Pides consejos como por desesperación. Pides consejos pero no los sigues, los oyes pero no prestas atención, pides consejos porque te desesperas, no sabes cómo actuar pero terminas haciendo únicamente lo que tú quieres hacer.
Siempre te dan consejos racionales, los entiendes, los apoyas, pero nunca vas a hacer lo que te recomendaron hacer. Tu vida es tuya y tú tomas tus decisiones, las acciones que otros tomarían no son nunca las más apropiadas en tu vida. No, tú no quieres hacer eso, tus acciones puede que no sean las más apropiadas, pero son tuyas.
Pides opinión, qué piensan de tus acciones, nunca las apoyan, a ti no te importa, tu decidiste hacerlo, te molesta la crítica, sigues tu camino, sigues en tu decisión, la ejecutas, esperas una reacción. No te arrepientes de lo que hiciste, o quizás sí, no lo sabes. La situación cuelga momentáneamente de un hilo, una decisión precipitada, una acción impulsiva. La reacción no fue lo que tú esperabas, la cagaste, sabes que lo hiciste, debiste haber seguido consejos.
Pero no lo hiciste.
Tampoco te arrepientes.
Victoria B.
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