a su paso, mientras tú, estático, les ves llegar y partir sin más ni menos.

Recuerdo siempre me pareció que era lo más cercano a un Dean Moriarty que jamás podría conocer. Era exactamente eso. Vive su vida a plenitud. Vive su vida con los sentimientos explotando al máximo en cada momento y esfumándose con la misma rapidez que aparecieron. También siempre me he preguntado como será ser una persona así. Digo, que sé a la perfección cómo es ser la estática, pero me pregunto cómo se siente ser el tornado que entra a la vida de las personas y desaparece rápidamente, cambiando todo a su paso. Sintiendo todo super fuerte, con sentimientos apasionados y abrasadores; y luego dejan las emociones desvanecer sin ningún remordimiento, sin que se altere en lo más mínimo su semblante, y se marchan actuando como si nada hubiera sucedido jamás.

Sometimes I wonder… if you were to be my Dean, would I be your Sal? I mean, am I the one you’re always going to come back to? Just when you need to feel safe, knowing that no one else will ever receive you with the same big smile as I will and caring as if nothing has ever happened?

Aunque creo que para ello tendría que verte ir y venir demasiadas veces. Y no sé si aguante, creo sería way too painful.



Victoria B.

viernes, julio 20, 2012

Pensamientos del blog (+Análisis de amistades)


Muchas, muchísimas veces he pensado en cambiarle completamente la imagen al blog. He pensado en cambiar tonos, diseños e incluso el nombre. Si, su nombre. De hecho, es el nombre lo que más tengo ganas de cambiar, y de ahí partir con todos los nuevos cambios. Pero no podía salir con eso como primera idea, porque iba a ser todo muy fuerte.

Pero siento que es una especie de… ¡una especie de asesinato!

Ya lo sé, no es ni remotamente parecido. Es más como si le hubiera puesto a mi hijo un nombre que lo denigra y él fuera al registro a cambiárselo alegando que le hace quedar en ridículo frente a todos sus amiguitos en el colegio.

Aun así, el cambio de nombre es un procedimiento legal jodidamente largo y engorroso (supongo que más en este sistema donde hasta el trámite más básico resulta agobiante). Además de ello, tienes que tener una buena razón para cambiarlo… y aun en ese caso, al cambiarlo, todo resulta bastante confuso (o eso digo yo), tanto para la persona como para sus familiares, amigos y conocidos. Es decir, si todo el mundo me conocía como Victoria, yo no puedo llegar mañana y decir que me cambié el nombre a Verónica o Emilia. No, no puedes simplemente erradicar el pensamiento de que algo o alguien será siempre para ti identificado por el nombre con el cual le conociste en un principio.

Pero vamos, que si con humanos se puede, ¿Por qué no en mi pequeño blog? Donde yo tomo todas las decisiones dictatorialmente, donde no hacen falta tramites engorrosos ni la intervención de terceros para lograr el cambio. 

Ya lo sé, lo sé, ¿Quién me manda a ser una madre desconsiderada que no escogió el nombre adecuado en un principio? ¿Quién me manda a ser tan sentimental y no poder simplemente cambiarlo, sin mas ni menos? Es más, ¿Quién me manda a estar arraigada a este espacio en vez de empezar uno nuevo desde cero, con el nombre que me guste? ¡Nadie! ¡Nadie lo hace! Es todo culpa mía y debería acarrear las consecuencias. Debería tomar una decisión y atenerme a ella de una vez por todas.

Lo que pasa es que no sé si de verdad estoy siendo muy ‘ridícula’ al no querer cambiar el nombre por guardar el honor de este espacio o si de verdad todo esto tiene algún sentido para el resto de las personas normales. 

Confieso no lo he hablado con nadie. Tampoco creo sea un tema pueda llegar a un amigo yque “Hey, estoy pensando hacer esto con mi blog, ¿Qué te parece?” Porque, para empezar, de mis amigos casi ninguno se toma si quiera la molestia de pasar de vez en cuando.

Diojmido, ¿Se dan cuenta cuantas veces he mencionado eso? Es horrible, si, lo sé. Pero es una especie de espinilla, un tema que me saca la piedra y me lo tengo atragantado. ¿Por qué me tiene que molestar que mis amigos no me lean? Si es que de todos modos, Victoria, sientes que no les interesaría. ¿Por qué te molesta?

Mentira, si sé porqué me molesta, y es porque este espacio es algo que me importa a mi, es parte de mi vida. Y yo siempre me doy la tarea (por mero gusto: me parece lo normal y me hace feliz) de involucrarme en las cosas que les importan a mis amigos. Y el que ellos no se involucren en lo que me importa a mi, ¡pues me hincha mis inexistentes pelotas! Ya está, es por eso. 

Es porque luego, cuando me preguntan algo, y les digo que “Está en el blog, yo lo puse… como lo dije ahí, decidí que no tenía que contarte”, me dicen “Ay, pero es que yo no leo eso ¿De verdad esperas que lo haga?”. A ver, no, que no espero que lo leas, tampoco espero que te guste la forma en la que escribo ni que te gusten mis cuentos cuando saco alguno. Pero esta soy yo, entonces, si no te gusta esto, la mitad de mi persona te ha de desagradar en demasía, ¿es que no lo ven?.

Ok, sí, que soy una melodramática y una completa exagerada, eso jamás lo he negado. Y no, quizá por el que no te guste este espacio no quiere decir que te desagrade una parte de mí. Vale, si no me quieres leer jamás, no lo hagas, seguiré asumiendo no lo harás y hablaremos de otros temas. Pero es que hay otro modelo de amigos, uno que verdaderamente si me molesta, y son aquellos que si se meten y leen un post cada cinco o seis meses, y entonces me dicen “¡Me encanto! No sé por qué no entro más seguido” A ver, que si no entras, es porque no quieres, y nadie te obliga, si te juzgo, pero no te obligo. Pero si me dices que te encanta, entonces algo esta fallando en tu comentario ¿es que acaso me estas mintiendo solo por no ser rudo conmigo? ¡No hay nada que me moleste más que la condescendencia, y todo el que me conozca, ha de saber eso!

En fin, como cosa rara me he ido por las ramas de las ramas, joder. El hecho es que no se si cambiarle el nombre al blog o no. No tengo idea. Y no lo he hablado con nadie porque… porque no. Tampoco tengo ningún apuro (llevo pensando cambiarlo desde el año pasado.. hace casi un año, a decir verdad), así que esperar un poco más mientras formalizo mi decisión no le hará daño a nadie.

Prometo avisar con antelación la decisión que tome. Prometo no llegar un día y cambiarlo todo sin más ni menos así porque sí. Y si has llegado hasta este punto después de todo el sinsentido pues, mil gracias por la atención, ¡Eres grande! (Lo digo en serio)


Victoria B.

miércoles, julio 18, 2012

Nota #1 - Detallando.


Tomó mi mano y la veía con tal detenimiento que yo no salía de mi asombro

Ahí estaba, con mi mano en la suya, justo frente a sus ojos. Acariciando todos los detalles de ella, recordando cada vena, cada huesito pronunciado, cada línea de mi palma, la forma de cada uno mis dedos.

La veía con tal detenimiento que yo le observaba a él con el mismo, incrédula. Mientras el estaba ensimismado en su análisis, yo estaba fascinada y confusa. No entendía el porqué de su comportamiento, y mucho menos ¿Por qué si es la primera vez que la tienes entre tus manos, has de verla ahora… si la podrás detallar en cualquier momento en el futuro? Parecía como si hubiera ansiado poder detallarla y analizarla durante tanto tiempo, que al instante en que pudo, no perdió un solo segundo en la labor.

Entonces me hacía comentarios de lo que iba descubriendo: "Que delgada tienes la muñeca", "Que poco rayada tienes la palma... en cambio la mía... mira". Creo en algún momento hizo alusión a lo delgado de mis dedos también, pero ya yo estaba en otra cosa, supongo. 

Era como si pensara grabarlo todo en su mente y recordarlo por siempre, quizá pensando que jamás tendría la oportunidad de nuevo. Quizá, en ese momento, ya sabía que se iba a marchar por siempre y quería mantener la imagen viva de mi mano, que fue también suya por una vez.

Pero como siempre, se quedará todo en suposiciones.

Yo, por mi parte, no detallé nada. no grabé en mi mente ninguna característica nueva que no hubiese notado en el pasado. No me afané a detallar su mano, ni la forma peculiar en que se sienta, ni lo largas que son sus pestañas, ni la curva de sus labios cuando da una media sonrisa... Solo le veía como siempre, esta vez un tanto atolondrada, tratando de entender esta nueva actitud de análisis jamás me había mostrado.

Y mientras él coleccionaba recuerdos, yo solo perdía el tiempo. Jamás pensé sería mi última oportunidad para estar detallando nada. 


Victoria B. 

martes, julio 17, 2012

Comunicado.

Estoy pensando implementar un plan en el blog, siento que lo actualizo muy poco y me da dolor tenerlo tan abandonado. Pero es que normalmente, para actualizar, siento debe ser una entrada digna, un post largo y, normalmente, con al menos una hora de edición encima. 

Yo a diario escribo algo, siempre escribo alguna tontería, muchas veces son adelantos a mis cuentos que jamás publico, y muchas otras solo desahogos de algo sucedido en el día o lo que esté pensando al momento. 

Entonces tengo dos nuevas ideas: 
*La primera es que procuraré, al menos una vez a la semana, subir esas pequeñas notas que hago para 'desalojar' mi mente un poco. 

*Y la segunda es relativa a la lectura, y es que como mientas voy leyendo suelo ir marcando las páginas donde encuentro frases geniales, cada tanto subiré entradas con quotes de libros que me esté leyendo o que me haya leído (incluso los que leí hace mucho), ya que llevo anotando y marcando quotes desde hace un par de años. 
Adelanto que seguro verán muchas veces que soy repetitiva con los libros, y es que hay veces que en algunos me parece que todo es digno de anotar, y en otros, me verán leyendo todo sin considerar ninguna frase lo suficientemente genial como para tener que volver a ella en el futuro. 

Espero desempolvar un poco el blog de esta manera. 
Quiero dejar claro que no lo hago con la intención de llenarlo de basura, seguiré subiendo sólo el contenido que me guste. Creo que sobretodo, lo hago para motivarme, para ver que si puedo actualizar con mayor frecuencia y ver si empiezo a dedicarle más tiempo a este pequeño (pero apreciado) espacio. 
Además, aunque sean poquitos los que me leen, creo merecen el mismo respeto que el si fueran miles de lectores. Y pues un lector respetado, merece nuevo contenido con mayor frecuencia... que es que últimamente esto ha sido como de entradas bimensuales, y ¡no puede ser!

Vamos a ver si esta promesa sí la cumplo, no es la primera vez que hago planes para el blog y prometo y prometo cosas y no me dura la iniciativa ni un mes. ¡Parezco un político! 
Pues ya, eso era todo. Nos leemos pronto, querubines. 


Victoria B.

lunes, julio 16, 2012

"The end has no end."

Es porque no puedo recordar tus caricias, ni el tacto de tus manos, ni la sensación de mis dedos entrelazados a los tuyos.

Solo puedo recordar mi corazón galopando y mis sentimientos encontrados en ese momento. El como no podía olvidar el daño que me habías hecho recientemente y quería que te me quitases de encima; también recuerdo como sentía las ganas de tenerte más cerca aún y el deseo de que ese momento no terminara jamás.

Recuerdo todo lo que pensaba, todos y cada uno de los pensamientos que me vinieron a la mente. El temor y la alegría. Las ganas de huir de ti y las de aferrar mis dedos para no dejarte ir jamás. Lo que no recuerdo es cual de los dos era más fuerte, ya no recuerdo cual deseaba con mayor intensidad.

Lo único que sé en este momento, es el presente. Conozco la situación ahora. Sé lo que sentí en el carro de regreso a mi casa… y el día siguiente: Ganas de huir; terror de que eso pudiera ser ‘algo’, mi maldito temor al compromiso; planes, planes para zafarme de todo; alegría, porque por fin había conseguido lo que quería; dudas de si de verdad era lo que quería o me había estado engañando; como en mi mente yo saltaba en una pata imaginando que quizá, por fin, me acoplaría a alguien, que quizá dejaría de huir, que quizá era el momento de vencer el miedo y lanzarme al vacío; incertidumbre, de no saber si todo había significado algo para ti.

Y pensar que se me ocurrió la fumada idea de lanzarme al vacío contigo.

Recuerdo la terrible sensación de todos los sentimientos encontrados. Gritándome que por favor tomara una decisión… decidí dejar ese plan para ‘más tarde’, sabía que tendría que pensar en todo eso en algún momento, pero no era ese, entonces en mi mente solo repetía “Raindows and cupcakes” y sonreí al público. No estaba lista para tomar una decisión… sabía cual sería, entonces quería disfrutar de la ilusión lo más posible.

Pero nunca tuve que pensarlo. Nunca tuve que tomar una decisión. Tú la tomaste por mí. Te desapareciste de mi vida de la misma manera que se retira uno después de romper un adorno en casa ajena. Te alejaste, desapareciste sin dejar rastro ni dar razones. Supongo que a lo mejor nunca te importó, o tal vez sentiste la misma presión… también es una posibilidad el que, como ya no habían razones para usarme, tampoco para seguir a mi lado.

Juro llegué a sentir eso, que me usabas... que me usaste.  Y mientras te fui útil, decidiste serlo para mi también. Quizá era tu forma de “pagarme”.

El hecho es que marcaste retirada, sin darme opción a replica, sin tener yo ni voz ni voto. Solo fui una vez más una pieza en tus juegos. Y he caído. He caído en todos y cada uno de esos jueguitos. Creyendo a veces que tenía el control.

Ilusa yo, creyendo tener el control de algo. Ilusa yo, que creía poder decidir qué era lo que hacíamos y qué no.

Wait, eso sí lo hice, ¡Claro que lo hice! Aquí se tomaban los pasos que yo quería se tomasen y en el momento en que yo quería que se tomasen. ¿Fue eso? ¿Fue eso lo que te molestó? ¿Es que acaso eres capaz de ser tan machista? Como yo tomé las riendas entonces te arrechaste, agarraste tu dignidad, tus bolas, tus celos y tu sonrisa y te fuiste con tus rollos a otra parte… ¿? No, no puede ser. Es imposible que sea eso. O quizá no. Pero supongo nunca lo sabré. A menos de que tengas la desfachatez de volver… de llamarme de nuevo, como lo hiciste hace poco.

¿Con qué cara, ah? ¿Con qué cara me llamas? ¡Descarado! ¿Qué me vas a decir? ¿Cómo pretendes disculparte? De seguro ni si quiera pretendes hacerlo, eso no va contigo. seguro pretendes volver, como si nada hubiera pasado. ¿Es que acaso crees que, de nuevo, no te diré nada? Pues no, no es así, esta vez si te voy a decir lo que pienso, esta vez mereces saber que eres una basura, esta vez voy a escupir todo lo que no te he dicho en el último medio año o más, si. Lo bueno y lo malo. Te hablaré de todas las sonrisas que sacaste sin si quiera planearlo, y luego te hablaré de todo el daño que me has hecho, de como me he sentido humillada, de como he terminado cual bebé y odiándome a mi misma por ello... cosa que no pasaba hace unos tres o cuatro años. 

Y acto seguido, después de decírtelo todo como no lo he hecho jamás, te daré la espalda y no volveré mas nunca a la seguridad de tus brazos. 


Y ahora, la canción que dio nombre de este post:





Victoria B.

sábado, junio 30, 2012

Thank You Letter.


This is a something I've written a while ago, and when I did, I decided to keep it until "the moment was right". I've known since the very first moment that I was never going to hand it properly (as almost every single letter I write), but I reckon that in this case, the link will be enough. Going backwards, I don't really know if the time 'has come', but it can certainly not be a bad one. 
So, here we go....


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Caracas, 15 de Mayo de 2012.

Esta mañana en uno de mis monólogos surgieron los nombres de “Mis amistades cercanas” empecé a preguntarme por qué no le había dicho esto o aquello a tal o a cual persona. Fue entonces cuando descubrí algo que me asustó. Y que me asustó mucho: Y fue encontrar el nombre de un amigo relativamente nuevo entre los nombres de la gente que debería saberlo todo y de la gente a la que acudo cuando necesito un consejo.

Probablemente te estés preguntando por qué entré en pánico, y la razón es simple. No es algo que hubiera pasado jamás. Nunca confío tan pronto en la gente, nunca les permito conocerme con tanta facilidad, les cuento mi vida, tomo sus opiniones en cuenta, les planteo mis aspiraciones de vida y metas a corto (y largo) plazo, me interesa sepan si estoy bien o no, si me pasó algo o no, como me va en la universidad, etcetcetc. No es algo que permita tan fácilmente.

Bueno, ya va, vamos a estar claros, no te voy a mentir. No es que no suela ser algo que suceda tan rápidamente. Es algo que rara vez pasa (y me refiero a confiar a plenitud). Tendré cuatro o cinco personas así en mi vida, lo sorprendente es que él sea una de ellas.

Desde el mismísimo primer momento en que hablé con él todo fluyó con demasiada naturalidad, -lo he comentado en algún otro post y creo que fue así de sencillo porque supongo es algo normal para él, ir por la vida conociendo gente y conversando sin más ni menos-. MENTIRA, fue la segunda vez. La primera ha sido la cuestión mas nula del mundo “Hola, si, que bien, chao” (Ok, no fue así, está bien. Pero no soy capaz de recordar nada, lo confieso, sólo sé que fue breve.)

Pero para la segunda vez, era como si lo conociera de toda la vida y estuviera conversando de cualquier vaina con un amigo de años ha. Eso fue la primera vez que hablamos, y sigue siendo así. O al menos así lo he sentido yo siempre, confieso jamás haber tocado el tema con él.

Otra cosa rara es que a pesar de ser alguien en quien confío de tal manera, nos hemos visto muy pocas veces. Quizás no las puedo contar con los dedos de una mano, pero con los de ambas, estoy segura de que si. Y aun así, el muy hijo de su grandísima madre, entra en ese grupo de “amigos cercanos”. He ahí otra razón por la que me freakeé de tal manera al darme cuenta estaba allí.

Pues sí, es de esas personas con las que me salto los formalismos y voy directo a decirle lo que me interesa sin mayor necesidad de estar reparando en prólogos protocolares innecesarios. De esas personas a las que le digo que estoy mal por eso o aquello y no sólo me da una solución, sino que me deja claro cuan tonto es que esté así por algo tan insólito. De esas personas con las que quiero hablar cuando algo bueno pasa en mi vida o cuando quiero consultar alguna decisión que esté por tomar.

Es un carajo raro… rarísimo. Con gustos demasiado variados, y aun así, aunque no lo crean, puede llegar a ser repetitivo, porque cuando se enfrasca en algo, allí quedó, hablando de lo mismo constantemente. Con un ego asquerosamente grande, tanto así que es hilarious (juro que es hilarante, yo disfruto demasiado con su ego). Tiene un corazón de ñoño que no se lo quita nadie. Ñoñito, ñoñísimo. Hablamos de un gigantón con ínfulas de osito cariñosito que quiere ir por la vida abrazando a la gente (uno de los temas en los que jamás estaremos de acuerdo -aun cuando en un par de ocasiones incluso me ha provocado abrazarle). Es un malcriado y peleón que siempre quiere tener la razón. Crítico que da gusto; va por la vida juzgándolo todo y si no le agrada, lo comentará sin reparos. Un tipo emprendedor, optimista y oportuno . Un carajo que sabe arriesgarse y que luego se levanta con la cabeza en alto si la caga... Pero sobre todo, es buena gente, de verdad que es muy buena persona, tanto que a veces yo me siento basura por su culpa. (Lo menciono pues es una de las cualidades mas importantes y que más olvidamos buscar en las personas que nos rodean)

Y ahora lo más importante: Es una persona a la que admiro. Lo admiro porque desde que le conozco ha evolucionado y se ha superado demasiado. Ha crecido como persona y va dando saltos gigantones en dirección a sus metas. Es decir, por cliché que suene, es de esas personas que te demuestra que querer es poder. Que uno tiene que luchar por las cosas que quiere en la vida. Que disfruta de los retos. Y aunque jamás lo diga, me enorgullece que esté luchando por todas aquellas cosas que quiere. Me gusta verle orgulloso de lo que hace, me transmite a mi la misma alegría aunque el triunfo no sea mio. 


Querido, nunca te lo he dicho, pero de alguna manera me has inspirado a ser de esas personas que van por lo que quiere. I could just imagine you telling me to go for it, to fight for what I want. And then I started not only dreaming, but trying to find  a way to accomplish what’ve dreamed about –haven’t done any of them quite yet, but I’m in the process to get to a few of them started (soon, I wish). Y yo, personalmente, creo que amistades así hay que mantenerlas cerca, de esas que no solo te alegran el día, te apoyan y te aportan conocimientos de cosas que tu no sabías (algunas que tampoco te interesan, pero bueno, nadie es perfecto y los conocimientos nunca sobran) sino que además te impulsan a ser mejor persona, o al menos a ser más la clase de persona que quieres ser. 
Gracias por todo. And I mean it. 


P.D.: Seguro me han faltado un montón de cosas por nombrar, me disculpo por adelantado.
P.D.2: “God knows why, I’ve always cared for you, like yes.. I’ve known you from before I actually did”. 
 If I/you/we thought that was gay-ish, I should just kill myself right now.


Victoria B.

miércoles, junio 27, 2012

Wicked Game.

Ayer escuché este cover de una canción que siempre me ha encantado, y lo amé. Así que tengo que compartirlo. Enjoy, kids. 





Wicked Game - Chris Isaak.


The world was on fire and no one could save me but you
It's strange what desire will make foolish people do
I'd never dreamed that I'd love somebody like you
I'd never dreamed that I'd lose somebody like you

No I don't want to fall in love.
No I don't want to fall in love.
With you

What a wicked game you played to make me feel this way
What a wicked thing to do to let me dream of you
What a wicked thing to say you never felt this way
What a wicked thing to do to make me dream of you

And I don't want to fall in love.
No I don't want to fall in love.
With you

The world was on fire and no one could save me but you
It's strange what desire will make foolish people do
I'd never dreamed that I'd love somebody like you
I'd never dreamed that I'd lose somebody.

No I don't want to fall in love.
No I don't want to fall in love.
No I don’t want to fall in love.
No I don’t want to fall in love.


sábado, junio 23, 2012

Lección #1: Exprésate.


Si no dices las cosas cuando las sientes, entonces luego te vas a arrepentir.

Si no dices las cosas cuando las sientes, pues luego vas a tener que hablar en pasado, y de esa manera todo pierde sentido. “Yo te quise”, “Durante mucho tiempo, te extrañé”, “Juro que creía odiarte”.

Cuando dejas el momento pasar, entonces la argumentación de tus sentimientos pierde validez. Más adelante quizá, aunque recuerdes como te sentías, puede no seas capaz de expresarlo con la misma precisión que podrías haberlo hecho al momento; puede que, incluso, ya no veas la menor razón de tu sentimiento; de la misma forma que quizá ya tampoco valga la pena decirlo.

También está la posibilidad de que no digas las cosas cuando las sientes y luego, al decirlas, ya sea demasiado tarde. Tal vez, de haberlo dicho a tiempo, la otra persona podría haberte respondido un “Yo también te quiero” o “Yo también te extraño” o “Vamos a arreglar esto antes de que sea demasiado tarde”. Pero si no lo decimos, ¿Por qué habría de hacerlo la otra persona? Alguien tiene que tomar la iniciativa, y a veces, nos toca hacerlo a nosotros, es todo una cuestión de que ambas partes colaboren.

De manera que, aquí vamos... Y es que yo casi nunca digo las cosas al momento en que las siento. Entonces luego ya es demasiado tarde; o a veces no, pero suele ser el caso. Consecuentemente, todo se rompe, todo se cae, todo pierde sentido, ya no vale la pena decir las cosas… o quizá si. Y entonces lo hago, expreso lo que sentí, y entonces confirmo que, de haberlo dicho al momento en que lo sentí, todo podría haber sido muy diferente. Pero no lo hice. No tuve el valor de enfrentarme a la realidad. No tuve el valor de pararme erguida y decir: Esto es lo que siento. Ya, lo sabes, ahora tú haces lo que quieras con ese conocimiento. 

Y es así como aprendo una lección. Anoto en mi lista de cosas que no debo olvidar:
“Si sientes algo, dilo. Puede que mañana sea demasiado tarde.”


Victoria B.

jueves, junio 21, 2012

Desde mi punto de vista.


Sientes que la culpa te invade el corazón y se te llenan los ojos de lágrimas. ¿Por qué siempre tienes que herir a quien si está ahí para ti? Te sientes culpable porque sabes lo que has hecho, pero eres egoísta. Sabes que jamás podrás devolverle todo lo que te ha dado, sabes que jamás podrás quererle como te quiere. Pero a ti te hace sentir segura, e incluso a veces te completa. Te gusta saber que cuentas con alguien.

Y lo estas haciendo, si. Algo que siempre has criticado de tus amigas. Sabes que está ahí, omnipresente. Jamás dirá nada, no. No se arriesgará y tú no vas a sacar el tema. Pero está; y está mucho más que tú. También lo sabes. Tampoco lo dirás.

A veces, también, quisieras huir, te preguntas cómo hacerlo, qué razón darías, cómo podrías terminar todo sin hacerle daño. Pero todo son incógnitas… todo menos la certeza de que si te vas, no hay manera de que hacerlo con elegancia, sin que nadie salga herido.

Y luego te tomas el tiempo de imaginar tu futuro cercano sin su presencia. Parece algo inconcebible. No es que sea parte crucial de tu vida. Pero ciertamente forma parte del ahora. Y está bien ahí, es una pieza que encaja a la perfección. No ves razones para deshacerte de esa pieza y dejar el espacio vacío. ¿Qué pinta ese hoyo en tu vida? Pues nada. ¿Qué pinta él? Sonrisas, sólo eso, si. Sonrisas. Más que suficiente, me parece.

Aunque reconozcas tu egoísmo, no puedes dejarlo de lado. El encontrar el problema no es lo mismo que erradicarlo. Y es que, viéndolo desde este lado del cuento, nada aquí es un problema. Hasta que te pones en los pies del otro. Y la situación se pinta mucho más gris, mucho menos sonriente, mucho más dramática.

No encuentras como agradecerle ni como disculparte. Pero siempre procuras hacerlo. Dar las gracias; gracias por estar ahí, por dar fuerzas en momentos de flaqueo, por regalar sonrisas sin pedir nada a cambio.. por seguir ahí. Pero también has de pedir disculpas. Y es tener que disculparte por ser egoísta, por no ser ni la mitad de buena persona que te cree, por abusar de su cariño… por no poder darle todo lo que se merece. 



Victoria B.

lunes, mayo 28, 2012

Thinking VIII


Paso todo el día pensando en escribirte. Escúchame bien, TODO el día. Pienso en llamarte, en tu voz, en qué me dirías si… en qué te diría si. Te conectas, te desconectas, te tengo al teléfono. Perenne. Quiero saber de tu vida, quiero saber lo que haces y lo que dejas de hacer, tus ilusiones y tus preocupaciones. Recuerdo como en algún momento las conocí, entonces ahora me pongo a imaginarlas en base a esas del ayer, para ver si quizás, es esto o aquello lo que puede estar rondando por tu mente. Pienso en escribirte nuevamente. Abro una nota en el teléfono y te escribo, escribo toda la conversación, sólo para mí, pero contigo, siempre contigo. A veces me siento menos sola, otras me siento tan patética que voy directo a comerme algo dulce para ser feliz, para llenar este vacío con comida. Ocurre algo en mi vida, quiero que lo sepas, no lo vas a saber. Quiero celebrarlo contigo, quiero que me consueles; no va a pasar. No me provoca contarle mis victorias ni mis derrotas a más nadie, hoy quiero contarte a ti y sólo a ti. Me pregunto si a ti te pasa lo mismo, conozco la respuesta, pero prefiero no pensarla y seguir creyendo, engañándome, con que existe la posibilidad de que así sea. Pienso en escribirte. Me hablan de ti, me preguntan por ti, escucho como te comentan mis amistades y como hablan de lo que les dijiste. Ellos no aprecian en lo más mínimo una conversación contigo, para ellos es como cualquier otra, ¿Por qué yo no puedo tenerla? Hablan como si las palabras que tu pronuncias fueran tan intrascendentes como las de cualquier otro mortal. Me parece un acto de egoísmo. Egoísmo de que todo el mundo pueda disfrutar de tu temática menos yo. Así es la vida, injusta. Quien más quiere algo, nunca lo tiene, se lo da a quien no lo va a apreciar. Pienso de nuevo en escribirte. Escribo tu nombre para verlo en la pantalla, me duele, lo borro, te odio. Te odio inconmesurablemete. Me duermo. Me despierto al día siguiente y la historia se repite, pero con otro nombre. Con otro hombre.  

Victoria B.

viernes, mayo 25, 2012

Me has enseñado.


Tú me has enseñado muchísimas cosas con tu aparición en mi vida.

Me has enseñado que los estándares están para ser cambiados, que todo el mundo tiene algo que ofrecer y que enseñarte. Que debo aprender a ser valorada, que merezco ser valorada por quién soy y cómo soy, que no debo intentar amoldarme a los demás para que me acepten en sus vidas.

Me has enseñado que hay que apreciar lo que se tiene y aprovechar las oportunidades cuando están; porque el día de mañana, cuando menos te lo esperes, se desvanecerán, ya no estarán a tu alcance y no quedaran sino arrepentimientos.

Que los vacíos quedan cuando se apreció lo que se tuvo y que por más grandes que creamos que son, siempre van desapareciendo. Que ningún abismo dura eternamente en nuestros corazones, pues el tiempo, los va llenando con múltiples y dichosas razones para sonreír.

Tu presencia me ha dejado que las diferencias no necesariamente son motivo de discordia, que se pueden subsanar cuando ambas partes están de acuerdo en aceptar y en trabajar por lo que se quiere y así resaltar los otros muchos puntos en común.

Me has enseñado que puedo ser feliz. Que puedo ser feliz sin encontrar peros que me limiten, sin buscar ataduras en otros puertos ni anclarme a otras orillas. Que la felicidad depende sólo de mí y podrá estar a donde quiera que yo vaya mientras así lo desee.

Pero sobretodo, me has enseñado que por más rudas que sean las despedidas, por más difícil que pueda ser dejar ir, nunca debemos privarnos de las experiencias, que no debemos tener miedo y solo pensar en el fin. Porque vale la pena, vale la pena por los momentos vividos, que dejarán hermosos recuerdos dignos almacenar en nuestras memorias, y porque sin todas las diferentes experiencias, cosas como estas, no las aprenderíamos jamás (o quizás si, pero mucho mas tarde).


Victoria B.

martes, mayo 01, 2012

Jamás me pidas.


Jamás me pidas que exprese mis sentimientos, porque nunca aprendí a hacerlo.
Jamás me pidas que te abrace, porque es algo que haré sólo cuando me provoque.
Jamás me pidas que me calle al contar algo me importa, porque entonces no podré volver a hablar sin sentirme reprimida.
Jamás me pidas que sea tuya, porque yo no sé como ser de nadie.
Jamás me pidas que te crea, porque la confianza en ti la perdí el día que te conocí.
Jamás me pidas que vuelva, porque nunca estuve.
Jamás me pidas un Te Quiero, porque son palabras cuesta salgan de mi boca.
Jamás me pidas  que te perdone, porque los dos sabemos que te vale madres si lo hago.
Pero sobretodo, jamás me pidas que te olvide, porque siempre serás un escalón en mi evolución como persona.

Solo te pido que no pidas de mí algo que jamás podré darte. Que no me exijas sea algo que no soy. Que no me apures y que me esperes. -Que SI me esperes y no te canses como ya han hecho en el pasado.- 


Victoria B.

sábado, abril 28, 2012

Memorias de un escritor.


I
Hay pocas cosas tan tristes como escribir de las desdichas como escritor. Pero es lo que nos queda a algunos de nosotros. Algunos logramos recrear mundos en los cuales nos dibujamos, somos escritores de calidad, aclamados por ese selecto grupillo de personas cultas a las que siempre habíamos querido llegar; no al público al que solemos atraer: muchachitas púberes que se mojan con la primera imagen de un besito que les describes.

No, jamás podré decir que soy escritor de relatos repletos de pasión y deseo. Pero siempre me ha gustado la escritura con algunas situaciones autobiográficas. Y aunque mi vida no esté llena de mujeres y sexo, si he tenido -como cualquiera de nosotros- mis amores y mis aventuras de una noche.

Recuerdo la última vez que repartí un cuento mío. Fue publicado en el peor lugar, una revista de amas de casa… y he llegado a la conclusión de que o esas amas de casa no han gozado de verdad una puta noche en su vida, o era viejas noventonas amargadas por el celibato.

La cantidad de cartas con quejas y comentarios indignados que recibí durante todo el siguiente mes fue algo abrumador. Llegó un momento en que dejé de abrir mi correo y le pedí al cartero no me entregara ningún sobre que no contuviera deudas o estados de cuenta.

Poco después, entre whiskies, un compañero de oficio me hizo notar una cosa: Si mi escrito no había sido publicado en ningún otro lugar que en una revista para mujeres frustradas, es que no valía nada. No sé si lo ha dicho por la rivalidad existente entre escritores o fue un acto de amiguismo promovido por el alcohol, pero me ha recomendado revisar mi técnica.

II
Yo recuerdo aquella época de oro, en la que tenía toda una página al mes para mí solo y mis personajes de fantasía. Recuerdo que para ese entonces llevaba además una columna semanal en el diario estadal, también lo bien que me sentía con cada entrega de esos relatos que se iban complementando semana tras semana… “La miseria de los sabios” se llamaba. En ella llevé a cabo lo que supuse debía ser la triste vida de aquellos con un cerebro más ágil que el del común. De todas aquellas personas que debían convivir con seres inferiores a ellos.

Por aquellos días soñaba que yo era uno de ellos. Contaba mis historias con ínfulas de sabio, e introducía vivencias propias en mis relatos. Por aquellos días cada entrega resultaba con un éxito rotundo y poco a poco fui creándome lo que yo creía que era, un puesto; lo que yo creía era un círculo de lectores asiduos.

Pero el mundo de la narrativa es sucio. Al par de años, la revista mensual cayó en la quiebra y no tomó mucho tiempo en que el periódico pensara que tener a un escritor de una revista quebrada, podía ser tanto como de mal agüero y darle mala reputación al vespertino. Lo mismo pensaban todas las revistas a las que acudí.

Nunca quise decirlo a viva voz, solo por no quedar de engreído (como si alguna vez me hubiese importado. Creo que fue más un acto de cobardía), pero si esa pacotilla de diario iba a ganarse mala reputación, por mis columnas no sería. Me pareció entonces de poca educación y caballerosidad recalcar la subjetividad a la hora de narrar las noticias y el mal caché que se traían con los horóscopos escritos por Madame Sasú.

Fue entonces cuando tuve que empezar a hacer publicaciones varias por aquí y por allá. Revistas y periódicos compraban mis cuentos para llenar aquellos espacios de última hora. Trabajaba a por palabras. 20€ cada dos mil palabras. Y fue entonces cuando me convertí en el escritor de a sueldo que soy hoy.

Escribir día y noche se fue convirtiendo más en una obligación que en una pasión. Ya no ponía el corazón en mis historias. Jamás tenía tiempo de tomarle cariño a mis personajes y mis dedos escupían palabras como si limpiar pocetas se tratase: con asco y por obligación. Solamente lo hacía para pagar el alquiler cada mes y poner comida en mi plato.

Llegó incluso un momento en el que pensé retirarme, soltar la pluma y dedicarme a vender estampillas durante el resto de mi vida. Supuse de me daría más o menos la misma satisfacción que lo que en esos días de infierno me daba escribir.

III
Fue así, hasta que una noche me topé con los ojos color miel más hermosos que había visto. Portaban una mirada inocente y una sonrisa picarona. Era la nueva mesera del bar de la esquina. No era asiduo a los bares, hasta esa noche de otoño. De ahí en adelante empecé a ir cada vez más seguido, interdiario de ser posible.

Una noche escribía y otra le veía. Empecé a escribir de ella, y no tardé mucho en escribir para ella. Ella nunca supo quién era yo, aunque supongo siempre sintió mi mirada clavada en su figura  desde la esquina más alejada de la barra. Siempre con mi block de notas y el bolígrafo en mano, anotando montones de ideas, ideas que parecían brotar de aquellos ojos color miel. Durante meses pensé en ella, la pensaba y la había bautizado con un nombre de mi propia creación. Para mí ella tenía rasgos de Joan, entonces Joan era su nombre. Tanto en mi mente como en mis relatos.

Mis historias eran cada vez más tontas. Supongo es lo que nos hace estar obsesionados, nos volvemos repetitivos y soñadores. El cinismo se esfuma de nuestras mentes sin pedir permiso al portador. Seguía escribiendo a por palabras, seguía siendo escritor de relleno. Pero ya no me importaba, creaba mundos que me gustaban, mundos míos, mundos de ella. Mundos para los dos. Me había sumergido en mi ficción. En un universo paralelo donde ella no era mesera y yo no era un pobre escritor sin renombre. Era un mundo en dónde el qué hacíamos y porqué lo hacíamos era irrelevante, lo importante era que siempre íbamos de la mano.

Recuerdo aquel par de años, aún puedo leer mis anotaciones regadas por entre los cuadernos y recuerdo como me sentía levitando entre las nubes de solo imaginar que ella era mía en algún mundo. Aunque no fuera el nuestro. Imaginar mis manos acariciando su cuerpo y sus ojos color miel clavados en los míos azabache. Imaginar su voz susurrándome al oído todas esas palabras de amor que había leído en los poemas de Benedetti.

Me acostumbré a dejar sobre la barra alguna de esas revistas con mis artículos que hablaban de ella. Sólo para que los leyese. La veía a lo lejos y siempre los leía después de su turno, con una sonrisa nostálgica en la cara. Fue cuando empecé a hacer esto que lo entendí todo. Ella estaba rota. Estaba rota de amor. Su corazón había sido destrozado, hecho trizas sin el menor pudor. Es por eso que mis historias melosas entre dos amantes le gustaban, porque ella también se sentía levitando en un mundo paralelo, imaginando que la chica de mis relatos era ella. Lo que no sabía, es que sí lo era.

IV
Una noche de primavera, a los dos años y siete meses de haberla visto por primera vez, fui al bar y ella no estaba. Lo dejé pasar y pensé quizás era como aquél invierno, cuando tampoco apareció y después me entere se había ido de vacaciones a visitar a su familia. No apareció tampoco durante las próximas dos semanas. Yo dejé de ir al bar tan asiduamente. También deje de escribir, ya mi musa no estaba y había olvidado que el mundo existía algo más; y es que yo ya no pertenecía a este mundo, pertenecía al que yo había creado. Al nuestro.

En cuestión de un mes volví, ella aún no estaba allí. Le pregunté al encargado por Joan. Él no supo de quién le hablaba. Tuve que describir a la mujer con esencia de ángel que solía atender en esa barra, entonces el encargado supo de quién le hablaba. “¡Agatha!” exclamó… así se llamaba, ese era su verdadero nombre. Me explicó entonces que había desaparecido abruptamente, que no sabía más nada de ella y no la había vuelto a ver. No había vuelto si quiera a cobrar sus utilidades. Tampoco había escrito. Es como si se hubiera desvanecido. Se había marchado con la misma facilidad con la que había llegado: De un día a otro y sin previo aviso.

Esa noche al llegar a casa, me encontré frente al portal dos cerros de revistas. Todas las revistas que yo había dejado en el bar para que Joan…Agatha leyera. Había encima una nota escrita con una hermosa letra molde Es una historia que nunca empezó, por tanto nunca terminará. Viviremos por siempre de la mano, al menos mientras de mí escribas.”

De eso hace ya cinco años. Pasé otros seis meses escribiendo de ella, pero nunca volvió a ser lo mismo, nunca pude volver a sentirme parte de la historia. La necesitaba a ella, necesitaba verla para así sentirme sumergido en esa droga de placer visual. Dejé de escribirle cuando dejaron de llegar revistas con mis escritos a mi portal. Entendí que había perdido mi esencia, entendí que ella tampoco se sentía ya parte de esto. Entendí que había cortado por dejar de leerme.

La magia se había perdido, la magia se perdió cuando sus ojos color miel dejaron de iluminar mi sendero. Y yo me había convertido en un fracaso de escritor, eso lo sabía. Las narraciones que había sido capaz de regalar al mundo en el pasado, eran eso: pasado. Historia. Y parecían ser las historias de otra persona y no las propias. Jamás volví a retomar mi técnica. tampoco volvieron a querer publicarme en ningún periódico ni revista. Ya nadie quería leer los intentos fallidos de un hombre que había fracasado en lo único que había sabido hacer en la vida: Escribir. 

Desde entonces, hasta el día de hoy; no había escrito nada. No había sido capaz. Me he ganado la vida trabajando de cajero en el abasto de mi barrio. Me dan descuentos en comida y alojamiento económico en uno de los pisos superiores del edificio.

Se preguntarán qué me ha hecho escribir esta historia hoy. Y es que estoy casi seguro, de que esta mañana he visto mis ojos color miel sentados en el banquito frente al abasto. Viéndome fijamente. Escribiendo en un block. Podría jurar que era ella, pero cuando por fin pude salir a confirmarlo ya había desaparecido.

Quizás ahora nuestras vidas se han invertido. Quizás ahora es ella quién escribe de nosotros y quién me observa a lo lejos para sentirse parte de un mundo que suple la inercia del real.

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Victoria B.