Imaginemos que el día de ayer no existió. Imaginemos que hoy es el primer día del mes.
ASÍ es como debió haber comenzado mi octubre.
Anécdota del día:
Cuando yo era chiquita, ODIABA de sobremanera ir a la peluquería, me molestaba que me secaran el pelo -si, literalmente salía molesta de allí- y me molestaban las tipas que te cortaban el cabello ‘sube la cabeza’ ‘muévete a la izquierda’ ‘mira para abajo’. Y allí ya venias de las manos de la que te lavo el cabello con el agua siempre o muy fría o hirviendo, y lo hacían casi que con arrechera, querían hacerme daño y terminaban lográndolo. Eso resultaba una tragedia para mí, realmente lo odiaba.
Hoy en día, me encanta ir a una peluquería, me encanta cuando escucho las tijeras tras de mis oídos, me encanta ver el cabello caer –cosa que antes detestaba- y me encanta como Agustín -Mi actual peluquero, que por cierto es LO MAXIMO (y aunque no lo crean no es gay)- se esmera en cada uno de los cortes, la dedicación que le pone, la facilidad, la soltura y la destreza con que lo hace siempre me han impresionado y al mismo tiempo me dan la confianza para decirle "quiero más o menos esto, pero tú ve a ver que haces".
Me encanta como mi cabello va agarrando forma poco a poco. Me encanta cuando me pone espuma para finiquitar el trabajo. Pero sobre todo me encanta verme al espejo con el corte ya terminado. Con él siempre salgo con una sonrisa en el rostro, y él termina sonriendo conmigo -no sé si porque le agrada que me guste o porque está orgulloso de su trabajo (quizás es un poco de las dos)- pero a fin de cuentas, creo que hoy en día, ir a la peluquería -solo a cortarme el cabello- es una de mis tareas favoritas.
Lo único que me duele es a la hora de pagar. Pero por eso es un gusto que me doy solo unas tres veces al año -tres días del año realmente grandiosos-.
Nota: Creo que lo principal para que me guste cortarme el cabello, es que me lo corte alguien competente y además que me caiga bien.
-Aquí acaba la anécdota-
Pues sí, hoy me corte el cabello. Agustín como de costumbre me atendió maravillosamente, le pedí algo muy muy corto atras y que quería mantener mi mechón largo. Cumplió con todas mis exigencias y se dio el lujo de improvisar como siempre hace -cosa que me encanta-. Y me dió un corte con el que me siento tan yo que me falta dar un brinco con cada paso que doy -si, un nuevo look me anima demasiado, lo sé, tampoco es muy normal, pero ¿Qué me pueden pedir?
Y bueno, sí, salí feliz cual luciérnaga que brilla en la noche. Ya con eso mi día era casi perfecto. Pero a eso sumémosle que luego de eso fui -ya feliz y emocionada- a comprar un cuaderno (porque empiezo mi primer día de universidad el lunes. Si, voy a ver tres semanas de clases nada más, gracias.). Un cuaderno que además ya había visto, tiene dos bellas jirafas -mi amor por las jirafas es tan incomprensible para mí como para ustedes- y además, no es solo por el hecho de que me compre un cuaderno de jirafas. Es por el hecho de que necesitaba un cuaderno para EMPEZAR clases. (Si han ido a compumall este último mes han de haberlo visto.)
Exageradamente feliz con mi corte, jajajaj. |
Y por si fuera poca la perfección de mi día, para hoy FINALMENTE tenía entradas para ir a ver La ola (@SigueLaOla) en el Trasnocho. Llevo aproximadamente cuatro fines de semana tratando de ir a verla. Pero nunca había entradas. Así que esta vez fui a comprarlas con MUCHÍSIMO tiempo de antelación. Y heme aquí, regresando de verla. SUPER Feliz con la obra. De verdad que alcanzaron y superaron todas mis expectativas. Excelente trabajo, de verdad.
Se las recomiendo, yo quiero volver a ir a verla.
En fin, este es oficialmente el primer día del mes.
Motivo de mi sonrisa |
Me robé el papelito :) |
Victoria B.
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