domingo, noviembre 07, 2010

In the right place.

La crítica a mí misma, como siempre, aumenta.

El esfuerzo que hago por superarme se duplica.

Mi oído se va acostumbrando a todos los acentos, a escuchar las cosas fuera de mi lengua materna y entenderlo.

Mi necesidad de hablar y expresarme es cada vez mayor, pero por alguna razón a veces las cosas no fluyen por mis cuerdas vocales como aquello que está en mi mente. Me frustro.

Acentos ajenos al mío que se me pegan, modismos extravagantes que me resultan grandiosos.

Palabras en idiomas absolutamente desconocidos que me van enseñando.

Una semana, eso es lo que llevo aquí.

Y me siento como en casa, siento conocer a algunas de estas personas lo suficiente para decir que en verdad son buena gente, con otros he cruzado suficientes oraciones como para afirmar que no me agradan.

Aun así el sentimiento de que pertenezco a este lugar es increíble.

La felicidad recorre mis venas, se cola entre mis huesos e invade mi cerebro.

Esta se ha sido una de las mejores semanas de mi vida.

Soy yo misma, aquí nadie me conocía y llegué y me comporté como quien siempre he sido.

Sin tratar de complacer a nadie ni diciendo lo que se que esperan que diga.

No me importa si piensan que estoy loca, que soy asocial, antipática o simplemente una desgraciada.

Llegué y me comporté como quién soy, respondo como me place responder y exijo lo que quiero exigir.

La parte divertida aquí, es puedo hablar con propiedad cuando digo que al menos algunos de ellos no piensan que soy esa desgraciada, aceptan mi forma de ser y no me critican.

No sé si es porque estoy fascinada. No sé si es porque estoy idealizando aquello con lo que venía soñando desde hace ya un buen tiempo, no lo sé.

Pero yo siento que este es el lugar que estaba destinado para mí en este momento de mi vida.

Y mira que yo no creo en el Destino…

 


Victoria B.

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