viernes, septiembre 10, 2010

Sí, las mujeres somos una vaina seria.


Creo que no hablo por mi sola cuando digo que las mujeres somos demasiado complicadas, es decir, yo suelo ser relativamente clara a la hora de decir lo que quiero y lo que no quiero. Pero me enrollo más que una bola de estambre. Siempre ando sacándole una quinta pata al gato, y si es posible, también un segundo rabo.
Las mujeres analizamos las cosas a un punto en que parece hasta ridículo, resulta esclavizante y estúpido analizar tanto las cosas, aun así, no podemos evitar hacerlo… aún cuando decimos que no pensaremos –o que no pensamos- en tal cosa, siempre lo hacemos. Sacamos tiempo de quién sabe dónde para pensar en la cosa más inútil y rebuscada que encontramos para pensar.
Ok, si, a veces si pensamos en cosas importantes –o eso creemos nosotras- a veces pensamos tanto algo que nuestros análisis son dignos de un expediente en la CIA o en el G2 –depende de a qué bando tires- sacamos todas y cada una de las situaciones que se pueden presentar en un momento determinado, yo al menos, me quedo acostada en mi cuarto, acurrucada con mi vaca y pienso en “y que pasaría si…” “y si yo hiciera tal…” “y si me respondieran tal…”.
Admito que yo soy una de esas mujeres que piensan y repiensan todo hasta que me quedo dormida, mi consciente deja de analizar la situación que está tomando posesión de mi cabeza y mi subconsciente me lleva a un mundo mucho más apacible y menos escabroso. Sin embargo, cuando me duermo con algo dándome vueltas en la cabeza y que no logro terminar de entender, los sueños y la tranquilidad son interrumpidos  incontables veces durante la noche. Empiezo a despertar algo así como que una vez por hora y al estar despierta no puedo evitar recordar aquello que minaba mi mente antes de dormirme, empiezo a analizarlo nuevamente –en estos momentos (créanlo o no) mi mente es mucho más coherente que cuando estoy totalmente despierta- pero no duro mucho en estas cavilaciones pues mi subconsciente vuelve a tomar posesión de mis pensamientos al poco rato.
Es decir, yo entiendo totalmente cuando un hombre dice “es que las mujeres son muy enredadas” si, los hombres también son muy complicados, creo que simplemente es la naturaleza del ser humano.

La única diferencia es que la mujer analiza todo,
el hombre no se toma la molestia de analizar nada.

Victoria B.

No hay comentarios:

Publicar un comentario