viernes, abril 15, 2011

Tengo el Corazón de Mantequilla

Pues sí, he llegado a la conclusión de que hay muchas cosas en el día a día que me inspiran total y absoluta ternura.

Una de las cosas que más me enternece todos los días son los viejitos, cabe acotar que son solo los viejitos y no las viejas, pues las viejas suelen ir con prepotencia y síndrome de superioridad o sino con una cara de que muy patéticas y que su vida es una mierda. Pana, no me importa. Las viejas son un webo, punto. En cambio, los viejitos son una ternura, van con su carita de "he de lograrlo" de "FUI un macho, ahora necesito que me des una mano" y aunque sean unos cascarrabias me parece que son tiernos.
Cabe acotar que las parejas de viejitos, cuando van agarrados de la mano, solo hablando, ayudándose en alguna cosa o incluso si están peleando, también me parecen una ternura y pienso si algún día yo seré así.

También se me encoge el corazón cuando veo un perrito callejero, es una cosa que me da un dolor absoluto. Sin embargo, de este lado del mundo no hay casi perros callejeros, pero si hay muchos perros con sus dueños, y cuando digo muchos, me refiero a MUCHOS, porque de paso está como que permitido que entren los animales al metro, centros comerciales, tiendas y demás. Por lo tanto, la gente va con sus perros que van destilando cuchura por el mundo. Es ver al animalito/animalote poniendo ojitos, o portándose bien -cosa que me sorprende porque Kira jamás hace tanto caso- nosé, casi cualquier cosa que hacen estos pulgosos me parece muy tierno. Ayer en Praga, por ejemplo, hacía un frío de los cojones, no sé, en esa puta ciudad la primavera son 3-4 grados centígrados, y eran eso de las 11pm, llegando al hotel había un supermercado en la esquina, estaba lloviznando y todo, y afuera del super había un perrito acostado afuera con la cuerda ahí (pero suelta), le veías temblar y como miraba a todo el que pasaba con cara de frío y desesperación, pidiendo ayuda, pero el animal no se movió sino hasta que llego su dueño a buscarlo aún cuándo podía haberlo hecho.

Los bebes, si, esas caras redondas con tez aterciopelada creo que es muy posible que enternezcan y ablanden hasta al mas fuerte. unos ojotes, una risita inocente, nosé, los bebes son otra ternura de la vida. Y algunas veces su ternura se prolonga durante su niñez, aunque también puede que se conviertan en mounstros asesinables. 

Me dirán loca, pero a veces también me rompe el corazón (esto más que ternura es un sentimiento de que yo debería poder hacer algo) la situación de algunos mendigos, de alguna gente de la calle, homeless en general. cuando no te están pidiendo, sino que los ves como tienen que caminar con sus escasas pertenencias al hombro, o tratando de dormir en un frío inclemente en una acera sólo separados de gélido piso por un cartón y si gozan de suerte, por un sleeping-bag lleno de hoyuelos.  


Ahora mi problema es el hecho de "¿Qué se hace con tanto enternecimiento?" Quiero que alguien me diga, ¿Qué hago con ese sentimiento? ¿Cómo me lo saco de encima? (porque sí, a veces las imágenes me persiguen) Es que no se qué se supone que deba hacer o cómo podría controlarlo, pero me gustaría poder hacer algo al respecto.



Victoria B.

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