domingo, julio 22, 2012

Autobiografía.


"Si algún día escribiese mi autobiografía, te dedicaría un capítulo completo."

Es una frase que leí hace poco en un libro, no recuerdo si decía así exactamente, pero era lo que estaba en el espíritu del comentario. En ese momento varios nombres vinieron a mi mente de un solo golpe, muchísimos nombres a los que les tendría que dedicar un capítulo completo... y que en muchos casos se que tendría que nombrar en varios capítulos por ser tan importantes; pero únicamente uno de ellos permaneció dándome vueltas a la cabeza.

Un solo nombre. Un nombre que está presente en mi vida en este momento. Un nombre que no quiero que se esfume en mucho tiempo. Y es entonces cuando te llega esa sensación de incertidumbre. De saber que algo se te esfuma de las manos en cualquier momento. Es saber que ese nombre es como la arena, que te cuesta mantenerlo entre tus dedos, porque su naturaleza es ser libre, su naturaleza es correr sin ataduras y volar con cualquier soplo del viento.

Así le describo. Libre como la arena. Que para mantenerle atado a un solo lugar, hay que meterle en un frasco con tapa y no dejarle salir jamás. Pero eso… eso es algo que yo no se hacer, es algo que no quiero hacer. Porque para empezar, lo que me encantó desde un principio de su persona, fue ese espíritu emprendedor que emanaba de cada poro de su piel, con cada sonrisa fortuita.

Hay personas que aparecen un día en tu vida, para cambiarla y largarse. Ellos van y vienen cambiándolo todo a su paso, mientras tú, estático, les ves llegar y partir sin más ni menos.

Recuerdo siempre me pareció que era lo más cercano a un Dean Moriarty que jamás podría conocer. Era exactamente eso. Vive su vida a plenitud. Vive su vida con los sentimientos explotando al máximo en cada momento y esfumándose con la misma rapidez que aparecieron. También siempre me he preguntado como será ser una persona así. Digo, que sé a la perfección cómo es ser la estática, pero me pregunto cómo se siente ser el tornado que entra a la vida de las personas y desaparece rápidamente, cambiando todo a su paso. Sintiendo todo super fuerte, con sentimientos apasionados y abrasadores; y luego dejan las emociones desvanecer sin ningún remordimiento, sin que se altere en lo más mínimo su semblante, y se marchan actuando como si nada hubiera sucedido jamás.

Sometimes I wonder… if you were to be my Dean, would I be your Sal? I mean, am I the one you’re always going to come back to? Just when you need to feel safe, knowing that no one else will ever receive you with the same big smile as I will and caring as if nothing has ever happened?

Aunque creo que para ello tendría que verte ir y venir demasiadas veces. Y no sé si aguante, creo sería way too painful.



Victoria B.

viernes, julio 20, 2012

Pensamientos del blog (+Análisis de amistades)


Muchas, muchísimas veces he pensado en cambiarle completamente la imagen al blog. He pensado en cambiar tonos, diseños e incluso el nombre. Si, su nombre. De hecho, es el nombre lo que más tengo ganas de cambiar, y de ahí partir con todos los nuevos cambios. Pero no podía salir con eso como primera idea, porque iba a ser todo muy fuerte.

Pero siento que es una especie de… ¡una especie de asesinato!

Ya lo sé, no es ni remotamente parecido. Es más como si le hubiera puesto a mi hijo un nombre que lo denigra y él fuera al registro a cambiárselo alegando que le hace quedar en ridículo frente a todos sus amiguitos en el colegio.

Aun así, el cambio de nombre es un procedimiento legal jodidamente largo y engorroso (supongo que más en este sistema donde hasta el trámite más básico resulta agobiante). Además de ello, tienes que tener una buena razón para cambiarlo… y aun en ese caso, al cambiarlo, todo resulta bastante confuso (o eso digo yo), tanto para la persona como para sus familiares, amigos y conocidos. Es decir, si todo el mundo me conocía como Victoria, yo no puedo llegar mañana y decir que me cambié el nombre a Verónica o Emilia. No, no puedes simplemente erradicar el pensamiento de que algo o alguien será siempre para ti identificado por el nombre con el cual le conociste en un principio.

Pero vamos, que si con humanos se puede, ¿Por qué no en mi pequeño blog? Donde yo tomo todas las decisiones dictatorialmente, donde no hacen falta tramites engorrosos ni la intervención de terceros para lograr el cambio. 

Ya lo sé, lo sé, ¿Quién me manda a ser una madre desconsiderada que no escogió el nombre adecuado en un principio? ¿Quién me manda a ser tan sentimental y no poder simplemente cambiarlo, sin mas ni menos? Es más, ¿Quién me manda a estar arraigada a este espacio en vez de empezar uno nuevo desde cero, con el nombre que me guste? ¡Nadie! ¡Nadie lo hace! Es todo culpa mía y debería acarrear las consecuencias. Debería tomar una decisión y atenerme a ella de una vez por todas.

Lo que pasa es que no sé si de verdad estoy siendo muy ‘ridícula’ al no querer cambiar el nombre por guardar el honor de este espacio o si de verdad todo esto tiene algún sentido para el resto de las personas normales. 

Confieso no lo he hablado con nadie. Tampoco creo sea un tema pueda llegar a un amigo yque “Hey, estoy pensando hacer esto con mi blog, ¿Qué te parece?” Porque, para empezar, de mis amigos casi ninguno se toma si quiera la molestia de pasar de vez en cuando.

Diojmido, ¿Se dan cuenta cuantas veces he mencionado eso? Es horrible, si, lo sé. Pero es una especie de espinilla, un tema que me saca la piedra y me lo tengo atragantado. ¿Por qué me tiene que molestar que mis amigos no me lean? Si es que de todos modos, Victoria, sientes que no les interesaría. ¿Por qué te molesta?

Mentira, si sé porqué me molesta, y es porque este espacio es algo que me importa a mi, es parte de mi vida. Y yo siempre me doy la tarea (por mero gusto: me parece lo normal y me hace feliz) de involucrarme en las cosas que les importan a mis amigos. Y el que ellos no se involucren en lo que me importa a mi, ¡pues me hincha mis inexistentes pelotas! Ya está, es por eso. 

Es porque luego, cuando me preguntan algo, y les digo que “Está en el blog, yo lo puse… como lo dije ahí, decidí que no tenía que contarte”, me dicen “Ay, pero es que yo no leo eso ¿De verdad esperas que lo haga?”. A ver, no, que no espero que lo leas, tampoco espero que te guste la forma en la que escribo ni que te gusten mis cuentos cuando saco alguno. Pero esta soy yo, entonces, si no te gusta esto, la mitad de mi persona te ha de desagradar en demasía, ¿es que no lo ven?.

Ok, sí, que soy una melodramática y una completa exagerada, eso jamás lo he negado. Y no, quizá por el que no te guste este espacio no quiere decir que te desagrade una parte de mí. Vale, si no me quieres leer jamás, no lo hagas, seguiré asumiendo no lo harás y hablaremos de otros temas. Pero es que hay otro modelo de amigos, uno que verdaderamente si me molesta, y son aquellos que si se meten y leen un post cada cinco o seis meses, y entonces me dicen “¡Me encanto! No sé por qué no entro más seguido” A ver, que si no entras, es porque no quieres, y nadie te obliga, si te juzgo, pero no te obligo. Pero si me dices que te encanta, entonces algo esta fallando en tu comentario ¿es que acaso me estas mintiendo solo por no ser rudo conmigo? ¡No hay nada que me moleste más que la condescendencia, y todo el que me conozca, ha de saber eso!

En fin, como cosa rara me he ido por las ramas de las ramas, joder. El hecho es que no se si cambiarle el nombre al blog o no. No tengo idea. Y no lo he hablado con nadie porque… porque no. Tampoco tengo ningún apuro (llevo pensando cambiarlo desde el año pasado.. hace casi un año, a decir verdad), así que esperar un poco más mientras formalizo mi decisión no le hará daño a nadie.

Prometo avisar con antelación la decisión que tome. Prometo no llegar un día y cambiarlo todo sin más ni menos así porque sí. Y si has llegado hasta este punto después de todo el sinsentido pues, mil gracias por la atención, ¡Eres grande! (Lo digo en serio)


Victoria B.

miércoles, julio 18, 2012

Nota #1 - Detallando.


Tomó mi mano y la veía con tal detenimiento que yo no salía de mi asombro

Ahí estaba, con mi mano en la suya, justo frente a sus ojos. Acariciando todos los detalles de ella, recordando cada vena, cada huesito pronunciado, cada línea de mi palma, la forma de cada uno mis dedos.

La veía con tal detenimiento que yo le observaba a él con el mismo, incrédula. Mientras el estaba ensimismado en su análisis, yo estaba fascinada y confusa. No entendía el porqué de su comportamiento, y mucho menos ¿Por qué si es la primera vez que la tienes entre tus manos, has de verla ahora… si la podrás detallar en cualquier momento en el futuro? Parecía como si hubiera ansiado poder detallarla y analizarla durante tanto tiempo, que al instante en que pudo, no perdió un solo segundo en la labor.

Entonces me hacía comentarios de lo que iba descubriendo: "Que delgada tienes la muñeca", "Que poco rayada tienes la palma... en cambio la mía... mira". Creo en algún momento hizo alusión a lo delgado de mis dedos también, pero ya yo estaba en otra cosa, supongo. 

Era como si pensara grabarlo todo en su mente y recordarlo por siempre, quizá pensando que jamás tendría la oportunidad de nuevo. Quizá, en ese momento, ya sabía que se iba a marchar por siempre y quería mantener la imagen viva de mi mano, que fue también suya por una vez.

Pero como siempre, se quedará todo en suposiciones.

Yo, por mi parte, no detallé nada. no grabé en mi mente ninguna característica nueva que no hubiese notado en el pasado. No me afané a detallar su mano, ni la forma peculiar en que se sienta, ni lo largas que son sus pestañas, ni la curva de sus labios cuando da una media sonrisa... Solo le veía como siempre, esta vez un tanto atolondrada, tratando de entender esta nueva actitud de análisis jamás me había mostrado.

Y mientras él coleccionaba recuerdos, yo solo perdía el tiempo. Jamás pensé sería mi última oportunidad para estar detallando nada. 


Victoria B. 

martes, julio 17, 2012

Comunicado.

Estoy pensando implementar un plan en el blog, siento que lo actualizo muy poco y me da dolor tenerlo tan abandonado. Pero es que normalmente, para actualizar, siento debe ser una entrada digna, un post largo y, normalmente, con al menos una hora de edición encima. 

Yo a diario escribo algo, siempre escribo alguna tontería, muchas veces son adelantos a mis cuentos que jamás publico, y muchas otras solo desahogos de algo sucedido en el día o lo que esté pensando al momento. 

Entonces tengo dos nuevas ideas: 
*La primera es que procuraré, al menos una vez a la semana, subir esas pequeñas notas que hago para 'desalojar' mi mente un poco. 

*Y la segunda es relativa a la lectura, y es que como mientas voy leyendo suelo ir marcando las páginas donde encuentro frases geniales, cada tanto subiré entradas con quotes de libros que me esté leyendo o que me haya leído (incluso los que leí hace mucho), ya que llevo anotando y marcando quotes desde hace un par de años. 
Adelanto que seguro verán muchas veces que soy repetitiva con los libros, y es que hay veces que en algunos me parece que todo es digno de anotar, y en otros, me verán leyendo todo sin considerar ninguna frase lo suficientemente genial como para tener que volver a ella en el futuro. 

Espero desempolvar un poco el blog de esta manera. 
Quiero dejar claro que no lo hago con la intención de llenarlo de basura, seguiré subiendo sólo el contenido que me guste. Creo que sobretodo, lo hago para motivarme, para ver que si puedo actualizar con mayor frecuencia y ver si empiezo a dedicarle más tiempo a este pequeño (pero apreciado) espacio. 
Además, aunque sean poquitos los que me leen, creo merecen el mismo respeto que el si fueran miles de lectores. Y pues un lector respetado, merece nuevo contenido con mayor frecuencia... que es que últimamente esto ha sido como de entradas bimensuales, y ¡no puede ser!

Vamos a ver si esta promesa sí la cumplo, no es la primera vez que hago planes para el blog y prometo y prometo cosas y no me dura la iniciativa ni un mes. ¡Parezco un político! 
Pues ya, eso era todo. Nos leemos pronto, querubines. 


Victoria B.

lunes, julio 16, 2012

"The end has no end."

Es porque no puedo recordar tus caricias, ni el tacto de tus manos, ni la sensación de mis dedos entrelazados a los tuyos.

Solo puedo recordar mi corazón galopando y mis sentimientos encontrados en ese momento. El como no podía olvidar el daño que me habías hecho recientemente y quería que te me quitases de encima; también recuerdo como sentía las ganas de tenerte más cerca aún y el deseo de que ese momento no terminara jamás.

Recuerdo todo lo que pensaba, todos y cada uno de los pensamientos que me vinieron a la mente. El temor y la alegría. Las ganas de huir de ti y las de aferrar mis dedos para no dejarte ir jamás. Lo que no recuerdo es cual de los dos era más fuerte, ya no recuerdo cual deseaba con mayor intensidad.

Lo único que sé en este momento, es el presente. Conozco la situación ahora. Sé lo que sentí en el carro de regreso a mi casa… y el día siguiente: Ganas de huir; terror de que eso pudiera ser ‘algo’, mi maldito temor al compromiso; planes, planes para zafarme de todo; alegría, porque por fin había conseguido lo que quería; dudas de si de verdad era lo que quería o me había estado engañando; como en mi mente yo saltaba en una pata imaginando que quizá, por fin, me acoplaría a alguien, que quizá dejaría de huir, que quizá era el momento de vencer el miedo y lanzarme al vacío; incertidumbre, de no saber si todo había significado algo para ti.

Y pensar que se me ocurrió la fumada idea de lanzarme al vacío contigo.

Recuerdo la terrible sensación de todos los sentimientos encontrados. Gritándome que por favor tomara una decisión… decidí dejar ese plan para ‘más tarde’, sabía que tendría que pensar en todo eso en algún momento, pero no era ese, entonces en mi mente solo repetía “Raindows and cupcakes” y sonreí al público. No estaba lista para tomar una decisión… sabía cual sería, entonces quería disfrutar de la ilusión lo más posible.

Pero nunca tuve que pensarlo. Nunca tuve que tomar una decisión. Tú la tomaste por mí. Te desapareciste de mi vida de la misma manera que se retira uno después de romper un adorno en casa ajena. Te alejaste, desapareciste sin dejar rastro ni dar razones. Supongo que a lo mejor nunca te importó, o tal vez sentiste la misma presión… también es una posibilidad el que, como ya no habían razones para usarme, tampoco para seguir a mi lado.

Juro llegué a sentir eso, que me usabas... que me usaste.  Y mientras te fui útil, decidiste serlo para mi también. Quizá era tu forma de “pagarme”.

El hecho es que marcaste retirada, sin darme opción a replica, sin tener yo ni voz ni voto. Solo fui una vez más una pieza en tus juegos. Y he caído. He caído en todos y cada uno de esos jueguitos. Creyendo a veces que tenía el control.

Ilusa yo, creyendo tener el control de algo. Ilusa yo, que creía poder decidir qué era lo que hacíamos y qué no.

Wait, eso sí lo hice, ¡Claro que lo hice! Aquí se tomaban los pasos que yo quería se tomasen y en el momento en que yo quería que se tomasen. ¿Fue eso? ¿Fue eso lo que te molestó? ¿Es que acaso eres capaz de ser tan machista? Como yo tomé las riendas entonces te arrechaste, agarraste tu dignidad, tus bolas, tus celos y tu sonrisa y te fuiste con tus rollos a otra parte… ¿? No, no puede ser. Es imposible que sea eso. O quizá no. Pero supongo nunca lo sabré. A menos de que tengas la desfachatez de volver… de llamarme de nuevo, como lo hiciste hace poco.

¿Con qué cara, ah? ¿Con qué cara me llamas? ¡Descarado! ¿Qué me vas a decir? ¿Cómo pretendes disculparte? De seguro ni si quiera pretendes hacerlo, eso no va contigo. seguro pretendes volver, como si nada hubiera pasado. ¿Es que acaso crees que, de nuevo, no te diré nada? Pues no, no es así, esta vez si te voy a decir lo que pienso, esta vez mereces saber que eres una basura, esta vez voy a escupir todo lo que no te he dicho en el último medio año o más, si. Lo bueno y lo malo. Te hablaré de todas las sonrisas que sacaste sin si quiera planearlo, y luego te hablaré de todo el daño que me has hecho, de como me he sentido humillada, de como he terminado cual bebé y odiándome a mi misma por ello... cosa que no pasaba hace unos tres o cuatro años. 

Y acto seguido, después de decírtelo todo como no lo he hecho jamás, te daré la espalda y no volveré mas nunca a la seguridad de tus brazos. 


Y ahora, la canción que dio nombre de este post:





Victoria B.